
Por: Y. B. I. A.
No podrán ellos desmemoriarnos, cuando vengan las lluvias nos sacaran del letargo y volveremos a andar. (Apuntes de Bambarito)
Las brisas de abril intentan quitar el entelarañamiento que afana el alzhéimer colectivo para recordarnos que la ciudad cumple en este mes 205 años.
Esta urbe, aun cuando añeja, se resiste, en la memoria de sus ciudadanos, a olvidar las coincidencias y las verdades de los nefastos meses de octubre de 1993 y 1996.
Fue en octubre de 1993 cuando la Ley 80 le dio de manera categórica a la clase política y gremial de Barranquilla, la oportunidad de fraguar la gran negociación que hoy se cuestiona.
Una disposición contenida en el parágrafo primero del artículo 81 de la ley 80, estableció: Parágrafo 1º.- Transitorio. La presente Ley entrará a regir en relación con la Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla S.A., y para todo lo que tenga que ver con la prestación del servicio de agua, alcantarillado y aseo, tres (3) años después de su promulgación.
Pareciera que desde el 28 de octubre de 1993, la divina providencia le habia asegurado a la clase política y gremial de la ciudad, el tiempo necesario para organizar sus planes y afinar sus intenciones para apropiarse del gran negocio y manejo de los servicios públicos.
La clase política le apostó sin éxito al cambio de mandatario, dado que el llamado digno sucesor de Bernardo Hoyos, les ganó.
No obstante, una vez Edgar Goerge tomó las riendas del poder, las diferencias con el saliente alcalde Bernardo Hoyos se radicalizaron, posibilitaron que los principios rebeldes del médico neurocirujano se fueran por la alcantarilla y creara el ambiente necesario para consolidar una privatización en los servicios públicos a los que siempre se había opuesto en su condición de representante de los usuarios.
El salón Gastón Abello de la Cámara de Comercio fue el escenario de la más grande acción criminal que se le haya asestado a la ciudad y a sus ciudadanos, con guante de cirujano avezado, y la complicidad de actores y coparticipes calificados para asociarse de forma gravosa para materializar el quiebre legal que les daría las ventajas necesarias para lo que hoy parece ruborizar a pocos.
A siete (7) días de cumplirse el plazo estipulado por la ley 80, el 21 de octubre de 1996, se realizó la “Reunión Extraordinaria de la Asamblea General de Accionistas de la Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla E.S.P.
Lo anterior evitó que la forma de convenir y contratar se hiciera de manera diferente, por ello, la premura de realizar lo inimaginable, como hacer que la entidad que haría de socio calificado se escogiera el mismo día de su constitución.
Ese día, que debió ser muy oscuro en el mes de septiembre, porque nadie se percató que ese 19 de septiembre de 1996, el llamado socio calificado se constituyó mediante escritura pública N° 3.983 otorgada el 19 de septiembre de 1996, en la Notaría Quinta de Barranquilla, la que se registró y aprobó en forma irregular, el mismo día en la Cámara de Comercio de Barranquilla.
Como en una noveloa de Kafka: todos se aprestaron diligentemente para consumar el deplorable y vil acto que menguó ostensiblemente los bienes y recursos de la ciudad.
Producto de todas estas triquiñuelas el llamado Socio Calificado INTERAMERICANA DE AGUAS Y SERVICIOS S.A., E.S.P., INASSA S.A. E.S.P., con su Socio Operador AGUAS DE BARCELONA –AGBAR- se apropiaron del 43,31% de las acciones denominadas clase C, las que fueron creadas en esa reunión extraordinaria, conforme quedó sentado en el Acta N° 011 de octubre 21 de 1996, de la Asamblea General de Accionistas de la Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla E.S.P.
Hoy, todos estos individuos que de alguna forma representaron al Distrito, Empresas y Fundaciones, les deben explicaciones a esta ciudad que tanto les ha dado.
Los Actores Directos del primer crimen contra los bienes y recursos de la ciudad en 1996.
