Frente a la evidente ingobernabilidad del rector Carlos Prasca en la Universidad del Atlántico no hay mucho que demostrar. En el transcurso del presente año fue suspendido por la Procuraduría General de la Nación con conductas inmorales y anti éticas de tráfico sexual con estudiantes. Tres meses en reposo mientras encargaban como fusible del corto circuito a la Rectora Mary Luz Stevenson y después de componendas con la procuradora regional del grupo del senador Miguel Amín, reintegrarse aparatosamente al puesto entregando varias posiciones a cambio. Todavía no se ha dictado sentencia final en este bochornoso caso.
Ahora Eduardo Verano, ante el paro general de todos los estamentos de la universidad por permitir Prasca la intrusión no justificada de la fuerza pública arremetiendo contra estudiantes y todo el que por desdicha pasara por allí, en un acto insólito de burla, de “perrateo” a la universidad —la cereza que le faltaba al pastel— propone como solución que el rector aficionado al coito anal se vaya de “vacaciones” hasta el 16 de diciembre, justo en plena temporada navideña y a dos semanas que el mandato de contratos chimbos y corrupción de Eduardo Verano llegue a su fin para que el encarte no resuelto por él, fiel a su modo de comportarse, le caiga a la nueva gobernadora. En otras palabras, dilatando por falta de carácter la resolución de un grave problema que aqueja a la Universidad del Atlántico en gran parte propiciado por las salidas en falso del gobernador.
Es la misma solución de “vacaciones” que propuso cuando Vengoechea, flamante director de Indeportes Atlántico —sin ningún triunfo notable y que colocó a Atlántico en el puesto 14 en los Juegos Nacionales— fue encontrado con inconsistencias en la contabilidad por parte de la Contraloría. No solo fue su torpe solución de enviarlo a casa a descansar ante estas graves acusaciones, sino que encima se inventó un aparato inconstitucional de investigación de abogados que evaluaran lo ya mostrado por el ente de control.
Verano pretende que los estamentos de la universidad, cansados de las tropelías de Prasca que este año lleva la friolera de casi medio año sin trabajar (entre suspensión y vacación) y el otro medio año azuzando las fuerzas internas universitarias, capeando tomas, incendios, bombas que en su gran mayoría, por el caos institucional que desatan, al primero que benefician es a él mismo. Una serie de falsos positivos tal como los menciona el consejero superior por los profesores Roberto Figueroa con bombas colocadas en horas nocturnas cuando no hay nadie en la universidad, incendios de salones de clase, daños a la infraestructura y al “ingreso de pandilleros del corregimiento de La Playa armados de palos y machetes a agredir a tomistas pacíficos, así como el ingreso de los mismos a la universidad cuando hay disturbios para que estos rompan vehículos de los docentes y administrativos, así como daños en la cafetería de los estudiantes. Todo el mundo en la universidad sabe que detrás de estos hay empleados y hasta vicerrectores”.
Esa comunicación la pasó el consejero Figueroa al resto del Superior, con toda la suficiente gravedad en lo que señala para que se tomen inmediatas medidas e investigaciones para comprobar su veracidad, pero nada, estamos ante un organismo medio politiquero, medio mafioso –en el sentido de proteger al socio caído- cuyo sentido no es universitario, sino de proveerse de cuotas de poder y contratos que permitan fabricar 1085 órdenes de servicio desangrando el presupuesto de la universidad produciendo, miren que coincidencia, la llegada al Concejo de Barranquilla del consejero Leyton Barrios con una alta votación.
Imposible estas coincidencias. Sobre todo en las declaraciones del nuevo Concejal en pleno Consejo Superior cuando sostiene que detrás de la oposición a su amigo de partido político Prasca se encuentran guerrilleros, paramilitares, vendedores de micro tráfico y similar ralea criminalizándolos con todo lo que ello presupone en materia de seguridad pues lo dice sin sonrojarse delante del mismo Gobernador del departamento. Es en suma lo mismo que dijo Prasca a los medios de comunicación, con todo el cinismo que lo caracteriza para justificar la intrusión violenta de la policía al interior de la universidad.
