Adlai Stevenson Samper

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Es una curiosa paradoja geográfica y ambiental que un territorio tan rico en hidrografía, tal es el sur del departamento del Atlántico, todos sus municipios tengan serios problemas con el sistema de acueducto.

Los anuncian a nivel nacional y local con bombos y platillos para adjudicarlos; después con fastos publicitarios en medios de comunicación en torno a su inauguración prometiendo, «ahora sí, al fin tendremos 24 horas de agua» y finalmente tales esperanzas se diluyen, igual al agua en el cuenco de la mano, ante la realidad de un pésimo servicio derivado de posibles fallas en la construcción de la infraestructura hasta en la selección de adjudicación de los operadores.

El 17 de septiembre del 2021 la gobernadora del Atlántico Elsa Noguera dio alentadoras declaraciones a la prensa: «Luruaco está a un paso de cumplir el sueño de tener agua potable 24 horas los siete días de la semana».

El hecho fue celebrado como un verdadero logro de continuidad en la política social de la mandataria pues recordó; también, que ese proyecto se inició en el año 2017 durante su periplo administrativo en el Ministerio de Vivienda y Territorio en el área de agua potable.

Tras la feroz inundación del sur del departamento del Atlántico en noviembre de 2010 durante la primera administración de Eduardo Verano en la gobernación del Atlántico, el sistema de acueductos quedó inservible. Más de 100.000 habitantes perdieron viviendas, cultivos y sufrieron los rigores de la migración con sus tradiciones culturales —algunas de las cuales se perdieron irremediablemente— huyendo ante la arremetida de las aguas desbordadas del Canal del Dique. 

Los habitantes del municipio de Luruaco se cansaron de esperar un buen servicio de agua potable.

Es en ese momento cuando intervienen; en plan de recuperación o mitigación el Fondo Nacional de Adaptación y la gobernación del Atlántico con la inyección de $47.265 millones de pesos, invirtiéndose buena parte de ellos en acueductos y plantas de tratamiento de aguas residuales que se encontraban perfectamente revueltas a raíz de la inundación.

Las críticas hacia los administradores del Fondo de Adaptación del sur del Atlántico por la lentitud, parsimonia e ineficacia fueron constantes por parte de los afectados de la ola invernal. En realidad no cumplieron con las expectativas anunciadas y esperadas de sus funciones.

El Fondo de Adaptación, entidad vinculada al Ministerio de Hacienda publica en su página web que «alcaldes del sur del Atlántico y el Fondo de Adaptación firman convenios para la reconstrucción por más de $123.000 millones de pesos».  El protocolo se firmó el 12 de mayo de 2012 —dos años después del siniestro— en el municipio de Campo de la Cruz para impulsar la infraestructura afectada por el fenómeno de La Niña 2010—2011 entre la gerente del citado fondo y los alcaldes del sur del Atlántico con el propósito de «agilizar las tareas de reconstrucción de vivienda, acueducto y alcantarillado».

https://www.fondoadaptacion.gov.co/index.php/component/content/article/175—prensa/comunicados—de—prensa/comunicados—de—prensa—2012/959—alcaldes—del—sur—del—atlantico—y—el—fondo—adaptacion—firman—convenios—para—la—reconstruccion—por—mas—de—123—mil—millones—de—pesos.html?Itemid=101

Para organizar los acueductos se crea la empresa Acueducto Regional del Sur del Atlántico S.A. En noviembre de 2017 se abre la licitación para escoger al operador de los acueductos a la cual se presentaron varios proponentes, quedando al final el Consorcio Aguas del Sur del Atlántico del cual hacían parte la empresa española Aguas de Valencia con el 50% —que al indagar en su página web sobre sus operaciones internacionales nada decía sobre este nuevo campo de intervención— y el restante por empresas controladas por el cuestionado ciudadano español Francisco “Paco” Olmos Corrugedo.

