Néstor Humberto Martínez renunció y le pasó la batuta al ahora fiscal encargado Fabio Espitia (der.). Cortesía Fiscalía

TOMADO DE EL ESPECTADOR (Ver artículo original aquí)

Por: Redacción Judicial

“Este desafío al orden jurídico no puede ser refrendado por el suscrito”. Así fue como el entonces fiscal general, Néstor Humberto Martínez, explicó el 15 de mayo pasado por qué dejaba su cargo: se oponía a la decisión de la Jurisdicción Especial para la Paz (JEP) de no extraditar al antiguo jefe guerrillero Jesús Santrich. “Mi conciencia y mi devoción por el Estado de derecho me lo impiden. Por ello, he presentado renuncia irrevocable”, continuó. Esa fue la versión oficial de su dimisión, que él mismo entregó al país a través de los medios de comunicación. Pero en la Corte Suprema de Justicia circula una versión distinta de la intempestiva salida de Martínez.

Semanas antes de que sucediera el episodio Santrich, el fiscal Martínez estuvo en la Corte hablando con magistrados. En enero de este año, él presentó un impedimento total sobre los procesos relacionados con el escándalo de corrupción de Odebrecht y, en mayo, estuvo en varios despachos dando explicaciones personalizadas sobre su rol en las investigaciones. De esos acercamientos dejó registro la revista Semana el pasado 9 de mayo —seis días antes de su renuncia— y, en público, Martínez sostuvo siempre que hizo lo correcto con Odebrecht; pero para varios de los togados, su presencia en los pasillos de la Corte fue sobre todo un lobby.

::Hallazgos y tropiezos del fiscal “ad hoc” en el caso Odebrecht::

El Espectador habló con magistrados, exmagistrados y abogados que conocen muy de cerca los temas de la Corte y por lo menos ocho fuentes confirmaron que desde el momento en que Néstor Humberto Martínez empezó a rondar el alto tribunal, supo del plan que allí se estaba trazando: apartarlo de todos los expedientes de Odebrecht. A pesar de haber radicado el impedimento total, Martínez, dicen las fuentes, no ocultó su desconcierto al saber que el alto tribunal, el mismo que lo eligió para ser la cabeza de la entidad judicial más poderosa del país, iba a tomar tal determinación. Del tema se iba a hablar en Sala Plena el 21 de mayo; el 15 de ese mes, renunció.

“Es que él nos mintió”, dijo a este diario un integrante de la Corte Suprema de Justicia. Se refería a que, ante ese alto tribunal, Martínez aseguró que solo supo de posibles delitos cometidos por Odebrecht cuando ya ejercía como fiscal general y no antes, cuando actuaba como asesor legal de Corficolombiana, una entidad financiera que pertenece al Grupo Aval. Este conglomerado económico se hizo socio de Odebrecht en 2009 en la concesionaria Ruta del Sol 2, con su empresa Episol. “El malestar en la Corte hacia Martínez era muy alto”, le dijo a este diario un abogado cercano a varios de los magistrados.

El país se enteró de que, desde antes de llegar a la Fiscalía, Néstor Humberto Martínez conoció de presuntas irregularidades cometidas por Odebrecht con dineros de la Ruta del Sol 2, gracias a un hombre que no vivió para ver los efectos de sus revelaciones: Jorge Enrique Pizano, quien de agosto de 2010 a noviembre de 2017 trabajó como controller(una especie de contralor) de la concesionaria, posición desde la cual descubrió posibles anomalías en contratos y manejo de recursos que involucraban a la concesionaria. En 2015 —fecha estimada—, Pizano se reunió con Néstor Humberto Martínez y grabó por lo menos dos conversaciones.

“Mire todos los delitos que se han cometido”, le dijo el entonces asesor de Corficolombiana a Pizano. “Soborno, lavado de activos, falsedad en documento privado, administración desleal, abuso de confianza”, agregó Martínez ante Pizano, quien, a su vez, apoyado en documentos, iba explicando sus hallazgos. Cuando El Espectador reveló el contenido de ese audio, en noviembre del año pasado, el fiscal Martínez expresó que ese día le leía a Pizano el concepto de un penalista al que había consultado, mas no daba por seguro que esos actos ilegales sí se habían ejecutado. Ciertos o no los delitos, el exfiscal nunca mencionó el tema a la Corte Suprema.

De ahí la molestia entre los magistrados, especialmente porque, para un grupo dentro del alto tribunal, era claro que un fiscal que sospechara con antelación de irregularidades en un caso que lo tocaba directamente debía advertirlo. Esta postura la compartieron con sus colegas en Sala Plena pocas semanas antes de la renuncia de Néstor Humberto Martínez. A puerta cerrada, en la Corte se debatieron varios caminos: pedirle la renuncia al fiscal, revocar su mandato o apartarlo de todos los procesos de Odebrecht. Las dos primeras ideas, afirmó públicamente el presidente de la Corte Suprema, Álvaro García, no tuvieron asidero.

