Por: Jan Slodvak

El 18 de noviembre del 2015, en horas de la tarde, se reunieron el Vicepresidente de la República Germán Vargas Lleras, la Ministra de Transporte Natalia Abello, la Alcaldesa Elsa Noguera, el Gobernador del Atlántico José Antonio Segebre, el Alcalde electo Alejandro Char y el Gobernador electo Eduardo Verano con los concesionarios que firmaron el contrato de reconstrucción de la carrera 38.

La idea que le ofrecieron a la comunidad barranquillera sobre el objeto de este contrato se encuentra en una información del diario El Heraldo (18, nov., 2015): “El proyecto que da acceso al puerto de Barranquilla desde la Circunvalar de la Prosperidad hasta el corredor portuario tendrá un valor de 100 mil millones de pesos. Los trabajos contemplan el mejoramiento, gestión predial, social y ambiental de 3,4 kilómetros de la carrera 38, entre las calles 109 y 82 y entre la calle 45 y la Sociedad Portuaria. Contará con una inversión de $97.383 millones. El plazo de ejecución de las obras será de 48 meses”.

Para una obra segmentada tal como se encuentra descrita, y que recupera a medias la importante carrera 38, no tenía mayor importancia la reunión de tantas personalidades políticas. Ni que fueran a construir el metro elevado de Barranquilla. Pues bien, el 6 de noviembre de 2015, otra vez en El Heraldo, que es el medio que hace la mayor difusión del proyecto, aparece otra información. Dice: “En su primera fase de construcción se realizará el mejoramiento de 14,5 kilómetros (ojo con la cifra de kilómetros variables) del corredor de interconexión vial regional, que va desde la Circunvalar de la Prosperidad, hasta el corredor portuario del Distrito de Barranquilla. La ministra de Transporte, Natalia Abello Vives, dijo que de iniciarse las obras este año en la carrera 38, la culminación de las mismas estaría prevista para el 2019”.

Puede apreciarse que se trata de una obra de interconexión regional pues parte de la Circunvalar de la Prosperidad en construcción, más allá del corregimiento de Juan Mina, pasa por media Barranquilla y llega justo al actual corredor portuario. Pasa ampliamente de los 3.5 kilómetros de la primera información a 14.5 kilómetros. Una diferencia sustancial, no solo en kilometraje, sino en el impacto urbano y de conectividad de la obra.

Sigue dando pormenores a la prensa la barranquillera Ministra Abello: “Este proyecto se adelantará en dos fases: la primera, con la rehabilitación de la zona urbana de doble calzada a dos carriles de la carrera 38 entre el Corredor Portuario y la calle 80B; y la segunda, con obras de mitigación y estabilización de la carrera 38, en el tramo comprendido entre la calle 80B y la Avenida Circunvalar”.

No se trata, según las autorizadas palabras de la Ministra de Transporte, de intervenciones en hitos puntuales de la carrera 38, calles 109 y 82 y entre la calle 45 y la Sociedad Portuaria. No. La Ministra especificó que “en su primera fase de construcción se realizará el mejoramiento de 14,5 kilómetros del corredor de interconexión vial regional, que va desde la Circunvalar de la Prosperidad, hasta el corredor portuario del Distrito de Barranquilla”. 14.5 kilómetros!

Cuál de estas versiones es cierta y cual falsa?

El proceso de apertura de la licitación lo abrió el Instituto Nacional de Vías, INVÍAS, organismo administrativo del orden ejecutivo adscrito al Ministerio de Transporte con el número de proceso LP-DO-074-2015. Recordemos el marco político de estas entidades bajo la gestión de la Vicepresidencia de la Republica, como se muestra en los avisos de obra en el puente de la Circunvalar con carrera 38, a cargo de Germán Vargas Lleras, del partido Cambio Radical.

Veamos el detalle y cantidad del objeto a contratar: “Mejoramiento, gestión predial, social y ambiental de la vía de acceso al puerto de Barranquilla desde la Circunvalar de la Prosperidad hasta el Corredor Portuario en el distrito de Barranquilla, departamento del Atlántico, para el programa “Vías para la equidad”. Un objeto completamente difuso y que se presta, deliberadamente, a confusiones. Lo primero que muestra es que no menciona a la carrera 38 sino una vía de acceso al puerto de Barranquilla. A cuál de los puertos? Seguimos explorando el contenido del objeto que no dice construcción, ni da características técnicas sino que habla, en líneas generales de un “mejoramiento”. Que quiere decir un “mejoramiento” en un contrato de obras públicas? Un reparcheo? Un fua fua para salir del paso?

