Por: Jan Slodvak

Tremendo escándalo con políticos pronunciándose contra el atropello y, además, los medios de comunicación haciendo eco de “costeñidad” con la alharaca de racionamientos de gas en la costa por el daño en el gasoducto entre Cusiana y la estación compresora de Miraflores operada por Transportadora Internacional TGI. Ante el evento, con todo lo que implica en suspensión de servicios en varias zonas del interior de Colombia, el Ministerio de Minas dictó la Resolución #40646 que básicamente, para atender la emergencia, corta el suministro de gas a la costa y se lo da al interior permitiendo suplir la atención de la demanda de gas natural para consumo interno.

La medida causó molestias en el sector industrial del Caribe y lleva a disquisiciones tan importantes, ya que dudamos seriamente que si, en caso contrario, el daño hubiese sido en la Costa, el gobierno racionaría el gas en el interior. En efecto, el actual racionamiento de gas a la Costa parece una de las tantas medidas centralistas con las cuales se ha frenado el desarrollo de la región Caribe privilegiando el centro de poder político: Bogotá y Medellín con sus zonas de influencia.

A los acuciosos medios de comunicación barranquilleros, que como decía el general mexicano Obregón “no aguantan un cañonazo de $50.000 pesos”, les pareció un atropello el embrollo –y en realidad lo es– pero lo que desconocen y ocultan obedeciendo a intereses de los centros de control político económico de la ciudad es que desde hace tres años, exactamente desde el 2015, viene sucediendo tal hecho sin que nadie diga nada, con la llevada de gas de la costa hacia el interior pese a que nos han vendido la idea que los pozos de gas se encuentran próximo a terminarse, sobre todo los de la Guajira.

En efecto, se trata de retrotraer a la crisis energética del 2015-2016, cuando el suministro de energía eléctrica disminuyó debido a las consecuencias del fenómeno de El Niño y a las imprevisiones en tal sentido del gobierno colombiano, lo cual provocó sequías generales afectando los niveles de los embalses generadores de energía hidroeléctrica y termoeléctrica, provocando un déficit en la producción en las instalaciones de Isagen y Empresas Públicas de Medellín –la misma de Hidroituango– con sedes en esa ciudad, acudiendo las plantas al consumo de gas para suplir la carencia de gas. Este proceso indicaría algunas de las prisas de Hidroituango, volándose, en la loca carrera de entrar a producir, los procesos que deben cumplirse en la construcción de represas con los efectos conocidos hasta el momento, sumado a la inestable geología y a una irresponsabilidad gerencial en todas sus etapas.

Pues bien, ante la necesidad de gas para el interior del país surtiendo las plantas eléctricas, en la costa nos anunciaron racionamientos por escasez y que todos deberíamos pagar, de alguna manera, las consecuencias de las travesuras de El Niño. Además, con el agravante que era un problema nacional y que todos debíamos prestos responder ante la emergencia. Es allí cuando empiezan a conocerse otras aristas del problema, entre ellas que el gas de esas plantas de energía del interior, no lo estaba suministrando TGI u otro proveedor, sino la costa. Por ello la Corporación Cívica por Amor a Barranquilla, con registro de Cámara de Comercio 18326, envía al Ministro de Minas y Energía Tomás González un derecho de petición con 10 puntos sobre temas de generación de energía, capacidad, subsidios y en lo concerniente al gas, en su punto 10, inquirían sobre lo siguiente:

Señor Ministro: Confírmenos la siguiente información: Acaban de descubrir unos pozos de gas natural en el departamento de Sucre; se están instalando 2 líneas de conducción del gasoducto –uno para Antioquia, otro para Cerromatoso (ferroníquel), entonces la solución URRA 2 para que sirve o ha servido como solución energética para la costa como pomposa y sutilmente nos engañaron.