“Alguna vez hubo una solicitud de que se le pidiera la renuncia. La semana pasada, en la última sala, se resolvió una petición de revocatoria por haber ocultado datos. La decisión de la Sala Plena fue que no tenemos la potestad para pedirle la renuncia, ni para revocar ese mandato”, explicó el magistrado García a periodistas cuando Martínez anunció su partida de la Fiscalía. Sin embargo, la alternativa de apartarlo de todos los casos de Odebrecht no fue rechazada en la Sala Plena. El asunto se quedó en el tintero, con la promesa de volverlo a discutir el 21 de mayo y, tal vez, ese mismo día, tomar decisiones. Pero Martínez se adelantó.

::Néstor Humberto Martínez sospechó que hallazgos de Pizano eran delitos::

“De buena fuente sé que el fiscal sale para no darle el gusto a la Corte de sacarlo. Esa jugada se la iba a evitar como fuera, pues él es un tipo político, a quien le importa mucho su imagen, y una decisión de esas podía afectarlo mucho: lo que se ponía en juego era su credibilidad; y eso, para él, era la muerte”, le contó a El Espectador un abogado tributarista que conoce estrechamente el mundo laboral en el que se mueve Martínez. “Los magistrados también empezaron a dudar de su imparcialidad al conocer los informes que iba presentando el fiscal ad hoc[Leonardo Espinosa]”, dijo otra fuente consultada.

En noviembre del año pasado, la Corte Suprema nombró a Espinosa tras admitir los impedimentos presentados por Néstor Humberto Martínez y por su vicefiscal, María Paulina Riveros —quien renunció junto con él—, en tres expedientes de Odebrecht. Espinosa se posesionó en diciembre del año pasado y estuvo en el cargo cinco meses, pues, al dimitir Martínez y Riveros, la Corte dio por finalizada su Fiscalía ad hoc también. En ese tiempo, Espinosa reportó al alto tribunal que había desarchivado el proceso de las exministras Gina Parody y Cecilia Álvarez, una decisión que había tomado la administración Martínez.

Documentó, asimismo, hallazgos y tropiezos frente a la Fiscalía de Néstor Humberto Martínez: al solicitar carpetas claves, no se las enviaban completas o se las enviaban tarde; descubrió que las órdenes de captura en contra de tres directivos de Odebrecht (Marcio Marangoni, Eder Paolo Ferracuti y Amilton Hideaki) no se activaron a tiempo; encontró que Ferracuti logró retirar más de $900 millones de una cuenta colombiana sin que la Fiscalía lo evitara, y aunque le comunicó sus inquietudes a Martínez, él nunca le contestó directamente. Informe tras informe, los magistrados fueron tomando nota de lo que pasaba.

::“Esto lo está moviendo alguien investigado por la Fiscalía”: Néstor Humberto Martínez::

En la determinación de la Corte de nombrar un fiscal ad hoc quedó plasmada la postura de que, tal vez, lo más conveniente para el país era que todos los expedientes del tema quedaran en manos de un tercero que garantizara “independencia e imparcialidad”. Fue el magistrado Luis Armando Tolosa quien, en su salvamento de voto, expuso: “El caso Odebrecht es un ‘todo’ no tres ‘procesitos’ (…) Luego, si se trata de toda la investigación, la Sala debió implementar una Fiscalía ad hoc, como equipo, estructura o institución, en la que no haya posibilidad de exposición a la influencia de los impedidos o recusados”.

Los argumentos para dar la pelea en la Sala Plena y pedirle a Néstor Humberto Martínez que se apartara de todos los casos estaban listos, pero su sorpresiva renuncia cambió los planes. El “todo” de Odebrecht regresó a la Fiscalía, a manos de un funcionario nombrado por el mismo fiscal Martínez: Fabio Espitia. Para algunos litigantes consultados, esa decisión, una vez más, pone en tela de juicio el trabajo del ente investigador respecto a este escándalo. Otros aseguran que Espitia es un respetado abogado, de gran trayectoria en el mundo académico y con las credenciales para asumir las riendas de la Fiscalía mientras se elige un nuevo fiscal.

Durante la próxima semana se espera que el fiscal (e) Espitia haga importantes anuncios acerca del caso Odebrecht, entre los cuales podría haber decisiones claves fundadas en los pendientes que dejó Leonardo Espinosa. El Espectador le preguntó al exfiscal Néstor Humberto Martínez sobre esta versión alterna que hay de su salida de la Fiscalía, pero el alto exfuncionario no se pronunció.

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