La comunicación del profesor Figueroa es dramática en la radiografía de la pésima gestión de Carlos Prasca en la rectoría de la Universidad del Atlántico y de la presidencia del Consejo Superior del gobernador Verano. Un verdadero desastre en todo su integral manejo similar a nivel académico al de las inundaciones del sur del Atlántico en su primer mandato. No atinó nunca, ni siquiera en la elección de Prasca haciendo maniobras raras lo que obligó al Alcalde Char a recomendarle “que se amarrará los pantalones”.
Pues bien Alex, Eduardo nunca lo hizo. Siempre con los pantalones abajo dejando que el recomendado Prasca engañe a todo el mundo pues es un mentiroso contumaz. Prometió crear 12 programas profesionales nuevos y dos nuevas facultades, la de Salud con un programa de medicina sin registro calificado y Veterinaria, donde seguramente será menester, algún día, prestarle primeros auxilios. Dijo que la irrupción de la fuerza pública fue con la aquiescencia de la Ministra y ésta lo desmintió.
El enredo de la 550
Sobre la Ley 550 es bueno que se sepa que la Universidad debe casi lo mismo que ha cancelado y que existe una carga pensional que no se ha pagado y que seguramente cuando se termine el plazo de esta ley el 20 de agosto de 2020, la universidad será embargada sistemáticamente por sus acreedores, pues como decíamos gran parte del presupuesto se fue en el pago de las famosas OPS, trasladándolo para surtirlo de recursos, de áreas como mantenimiento lo que explicaría el actual estado de deterioro de gran parte de las instalaciones.
¿En dónde se encuentran las celebradas “virtudes” de rector universitario de Carlos Prasca? En ninguna parte pues fue un ardid para promover la idea que era el hombre idóneo para manejar esta universidad cuando en realidad es todo lo contrario. Carece de competencia e idoneidad. No se le conocen libros, escritos, investigaciones a Prasca. No se le conoce un pensamiento científico. Menos cultural. Lo que ha dejado atisbar de su compleja personalidad es su ductilidad a los políticos –metió en algunos pueblos como Santo Tomás votación para concejales-, su desprecio a la dignidad académica y su irrefrenable tendencia al sexo (cuando le descubrieron las grabaciones diría con voz acongojada y triste de pésimo actor: “me pegaron en la parte que más me duele, mi familia”), sobre todo al coito anal que debe tener alguna relación con el culto secreto a las excrecencias y su fétido olor.
Si algo es de absoluta claridad es la desidia y falta de respuesta de Eduardo Verano ante las crisis
Nuevamente Verano elude una solución de fondo para una universidad que marcha a trompicones institucionales con estos conflictos desgastantes, prohijados por sus mismas debilidades de gobernante y que se trasluce en una crisis galopante que golpea por igual a todos sus estamentos. Ante la salida a “vacaciones salvadoras” a Prasca recurrió a otro de sus métodos patentados como es el de presentar al Consejo Superior una terna de los posibles reemplazos en cabeza de prasquistas de tiempo completo como el vicerrector de docencia, posgrado y la decana de arquitectura. Al que le toque el camarón que se prepare, pues el 16 de diciembre llegara Prasca con la universidad vacía, a sacarlos a empellones del puesto sin agradecerle siquiera la deferencia del reemplazo. El corroncho politiquero se comporta así y nada distinto puede esperarse de sus actuaciones públicas ni privadas.
Si algo es de absoluta claridad es la desidia y falta de respuesta de Eduardo Verano ante las crisis. No deja de ser un ingenuo remedio para engañar a los estamentos universitarios enviando a casita a descansar al inepto —y no es una infamia en absoluto— Prasca en vez de concertar, en un acto de grandeza con la región Caribe, una universidad alejada de todos estos tipos de procedimientos torticeros. No, Verano no le apuesta a ese tipo de situaciones y solo le interesa que los estudiantes no le monten todos los días marchas y campamentos permanentes frente a sus oficinas para que pueda culminar con aparente tranquilidad, los 60 días que le restan como gobernador. Para eso les da ese bombón venenoso de la aparente salida de Carlos Prasca para que el año entrante, con nueva gobernadora, se formen peores tumultos que los de este año y la crisis culmine con corte dramático de muertos y cierres indefinidos.