El petitum –que es también técnicamente una queja- se refiere a hechos que habían pasado en apariencia inadvertidos. Uno que sí se habían encontrado yacimientos en la región Caribe y que por cierto, después de su complicada tramitología, parece estaban en plena explotación y dos, que el gas que se estaba extrayendo tenía dos destinatarios directos: el departamento de Antioquia –si, el mismo en donde se encuentra ISA, ISAGEN y EPM- y el complejo minero de Cerromatoso.

Nada menos. Con los flamantes directivos de la llamada Región Caribe en hermetismo ante ese hecho de suprema gravedad. Mientras le ayudábamos a paliar el déficit a los antioqueños, en la costa nos obligaban a racionar. Pues bien, el Ministro de Minas y Energía, respecto al punto del gas, dos años después le envía una carta el 19 de abril de 2017 al doctor Orlando Velandia, presidente de la Agencia Nacional de Hidrocarburos, “por ser de su competencia, a que responda si los 75 pozos hallados en San Marcos, Sucre, de gas natural, hacia donde se dirige este producto o gas (tenemos conocimiento que estos pozos están unidos subterráneamente y salen conductos que nos informe hacia donde va este gas”.

La pregunta a responder era si había pozos de gas en San Marcos, Sucre; si se encontraban en el proceso de explotación y hacia donde se enviaba su contenido. Pues bien, el 30 de mayo de 2017, le responde a la Corporación Cívica por Amor a Barranquilla, el Vicepresidente de operaciones, regalías y participaciones de la Agencia Nacional de Hidrocarburos: Omar Alonso Mejía:

Para su información, los pozos mencionados son los que están en el municipio de San Pedro, Sucre y pertenecen al campo de gas La Creciente, cuyo operado es Pacific E&P; en este campos se encuentran las facilidades de producción para medir y fiscalizar el gas. Una vez se mide este gas, es transportado por una línea en la que en su gran mayoría se encuentra enterrada (subterránea) y después se une al gasoducto matriz de Promigas, para distribuir gas en la costa Caribe (domiciliaros y otros consumidores).

La respuesta, mal redactada e inconclusa, reconoce varios puntos:

  1. Pozos de explotación en San Pedro, Sucre.
  2. Allí se mide y se fiscaliza (?) el gas.
  3. Medido el gas se transporta.
  4. El transporte es por una tubería no visible, es decir subterránea
  5. Se une la tubería al gasoducto matriz de Promigas
  6. Este empresa se encarga de su distribución
  7. La distribución se hace para la región Caribe

La respuesta pues, se encuentra incompleta con un factor muy importante. Si el gas, ya en las manos del distribuidor privado Promigas, efectivamente lo distribuye en la costa o lo vendía en esa precisa coyuntura a empresas antioqueñas durante la crisis energética de El Niño en desmedro de los intereses en tal sentido de la región Caribe. Para la Agencia Nacional de Hidrocarburos, y no les consta hacia donde lo bombean o impulsan: si hacia abajo o hacia arriba, ni tampoco es políticamente correcto decirlo, el gas se distribuía en la costa.

Mueve a sospechas que un derecho de petición de información, cuyo trámite normal legal es de 15 días hábiles, hayan pasado casi dos años para su respuesta, indicador sospechoso para la Corporación Cívica por Amor a Barranquilla, insistiendo en que esta cesión de gas de los pozos de San Pedro, Sucre al interior del país –Antioquia– si sucedió y fue cuidadosamente camuflado y minimizado por los grandes medios de comunicación al igual que las autoridades energéticas y políticas que les pedían a los costeños mesura en los consumos de energía y resignación ante los aumentos de tarifas, mientras por otro lado despachaban el gas a los antioqueños que nos los regresaban a través de energía eléctrica más cara.

Triste historia, en caso de ser cierta, que comprobaría la admonitoria frase garciamarquiana de “las estirpes condenadas a 100 años de soledad” prosiguiendo sin dolientes en su mismo errático destino. Quebraron y liquidaron a Corelca que era nuestra respuesta a la energética condena y hoy estamos expuestos a las fluctuaciones del clima, del mercado y de los tiburones financieros involucrados en estas empresas.

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