Para sostener los dislates conceptuales técnicos presentó el Invías un documento fechado el 27-08-2015 denominado Estudios y documentos previos y análisis del sector, un extenso bla bla bla de cifras sobre la importancia económica del sector infraestructura en la economía nacional con datos de su recuperación a través del impacto y fomento de obras. El documento del Invías dice: “Priorización de recursos para la atención del corredor vial vía de acceso al puerto de Barranquilla en el departamento del Atlántico. A través del convenio inter administrativo N° 986-2015, el Distrito Especial, Industrial y Portuario de Barranquilla autoriza al Invías a intervenir el corredor vial regional carrera 38.

Los objetivos del proyecto carecen de especificidad y constituyen una especie de receta que se le puede aplicar a cualquier proyecto. Veamos dos de estos objetivos: “Desarrollar conexiones logísticas estratégicas que mejoren la configuración de una red de carreteras que armonice los corredores viales de mayor movilidad, las vías intermedias y vías de acceso”.

Más abstracta, imposible. Qué tal este? “Consolidar una red de carreteras que no solo facilite conexiones estratégicas”. Ahora vamos a los supuestos alcances del contrato: “Realizar los estudios y diseños existentes, las intervenciones necesarias para construir las obras del contrato”.

Aquí viene la principal perla de todo el proceso sobre la importante vía. Señala el contrato y el estudio las obras a priorizar y dice lo siguiente: “Atención al sitio crítico referenciado El Rubí (Campo Alegre). No se dará inicios a actividades diferentes mientras la atención del sitio crítico no haya sido terminada”. En otras palabras, el verdadero objeto de tan cuantioso contrato parece ser las obras de estabilización de la ladera de Campo Alegre en el tramo por donde discurre la carrera 38. Si eso es cierto, porque tantos recursos invertidos y esa extrema duración de la obra en 4 años?

Y que se entiende por mejoramiento en las obras alcances del contrato? “pavimento rígido, gestión social, predial, ambiental de 2 kilómetros en el sector entre Avenida Circunvalar y la Zona Franca (corredor portuario)”. Otra vez las equivocaciones pues parte desde una Circunvalar (la de la Prosperidad o la Alberto Pumarejo) y la Zona Franca –colindante con el corredor portuario- es imposible que tenga los 2 kilómetros de extensión mencionados. El simpático estudio que muestra por igual realismo mágico y ficción ingenieril fue firmado por Paula Constanza Romero, en la gestión técnica del proyecto y Ernesto Correa, director operativo, ambos funcionario del Invías. Aplausos por su creatividad!

Tan abstractos eran los planteamientos del objeto del contrato y los correspondientes estudios que soportaban su necesidad, que en septiembre 3 de 2015, en una comunicación al Invías, el ingeniero Carlos Gordon de Herdoisa Construcciones de Ecuador, una de las firmas aspirantes a la licitación, señala que en los documentos de estudio del proyecto no se encuentran:

  1. Anexo diseño de pavimento, anexo a fuentes materiales
  2. Planos: detalle estructura hidráulica y drenaje
  3. Detalles específicos de la zona de El Rubí

El consorcio ganador de la licitación

Una de las condicionantes para ser adjudicada la licitación era que la firma tuviera una experiencia de 15 años en obras similares y 6 contratos de similares condiciones. La audiencia de adjudicación fue el 5 de noviembre del 2015 en el auditorio de Invías, Bogotá, ganando el Consorcio CC-Sofan-Dumar frente a otros 43 proponentes. Previa a la audiencia una firma participante colocó en entredicho la legalidad de Valorcom de Barranquilla, también en la puja, aduciendo falta de representante legal. Resuelto el incidente a favor de la empresa de ingeniería barranquillera se procedió a la adjudicación.

El respectivo contrato de obras fue firmado entre Julio Alirio Torres Ortiz, representante legal del consorcio CC-Sofan-Dumar con cedula 19393523 y Ana María Aljure Reales, directora de contratación del Invías en noviembre del 2015, la misma funcionaria que en la actualidad funge de Secretaría General del Distrito de Barranquilla y vinculada a un contrato con diversos problemas jurídicos con una firma de ingeniería de Bucaramanga, según reciente informe al respecto de Corrupción al día.

El consorcio ganador lo integran la prestigiosa firma antioqueña (CC) Conconcreto S.A con el 75%, Sofan Ingeniería S.A.S con el 12,5% y Dumar Ingenieros S.A.S con el otro 12,5% con un costo de $90.383.218.188. Las firmas que tienen el 25% restante del contrato, muy poco conocidas, tienen su base de operaciones en Montería, Córdoba. Dumar es manejada por Jorge Dumar con CC 79.939.920 con personería jurídica 900.222.779-6. Sofan se encuentra en la carrera 8 N°45-35 de la citada ciudad.