Las empresas de Olmos eran Naunet S.A E.S.P., con una participación del 49.997%; Hipsitc S.A., con una participación del 0.001%; Hipsitec Latam S.A.S, con una participación del 0.001%; y la Hipsitec Colombia S.A.S, con una participación del 0.001%. Controlaban acueductos de la Guajira y del Magdalena.

Las advertencias al gobernador Verano de la Rosa sobre la las condiciones legales de aptitud de este consorcio para contratar con entidades estatales cayeron en saco roto. Decidió viajar a España dejando encargado en la gobernación al secretario jurídico Rachid Nader quién  fue el que realmente firmó el contrato.

Posteriormente, ante las polémicas en España y Colombia sobre su paso por Inassa y Triple A, vendió la concesión a una multinacional francesa. Lo curioso es que la empresa Aguas de Valencia, España, se encontraba inhabilitada para participar y menos para ganar en la convocatoria dada que carecía de registro mercantil para sus operaciones en Colombia y que las empresas de Olmos aumentaron de forma misteriosa el capital social tal como se mostró pormenorizadamente en un reportaje en Corrupción al Día el 29 de noviembre de 2017. 


29 noviembre, 2017

Verano, el irresponsable. Olmos, el muñidor

En un acto irresponsable por parte de la gobernación del Atlántico…


Mientras tanto el 10 de octubre de 2018 se firma en Bogotá el contrato PAF—ATF—O—032—2018 entre Fiduciaria Bogotá —del Banco de Bogotá— en su calidad de administradora del patrimonio autónomo fideicomiso Findeter y Consorcio Saneamiento de Luruaco por la suma de $26,256 millones, con el objeto de reubicación de la bocatoma y aducción de la planta de tratamiento de agua potable en el municipio de Luruaco en un plazo de 16 meses. Se trataba de traer el agua directamente en el canal del Dique desechando por inconvenientes de contaminación y sequias a la laguna de Luruaco.

Findeter, un nido de…

Findeter, una entidad financiera del estado colombiano estuvo gerenciada desde el 2011 hasta el 2015 por Luis Fernando Arboleda, uno de los ex gerentes de la Triple A implicados en la operación Acordeón de la Fiscalía que al final sonó solo un lánguido chillido con la detención de Ramón Navarro y las llamadas a indagatorias a otras 10 personas, entre ellas casualmente Paco Olmos y Arboleda. Quien lleva a este último a la gerencia de Fndeter es Roberto Prieto, gerente de la campaña presidencial de Juan Manuel Santos e implicado en los escándalos de la Ruta del Sol y Odebretch, capturado y condenado con sentencia anticipada de 5 años de prisión y multa de $50 millones. Había devuelto $887 millones.

La trama de Findeter sigue. Después de Arboleda llega a la gerencia Rodolfo Zea del 2015 hasta el 2018 -año de la firma del contrato del acueducto de Luruaco- y continúa Sandra Gómez. Sobre esta entidad tenía control – y también sobre la ANI (Agencia Nacional de Infraestructura) según los acuerdos políticos, el senador cordobés Bernardo “Ñoño” Elías condenado a 100 meses de prisión por la Corte Suprema de Justicia por la comisión de los delitos de Concierto para delinquir agravado en concurso heterogéneo de lavado de activos. Se acogió a sentencia anticipada.

No es casualidad que para esa misma época, Findeter con procesos similares en su contextura financiera y administrativa también contrató el frustrado proyecto del Megatanque del barrio 7 de abril en Barranquilla. 

Volvamos a Luruaco, Atlántico. El Consorcio Saneamiento Luruaco estaba representado legalmente por el ingeniero Germán López Aragón con cédula de ciudadanía 79.455.994 y se encontraba constituido por las empresas Procesos Civiles Hidráulicos S.A.S con 37,5%; Espina y Delfín con 37,5% y José Suarez Duque con 25%.

El contratista quedó obligado a cumplir con permanente asistencia técnica sobre las condiciones generales de la obra y usar materiales y equipos de primera calidad. 