En la aleve acción contra el patrimonio de la ciudad hubo actores gregarios que actuaron de buena fe, quizá por la justificada realidad de no saber que el fin de algunos no se congraciaba con el deseo de muchos que esperaban que lo que en la Asamblea Extraordinaria del 21 de octubre de 1996, redundaría en el beneficio del colectivo humano.
De algunos accionistas privados, que son muy representativos y notables, hay que decir que por su experiencia, formación personal y la responsabilidad que le deben a la ciudad, no tienen como justificar lo que hicieron con su presencia y voto en la asamblea extraordinaria donde fue transgredida la seguridad jurídica y birlados los bienes y recursos del Distrito de Barranquilla.
Sea primero señalar como primer agresor de los recursos y bienes de la ciudad a el Alcalde, Edgar George González, quien presidió la reunión y representaba legalmente a la ciudad.
Por los Privados podemos mencionar a La Cámara de Comercio, Promigas S.A., la Fundación Mario Santo Domingo, Cervecería Águila S.A., la Corporación Financiera del Norte S.A., El Heraldo, el Comité Intergremial entre otros.
También participó en representación de la Fundación Monómeros Colombo Venezolano, con su voto, el muy prestigioso y controvertido abogado, hoy, Representante a la Cámara del Departamento del Atlántico, Cesar Lorduy Maldonado
La bendición a la afrenta en su condición de religioso la debió dar el padre Cyrillus Swine quien fungió como miembro de la Junta Directiva.
Los Otros Actores
Hay quienes por razones legales no participaron en la catastrófica reunión extraordinaria de la Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla E.S.P., pero con su silencio cómplice, auparon la violenta transgresión del marco normativo, al quebrantar lo estipulado en materia de composición accionaria, por el Acuerdo 0023 de 199, nadie se percató de como omitieron pasos formales y legales de constitución de empresas y se pretermitiera la ilegalidad de escoger una empresa que no tenía experiencia alguna para ser socio calificado, dada su acelerada formalización encubada y dada a luz en un solo día, y precisamente, el día de su escogencia.
Entidades como la Contraloría Distrital, la Personería Distrital, los partidos políticos, el Concejo Distrital, algunos medios de comunicación le deben a la ciudad sus explicaciones.
Las Acciones con que cuenta el Distrito de Barranquilla.
Si bien con la creación de la Sociedad de Acueducto, Alcantarillado y Aseo de Barranquilla E.S.P., hoy conocida como Triple A, en 1991, el Distrito inició con el 88.20%, de las acciones denominadas clase A, en subasta se colocaron unas -acciones tipo B, que inicialmente alcanzaron el 7.5 % en cabeza de los privados y con la torcida llegada del socio operador, el Distrito se despojó inicialmente del 43,31%, quedando con un total accionario del 49% en 1996.
No obstante la expresa prohibición de Acuerdo 023 de 1991 que en su artículo 5° literal d. Dispuso:
Luego en los siguientes años, en la segunda Administración del Alcalde Bernardo Hoyos Montoya, se da una capitalización y una prorroga en el tiempo que permite la disminución accionaria del Distrito de Barranquilla, quedando tan solo con el 31% de la participación accionaria.
La más interesante capitalización por el final que tuvo, se realizó en el año 2006, siendo Alcalde el economista Guillermo Hoenigsberg, a la que este se opuso por razones financieras, dada la realidad económica del Distrito de Barranquilla, sometido a la Ley 550.
Hoy el Distrito de Barranquilla, tiene menguada su participación accionaria en tan solo el 14.5% muy a pesar de existir todos los fundamentos jurídicos y legales para recuperar en gran porcentaje el poder accionario que otrora tuviera y fuera de alguna manera despojado de distintas maneras, incluidas una capitalización que fue controvertida judicialmente y debe dárseles a la ciudadanía muchas explicaciones que seguramente terminaran en grandes cuestionamientos e investigaciones incluso, del orden penal.