Muy importante para el desarrollo del objeto real del contrato en ejecución fue que los riesgos geológicos, geotécnicos e hidrogeológicos serían asumidos por el contratista, según se encuentra en el documento LP-PRE-DO-074-2015. Todos los procesos concernientes a la estabilidad del sector El Rubí (Campo Alegre), sector prioritario del contrato. Sin embargo, tras la firma del contrato 1676-2016, se hace la Modificación 2 al mismo, solicitado por el Consorcio ganador. Según ellos, identificaron una nueva zona no estudiada en la zona de El Rubí que cambia los costos totales. La solicitud formal dice: “Nuevos estudios adicionales para obras de la Zona 3, canal de entrega de aguas del Rubí, topografía y geotecnia de la Zona 2 del Rubí y urbanismo de la carrera 38, entre calles 30 y 45 y calles 82 a 110 en un valor de $667.004.292”.

La solicitud fue estudiada y aprobada por el Comité de Prorrogas y adiciones. En otras palabras, sin haberse iniciado las obras, ya habían subido los costos.

Unas veedurías que no ven

Durante el proceso licitatorio se presentaron dos veedurías: La Red de Veedurías Ciudadanas de Colombia Transparente, dirigida por Wilfrido Vizcaíno; y la Red de Veedurías del departamento del Atlántico dirigida por Julio Dueñas Pérez. Sostienen reparos sobre las condiciones en que participan los licitantes en la convocatoria en comunicación a Ana María Aljure, de Invías.

Lo curioso es que les parece preocupar más el formalismo sobre procedimientos previos y plazos de los pliegos que el asunto de fondo: la falta de concreción del objeto del contrato y el tipo de obra con las características técnicas. El Invías, en una comunicación, les responde que se han sujetado a las leyes y procedimientos y que por tanto el pliego tal como fue presentado es inmodificable. (Invías: DC56399, 3 nov, 2015). Pero más curioso es la dirección que dan estas veedurías para el envió de comunicaciones: Edificio de la gobernación del Atlántico, segundo piso, Secretaría de Educación.

La firma del contrato

El contrato fue firmado el 3 de diciembre del 2015 bajo el número 1676, entre Ana María Aljure Reales con cc. 30.897.355 expedida en Calamar, Bolívar, obrando en nombre y representación del Instituto Nacional de Vías en calidad de Directora de contratación, y Julio Alirio Torres Ortiz, con cc. 19.393.523 de Bogotá en nombre del Consorcio CC-Sofan-Dumar. El precio pactado fue de $90.383.218.188 soportado en las reservas presupuestales futuras:

2016 $3.237.500.000

2017 $26.362.500.000

2018 $33.800.000.000

2019 $26.983.218.188

El tiempo de ejecución de la obra fue pactado a 48 meses, o sea a 4 años. Veamos un análisis comparativo con las obras del puente Pumarejo iniciadas el 19 de mayo del 2015 con un costo de más de $600.000 millones de pesos a un plazo –no cumplido- de 36 meses. En síntesis, la mega obra del puente, más compleja y 6 veces más costosa demora un año menos!

Después de un estudio previo del contratista, tal como lo especificaba el contrato, se inicia la obra en el hito El Rubí de Campo Alegre, carrera 38 a mediados de agosto del 2016. Para efectos de interventoría, Invías suscribió el contrato 1745 del 2015 con el Consorcio Supervisión Equidad III, representado por el ingeniero Manuel Bravo Fernández, cuya oficina queda en la carrera 20 #37-28 edificio Bosques del Chicó, Bogotá, por el valor de $6.999 millones.

¿Y la vía de conectividad estratégica regional dónde está?

Todas las abstracciones de conectividad entre el acceso al puerto de Barranquilla con la Circunvalar de la Prosperidad han quedado atrás. La priorización de las obras de El Rubí con la ladera de Campo Alegre ha polarizado el desarrollo del contrato con la gestión social de los habitantes cercanos a las obras que se quejan de viviendas averiadas y un evidente retraso.

El 30 de abril del 2017 el diario El Heraldo presenta la siguiente noticia: “El mandatario Char agradeció al Gobierno porque, aunque la obra estaba proyectada para estar lista en 2019, va a estar terminada antes del tiempo previsto. “Recorrimos la obra con el Ministro y funcionarios del orden nacional, estamos felices, este es un proyecto que se había programado financieramente hasta el 2019, hemos logrado que la plata que le iban a entregar al contratista en el 2019 se entregara en el 2017, los 27.000 millones de pesos que estaban programados se adelantarán, entonces esta obra avanzará mucho más rápido y quedará un saldo para comienzos de 2018. Estamos muy contentos porque la 38 la vamos a tener abierta más pronto”.