Por cierto esta empresa del ingeniero Lopez Aragón, domiciliada en la carrera 49 No.103-16 en Bogotá ganó en marzo de ese mismo año 2018 el contrato con Findeter para construir el Tanque Cupino con estación de bombeo, impulsión y conducción hasta la red de distribución Etapa I  en Puerto Colombia, Atlántico a un costo de $41.000 millones. Hasta el sol de hoy no ha podido entrar en funcionamiento.

Iguales contratos había realizado en el 2015 en Valledupar cuando fue alcalde (2012-2015) el cuestionado Fredy Socarras Reales por contratar, entre otras sindicaciones de la fiscalía, de manera directa, sin concurso, la alimentación escolar del programa Pae en 2014.  La intervención de Gómez Aragón y sus socios se da cuando tras Resolución 1437 de Corpocesar del 3 de noviembre de 2015, ésta cede sus derechos a la Unión Temporal Aguas de Valledupar para la construcción del colector oriental de aguas servidas de Valledupar que entrega sus aguas al ultracontaminado río Cesar que ya no crece, dixit Rafael Escalona, en horas de la madrugada.

Sigamos con el flujo de las aguas en los tiempos. En 2019 la oficina de prensa de la gobernación informa que la Financiera de Desarrollo Territorial (Findeter), había adjudicado al consorcio Saneamiento Luruaco las obras de reubicación de la bocatoma y aducción de la planta de tratamiento de agua potable de este municipio. 

Verano de la Rosa puntualizó que en ese macro proyecto de infraestructura sanitaria serían invertidos recursos que fueron gestionados en su administración –desmontando o contradiciendo los decires de Elsa Noguera en su paso ministerial–, a través de la Secretaría de Saneamiento Básico y Agua Potable directamente ante el nivel central del gobierno, asociados para tal objetivo con la alcaldía de Luruaco.

«Se ha dado un paso muy importante en este proceso con el que buscamos garantizarle a este municipio y sus corregimientos, un servicio de agua de calidad que se mantenga en el tiempo, lo que sin duda alguna repercutirá en el mejoramiento de la vida de sus habitantes», expresó el gobernador Verano.

El 14 de agosto del 2020 la gobernadora del Atlántico visita las obras de mejoramiento del acueducto de Luruaco que tenían en ese momento un avance del 76%. Consistían en la reubicación de las bocatomas en el canal del Dique por medio de una barcaza y la respectiva tubería de conducción hasta las redes del municipio.

https://www.atlantico.gov.co/index.php/noticias—agua—potable—26686/13956—acueducto—de—luruaco

La gobernadora Noguera dijo con evidente optimismo sobre las condiciones generales de la obra que el proyecto daría un beneficio a «22.878 habitantes del municipio de Luruaco con una mejor calidad de agua potable. Con la puesta en marcha de la obra se busca pasar de un Índice de Riesgo de la Calidad del Agua del 25 por ciento al 1 por ciento y pasar de una continuidad de 10 a 24 horas, lo que cambiará de manera radical la calidad del servicio que se le presta a los luruaqueros».

La obra tenía en ese momento un costo de $36.431 millones de pesos aportados en forma conjunta por parte del Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio, gobernación del Atlántico y ejecutada por Findeter a través de un fideicomiso.

Todo parecía marchar sobre caminos fluidos. Señaló la gobernadora Noguera que «con este proyecto reafirmamos nuestro compromiso con el departamento de tener continuidad en el servicio de agua potable las 24 horas del día. Nuestra meta es clara y para eso seguimos trabajando los 7 días de la semana sin descanso, no podemos bajar el ritmo para que dentro de poco las obras estén al servicio de la comunidad».

