Como agua entre las manos, así se escurrieron las ilusiones de algunos campesinos frente al servicio de agua que iba a ser instalado en San Pelayo, a través del proyecto de agua rural que se contrató por medio de los llamados ‘bonos de agua’, con un crédito por $1.072 millones.
Un tanque elevado y varios kilómetros de redes del acueducto yacen sin uso por causa del fallido proyecto que se concluyó, pero con fallas técnicas que nunca se superaron.
La contratación del proyecto la hizo la Alcaldía para el período 2008-2011, comprometiendo vigencias futuras hasta por 20 años y dineros del Sistema General de Participaciones (SGP) hasta por el 80%.
Willian Cogollo, residente de la vereda El Tapón, asegura que todos los días debe salir en busca del agua para preparar los alimentos y asear su hogar.
“Tenemos que ir a buscar el agua como a 500 metros de donde yo vivo, porque hasta mi casa no llega el agua. Me toca salir a mediodía a buscarla hasta un punto donde hay una electrobomba que permite succionar el agua por medio de una tubería que surte a unas poblaciones del vecino municipio de Cereté”, explica.
Otros afectados por la falta de agua en la zona rural son los pequeños criadores de ganado, quienes por la actual sequía no tienen forma de abastecer a los animales de corral.
“Cada día, cada minuto que pasa, la situación se agrava en la zona rural. La cifra de animales muertos por la sequía supera los 2 mil”, asegura José Antonio Petro, vocero del Comité Ganadero de San Pelayo.
Según el PDA de Córdoba, San Pelayo tiene 65% de cobertura en acueducto; sin embargo, un 35% de la zona rural literalmente se muere de sed.
Por el no funcionamiento del proyecto que surtiría de agua a las poblaciones, la Alcaldía de San Pelayo fue obligada mediante una tutela a garantizar el suministro en algunas poblaciones rurales contratando camiones cisterna.