Allí es donde aparece una información del diario El Universal, el 30 de abril del 2017 en donde el Alcalde Alejandro Char expresa: “Estamos viendo si podemos abrir antes una calzada y después otra calzada en el tiempo, lo importante es que vamos muy bien, el avance es magnífico, la obra está entre un 30 y un 40 por ciento, pero con el ritmo que llevan de aquí a diciembre llegarán a un 80 u 85 por ciento porque están cercanos al 6 o 7 por ciento de avance todos los meses”.

El mismo diario El Universal señala el 30 de abril –no se conocen las fuentes de estos informaciones- una cifras de las obras: “En total, el Gobierno Nacional asignó recursos por una cifra cercana a los 97.000 millones de pesos y por su parte el Distrito de Barranquilla hizo lo propio con aproximadamente 30.000 millones de pesos, que incluyen la compra de predios y obras adicionales”.

Sumemos los aportes según esta información:

  1. Invías:                                                   $97.000.000.000 millones
  2. Reajuste por la zona 3 de El Rubí:     $667.004.292 millones
  3. Distrito de Barranquilla:                     $30.000.000.000 millones

Una suma aproximada a los $125.000.000 (ciento veinticinco mil millones de pesos.

Pertinente acotar que la gestión predial se encuentra presente en el costo y objeto del contrato: “Mejoramiento, gestión predial, social y ambiental de la vía de acceso al puerto de Barranquilla desde la Circunvalar de la Prosperidad hasta el Corredor Portuario en el distrito de Barranquilla, departamento del Atlántico, para el programa “Vías para la equidad”. Así que es inexplicable la erogación de $30.000 millones del Distrito para este específico fin.

Según el Invías, las obras de estabilización tienen un 78% de su cronograma y finalizarían en septiembre del 2018. Aclaremos de paso que no se conocen estudios, diseños, gestión social, ambiental, predial en la vía de conexión entre el corredor portuario y la Circunvalar de la Prosperidad, así que por simple exclusión de espacio, tiempo y finanzas se puede decir que todo el entramado jurídico construido sobre la carrera 38 se limita a una estabilización de menos de dos kilómetros en Campo Alegre y alguna obra puntual de reparcheo o cambio de losa –mejoramiento- entre el corredor portuario y la zona Franca que es otra de las posibles explicaciones sobre el objeto difuso de este contrato.

Sin embargo, otra vez cambia la entrega de la obra en reporte del diario El Heraldo el 3 de enero. Señalan que las labores tienen plazo de ejecución hasta el próximo 2020: “El director del Invías, Carlos García, expresó que “la estabilización avanza según lo programado” y señaló que “estará lista una vez terminen las obras de drenaje presupuestadas sobre la zona”. Luego insiste que: “El propósito es recuperar la vía de acceso a la zona portuaria del Distrito de Barranquilla, esperando que para noviembre de 2018 se haya restituido el paso de la carrera 38 entre la calle 82 a 84 en una longitud de 400 metros”. La periodista de El Heraldo, totalmente desenfocada del tema –y no es su culpa pues el engaño sobre el tema parte desde la misma concepción abstrusa del proyecto, dice que “el proyecto incluye la pavimentación a lo largo de 14,5 kilómetros de la 38, entre la Circunvalar de la Prosperidad y el corredor portuario, lo que facilitaría la movilización de los productos que entran y salen del Puerto de Barranquilla, además del tráfico vehicular en general”.

No hay tal movilización de productos pues la carrera 38 solo será intervenida en dos puntuales tramos. Víctor Cantillo, un ingeniero experto en movilidad e infraestructura aterriza toda la palabrería de conectividad y movilidad sobre el tema de este especifico contrato de obras: “Inicialmente pensaba que se iba a intervenir toda la vía. Desde la avenida Hamburgo hasta Juan Mina. Finalmente lo único que se va hacer es la calle 30 y la circunvalar, pero todavía falta el resto. Sin duda es una obra fundamental y necesaria, pero que no se debe quedar en un simple reparcheo y para ello el consorcio constructor cuenta con 6 meses antes para hacer todos los estudios del caso”.

Pero los tiempos, estudios y recursos para una obra que intervendría una buena parte de la ciudad no están a la mano. Falta por ver si el ardid funciona nuevamente y se inventan otro contrato con Invías o el Ministerio de Transportes para que ahora sí, hagan una verdadera renovación urbanística de fondo interviniendo la carrera 38 desde el puerto hasta la circunvalar de la Prosperidad. Eso es lo que esperaba la ciudad y no un engaño piadoso interviniendo dos puntuales sectores de esa importante vía urbana, por muy importante que sea estabilizar la ladera de Campo Alegre y mejorar la conexión de la calle Murillo, a través de la 38, con el corredor portuario.

No se justifican todas estas confusiones y engaños a la ciudadanía. Sobre todo con una obracon tan largo tiempo de construcción y costosa.

Aspectos de las obras de estabilización.

Aviso sobre casas arriba de la carrera 38.  El proyecto incluye el pago de predios.

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