“Dadme el control de la moneda de una nación, y no tendré que preocuparme de quienes dictan sus leyes.” Mayer Amschel Rothschid

Colombia es un país, que se ha caracterizado por honrar su deuda pública externa y privada. Actualmente las firmas calificadoras le quitaron el rango de BBB+, a un BBB- por los problemas fiscales que enfrenta y que con el Coronavirus se afectarán más.

Pero esta calificación no debe ser motivo de preocupación del gobierno colombiano en época de pandemia. El Estado necesita recursos financieros para enfrentar una pandemia que sabemos cómo empezó, pero no sabemos cómo terminará ante la falta de una vacuna que nos pueda garantizar la cura definitiva. El gobierno tiene que saber que en esta crisis que nos cogió con un precio del petróleo y carbón bajo y, un déficit fiscal alto,  no tiene otra salida sino seguir endeudándose.

No es tiempo para estar pendiente de firmas calificadoras o encuestas, es tiempo para tomar decisiones que conlleven a fortalecer nuestro sistema de salud y dotar de recursos financieros a las familias más vulnerables para que con ellos puedan adquirir bienes y servicios en el mercado reactivando así la economía. Es tiempo de aprobar una Renta Básica y renegociar la deuda pública.

En el presupuesto anual del año 2020, se tiene contemplado pagar por servicio de la deuda $53.6 billones, que representan el 20.3%, del total del presupuesto de ese año, y equivalente al 68.4%, de los dineros a invertir en educación y salud.

Para el próximo año, el proyecto de presupuesto contempla un pago por servicio de la deuda de $75.8 billones, equivalente al 91.7%, de la inversión en salud ($35.7 bil) y educación ($46.9 bil). Si esto no es un despropósito, en plena pandemia, la verdad que no entendemos cómo los parlamentarios de las Comisiones Tercera y Cuarta, podrán aprobar ese proyecto de presupuesto sin hacerle modificación alguna, para después presentarlo a la plenaria. Un presupuesto donde lo prioritario no es la salud, ni la educación, ni la reactivación de la economía, lo fundamental para el gobierno de Iván Duque es complacer a sus amigos financiadores de su campaña “los banqueros”.

Destinar el 24.2% del presupuesto del año 2021, para pagar la deuda,  es un atentado contra los pobres del país, que reclaman a gritos una Renta Básica y el gobierno se las sigue negando y pensando que con un ingreso solidario de $160.000 pesos, a dos millones de personas, puedan vivir con esa plata.

Recientemente el G-20, tomó la decisión con el FMI y el Banco Mundial de aplazar por 12 meses, el pago de la deuda de los países pobres, lo que les permitirá liberar unos US $14.000 millones, que  pueden destinarlo a “salvar vidas”  sin tener que preocuparse por el pago de la deuda.

Si bien esta medida es loable, sería interesante que hicieran extensiva la misma a los países en vías de desarrollo como el nuestro, para que se condone una parte de la deuda que de por sí es alta, o le concedan un plazo de 12 meses sin costo adicional para pagar las cuotas correspondientes de agosto de 2020, a julio de 2021.

PROPUESTAS DE 40 PARLAMENTARIOS AL GOBIERNO PARA QUE SOLICITEN LA CONDONACIÓN DE LA DEUDA PÚBLICA.

El 26 de marzo de este año, 40 congresistas le solicitaron al presidente Iván Duque, para que interceda ante el FMI para que le condenen la deuda pública. Mediante una carta, 40 congresistas de ocho partidos políticos pidieron al Primer Mandatario de los colombianos “solicitarle al Fondo Monetario Internacional (FMI), la condonación de la deuda pública, ya que la devaluación de la moneda como consecuencia del choque de la pandemia del Covid-19 ha tenido efectos directos sobre la deuda externa”

Continúan diciendo “Consideramos que en momentos como el que atraviesa el país se debe evaluar la pertinencia de sacrificar inversión social para seguir sirviendo a una deuda, pues la relación del pago del servicio de la deuda externa con respecto al componente definido como gasto social por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) revela que la prioridad de los últimos gobiernos, incluso en períodos donde el pago de intereses fue superior a la amortización de la misma deuda, fue la de cumplirle al capital foráneo”

Finalmente dicen “destinar la quinta parte del Presupuesto General de la Nación en la  vigencia del 2020, para pagar la deuda públicas, es un desafuero. Mientras le pedimos a la gente que se resguarde de la pandemia expuesta al hambre, las deudas de sus hogares y la falta de techo”.

Compartimos totalmente la solicitud que hacen los 40 congresistas, al presidente Duque para que se siente con el FMI a buscarle salida al manejo de la deuda, a fin de liberar recursos para destinarlos en primera instancia a dotar los hospitales de los implementos necesarios para atender la pandemia, contratar la mano de obra necesaria para brindar una atención digna y en especial crear una Renta Básica de un salario mínimo de $877.803, durante cinco (5) meses. El cuarto y quinto mes con aportes del 50% de un SMLV. No olvidemos que con estos recursos estamos impulsando la demanda interna de la economía, que representa alrededor del 85% del PIB.

Nuestro país tiene motivos suficientes para solicitarle al FMI, Banco Mundial, BID y Banca Privada Nacional y Extranjera para que nos  condonen parte de la deuda, y la otra nos conceda un plazo de 12 o 24 meses, para pagarla sin recargo alguno.