Era inminente la inauguración del nuevo y permanente servicio del acueducto de Luruaco.  El 17 de septiembre de 2021 la gobernadora Noguera visita el barrio Galán del municipio de Luruaco corroborando «casa a casa la fase de estabilización del nuevo acueducto que beneficiará a 22.878 habitantes del municipio con una mejor calidad de agua».

https://www.atlantico.gov.co/index.php/noticias/prensa—agua—potable/17709—luruaco—esta—a—un—paso—de—cumplir—el—sueno—de—tener—agua—potable—24—horas—los—siete—dias—de—la—semana—elsa—noguera

En síntesis, el proyecto en servicio consistía en una barcaza anclada en el Canal del Dique con tres equipos de bombeo con una capacidad de recolectar 44 litros por segundo y ser conducidos a través de 36.000 metros de tubería hasta la cabecera del municipio. En septiembre de 2021 se encontraba el proyecto en fase de pruebas y estabilización.

Durante sus visitas a los hogares del municipio para comprobar la calidad del servicio, los beneficiarios destacaban que con esa obra descartaban los gastos de comprar agua a elevados precios por galón a los carrotanques que surtían el municipio. Todo parecía hasta ese momento diáfano y transparente como el agua que debía salir de los grifos de los luruaqueros.

La empresa distribuidora en las redes municipales es Aqsur, Acueductos del Sur del Atlántico E.S.P. que inició operaciones en marzo de 2018 en los municipios de Manatí, Candelaria, Repelón, Campo de la Cruz, Santa Lucia y Luruaco. Precisamente en los recorridos de constatación del flujo correcto de agua en los hogares de Luruaco por parte de la gobernadora fueron acompañados por funcionarios de esta empresa escuchando «a la comunidad con la cual se ha venido trabajando en el programa guardianes del agua, que son ciudadanos, niños o adultos, preocupados por la conservación del líquido en el departamento y en su municipio. En total serán 50 talleres en el municipio, donde se buscará que estos grupos sean replicadores de las buenas prácticas con su nuevo acueducto».

Marly Gutiérrez, alcaldesa de Luruaco.

La alcaldesa de Luruaco Marly Gutiérrez no cabía de gozo con la nueva obra de progreso en procesos de saneamiento de agua potable: «Estamos muy contentos los luruaqueros con el recibimiento del agua potable por fin en nuestras viviendas. Estamos realmente agradecidos con la Gobernadora y hoy ya es una realidad, estamos a un paso de dejar de padecer por más de 50 años sin el líquido, esperamos que el servicio se vaya estabilizando en la cabecera municipal y poder llegar al 100 por ciento del municipio las 24 horas con un agua de calidad».

Pero muy pronto tales sueños tomaron el ominoso camino de las alcantarillas pues el 9 de noviembre de 2021 los luruaqueros bloquearon la vía La Cordialidad en protesta por la mala calidad del agua bombeada desde Villa Rosa. Un líder social, Humberto Currea, en plena vía manifestó a los medios de comunicación agrupados en torno a la larga cola de vehículos paralizados que «el agua potable la reciben por pocos días y que el contratista no atiende los reclamos de los usuarios. Además se registran daños en la bomba uno de planta y la bomba dos no cuenta con un control remoto». 

No solo les tocaba tomar semejante esperpento de mal servicio, sino que les aumentaron al servicio en $20.000 que según Currea “nadie iba a pagar” exigiendo para el desbloqueo la presencia de la gobernadora Noguera. Al final hubo promesas de correctivos basados en que el proyecto se encontraba en fase de estabilización.

Dos meses después otra vez la comunidad del municipio de Luruaco se desborda. Aducen disgusto y malestar por el pésimo servicio del acueducto el 19 de enero de 2022. El preciado liquido llega con intermitencia a sus viviendas pese a las promesas de la gobernadora de un servicio continuo en una inversión que ya va por los $31,000 millones de pesos. Otra vez Currea Yepes, líder comunitario da pormenores de la baja calidad del servicio: «el proyecto ha venido presentando fallas técnicas que se debe a motores que no sirven. En el momento solo trabaja una bomba y esta no tiene la capacidad de llevar el caudal hasta un 100% sino a un 50%».

Eso en lo concerniente a las bombas. La otra parte que es la tubería que lleva el agua del Canal del Dique a Luruaco en muchas uniones se encuentra rota y es así como lo que circula en algunos sectores del municipio es aire y decepción generalizada.

Ya la gravedad de las obras construidas es innegable e insoslayable con excusas y retoricas tecnicistas. La comunidad de Luruaco, “ahogada” en su falta de agua le exige a la gobernación del Atlántico que abastezca a través de carros tanques a los corregimientos de Palmar de Candelaria y Arroyo de Piedra, así como a algunos barrios de la cabecera municipal.

La fresa del pastel es que los habitantes de esa extensa zona del departamento ya tenían conocimiento que las bombas de captación de agua del Canal del Dique —usando un termino castizo eran “bomba”, es decir malas— pues se habían dañado pese a su corto tiempo de uso más de 10 veces y que la obra, funcionando en condiciones óptimas, nunca fue entregada a cabalidad.

La alcaldesa de Luruaco Marly Gutiérrez explicó que conversó con funcionarios de Findeter, contratista de la obra, aduciendo con evidente candidez que «hemos venido haciendo seguimiento a través de la Secretaría de Planeación y el operador para revisar los temas de las fugas, porque se han presentado percances en la operatividad».

No son percances ni se trata de condicionantes esporádicas de las operaciones tal como parece señalar la alcaldesa y Findeter. Se trata de una calidad precaria en las condiciones generales de la obra. El 19 de enero de 2022 la Secretaria de Agua Potable del Atlántico, Lady Ospina declaró con alentador optimismo que «el suministro del acueducto ha sido restablecido y se irá estabilizando en Luruaco “con el pasar de las horas. Se espera que Findeter determine las soluciones para que el contratista e interventor las ejecuten». 

Para la solución provisional la gobernación del Atlántico y la empresa Aguas del Sur les envió a las comunidades afectadas agua potable en carrotanques para asegurarles el suministro.

Lo cierto es que el contratista Procidra ha debido entregar el proyecto en marzo del 2020, año de la pandemia. Duraron un año para la entrega a inicios del 2021 y para abril del 2022 el problema del acueducto y la carencia de agua continua. El proyecto de $36.431 millones parece un naufragio en aguas tormentosas.

El 4 de abril de 2022 el corregimiento de Arroyo de Piedra decidió bloquear nuevamente la vía La Cordialidad por la falta del servicio de agua prometido. Han transcurrido exactamente 16 meses desde que se dio al servicio la obra de infraestructura de suministro de agua potable y esta no funciona.

En Luruaco no hay agua desde el mes de diciembre de 2021 y en Usiacurí —primera semana de abril de 2022— lleva una semana sin servicio obligando a sus habitantes a bloquear las vías de acceso al municipio e Isabel López. 

La gobernadora Elsa Noguera en un trino del 3 de abril de 2022 señala que «Con relación al nuevo acueducto de Luruaco, también hemos estado en permanente comunicación con Findeter, para que el contratista realice los ajustes a la obra y culmine con éxito la fase de estabilización, así el municipio podrá tener agua potable 24/7, que es nuestra meta».

La secretaria de Agua Potable Lady Ospina responsabiliza a Findeter y le solicita que haga cumplir la póliza de estabilización de la obra. 

Es evidente que estamos ante la presencia un elefante blanco por las malas condiciones de su construcción y de una interventoría que parece sumergida en aguas muy profundas. Findeter no responde y los problemas de abastecimiento de agua potable del sur del departamento del Atlántico continúan. No se cumplió la aspiración de agua por las tuberías y menos las de los luruaqueros entusiasmados con las alentadoras palabras de la gobernadora en el sentido que el servicio de agua sería 24 horas los 7 días de la semana.

Una verdadera fritanga en la tierra de la arepa de huevo en que una gigantesca obra de redención social de saneamiento de agua potable terminó convertida en empanada. 

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