¿POR QUÉ DEBEMOS SOLICITAR UN TRATO ESPECIAL PARA NUESTRA DEUDA PÚBLICA?

Por los estragos que hemos sufrido en la economía del país por la pandemia. El estar en confinamiento implicó que la economía este año, tendrá:

  • un crecimiento negativo entre el 8% y 10%, del PIB.
  • Un desempleo entre el 25% y 30%.
  • Ciudades capitales con desempleo entre el 30% y 41%.
  • Un déficit fiscal del 8.2%, del PIB.
  • Un déficit en cuenta corriente del 4.6% del PIB.
  • Una  caída de las exportaciones del 34%.
  • Una disminución de las importaciones del 36%.
  • Un precio del petróleo Brent oscilando entre US$17.6 y US$43, el barril y un  carbón a US$34 toneladas.
  • Una  informalidad del 47%, con regiones como el Caribe  del 60%.
  • Niveles de pobreza del 27%, y pobreza extrema del 7.2%.
  • Niveles que hoy rondan el 40%, unos 20  millones de personas.
  • Una deuda pública del 56.8%, del PIB.

 

Ante esta realidad, y la necesidad de reactivar la economía y salvar vidas, es imperativo que el Ministro Alberto Carrasquilla con su equipo de trabajo se siente a negociar con el FMI, BIRF,BID,CAF la deuda externa y con la banca privada la deuda interna cuyos pagos en intereses y capital son superiores a los de la deuda externa. No podemos olvidarnos que son muchos los privilegios que este gobierno le ha dado a la banca, lo que a pesar de la parálisis del aparato productivo han mantenido sus balances positivos.

Economistas famosos en el mundo,  proponen la condonación de la deuda de los países pobres y emergentes, entre ellos podemos citar a la Cubana-Americana Carmen Reinhart vicepresidenta y primer economista del Banco Mundial recién nombrada y el profesor de Harvard Kenneth Rogott.

Por su parte la ONU dice “un problema de vida o deuda” y propone un acuerdo mundial de deuda para evitar un desastre económico en los países en desarrollo por la pandemia. Continua diciendo, “los países en desarrollo cuentan en la actualidad con obligaciones de servicio de la deuda para la próxima década que se encuentran en niveles agobiantes. Solo en 2020 y 2021, los desembolsos destinados al pago de la deuda pública externa se estiman en casi 3,4 billones de dólares – entre 2 y 2,3 billones de dólares en los países en desarrollo de alto-ingreso, y entre 666 mil millones y 1,06 billones de dólares en los países de mediano- y bajo- ingreso”.

De acuerdo al último informe conocido del banco de la República, entidad que tiene la responsabilidad del manejo de la información, la deuda pública del país es del 56.8% del PIB US$280.497); unos US$159.322 millones, a  agosto 5  de 2020. La deuda Interna US$82.185 millones (29.3% del PIB), y  la deuda externa US$77.137 millones (27.5% del PIB). Se utilizó una tasa de cambio de $3.779,(agosto 5 de 2020).

UN  GOBIERNO CIEGO Y SORDO PERO PARLANCHIN

Indudablemente lo que llama la atención, es que el gobierno del presidente Duque no le ha dado respuesta a los 40 parlamentarios, que le solicitaron negociar la deuda buscando una condonación o una renegociación. Sigue siendo un gobierno ciego y sordo, no solo con lo de la renegociación de la deuda, sino también con lo de la Renta Básica.

El gobierno no está siendo consciente de que tiene una “bomba de tiempo” que puede estallar en cualquier momento porque el hambruna acecha, el desempleo  incrementa la inseguridad,   la prostitución y la delincuencia., La única salida que tenemos es la de renegociar la deuda, para destinar los $100 billones, que deberían pagarse este año y el entrante para invertirlo en el sector salud, en educación, vivienda, vías, etc., para generar empleo y por supuesto en la “Renta Básica” para reactivar la economía.

El gobierno tiene que entender que solo con el gasto público se puede en estos momentos de crisis reactivar la economía, no siga siendo ciego y sordo, tiene tiempo de rectificar como se lo dicen los periódicos New York Time y El Espectador en su editorial del 19 de julio.

Presidente Iván Duque y Ministro Alberto Carrasquilla, sin “Renta Básica” y sin renegociar la deuda externa e interna, no se cumplirán las metas fijadas por ustedes en el MFMP de tener una recesión este año del 5.5% del PIB, y el año entrante crecer al 6.6%. Esa mentira solo se la pueden creer ustedes y sus aliados. Nuestra economía está en crisis por la pandemia, y recuperar el tejido social y el tejido empresarial no  será fácil.

Por último pedirle al gobierno, que evalúe lo logrado  por  Argentina quien renegoció su deuda privada en bonos por  US$65.000 millones, lo que le permite ahorrar US$3.000 millones anuales durante 10 años y Ecuador logró renegociar US$17.375 millones, con los privados, negociación elogiada por la presidenta del FMI, lo que indica que este Organismo ve con buenos ojos la renegociación de la deuda externa. Esto debe servir de ejemplo a los parlamentarios, en especial a los 40, que solicitaron una renegociación de la deuda para seguir presionando al gobierno. Le aconsejamos que utilicen como arma el presupuesto del  2021, que entre otras está calculado con unas variables macroeconómicas irreales.

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