Es verdad, es una realidad inocultable: el presidente de Colombia, Gustavo Petro Urrego, está completamente loco, por eso le damos la razón a los medios de comunicación tradicionales (afines a los partidos de derecha) que han divulgado la alarma para que se tomen los correctivos necesarios.
Hasta Juan Fernando Petro, en un acto de traición a su propia sangre, imitando a Orestes cuando le clavó el cuchillo a su propia madre, dijo en una entrevista a un canal enemigo del presidente que su hermano no estaba bien de la cabeza, que algo raro pasaba en su psiquis.
Sí, no podemos negarlo, el presidente Gustavo Petro está completamente loco, pues rotundamente se ha opuesto a que se sigan robando a Colombia los mismos grupos de poder de siempre. Y para rematar en su locura, se ha dedicado a destapar los latrocinios enquistados en todas las estructuras del Estado.
Su demencia ha llegado al punto de querer humanizar las Fuerzas Armadas y de Policía, extirpar el cáncer de la corrupción que corroe su misión institucional de proteger la vida de todos los colombianos, librándola del poder influyente del narcotráfico, el enriquecimiento ilícito y el subyugamiento a las bandas criminales.
Qué locura la del presidente Petro de querer devolver a los campesinos sus tierras arrebatas a punta de fusil, de apoyarlos con vehemencia para que comiencen a cultivar y producir alimentos para todos los colombianos.
Podemos seguir enumerando actos de enajenación mental peligrosos del presidente Gustavo Petro, sobre todo para la estabilidad de los grupos económicos y políticos tradicionales de poder en nuestro país, pero no queremos crear más pánico y alarma.
Lástima…
Lástima que este país, a pesar de toda la tecnología de última generación que tenemos a la mano, se comporte o viva con dos y hasta tres siglos de atraso. Muchas regiones son premodernas, en donde millones de personas padecen el síndrome del esclavo satisfecho.
La esclavitud mental subyuga a más de medio país que se alimenta de los medios de comunicación tradicionales en manos de los grupos de poder, al punto que vuelven a elegir a los mismo que los mantienen sin salud, educación y un pésimo nivel de vida.
Pero también lástima que el presidente Petro no haya conseguido más personas de su talante o del talante del director de la SAE, para acelerar los procesos y que su locura sea más eficiente y efectiva, y que gran parte de ella no siga convirtiéndose en meros discursos, en puro bla bla bla.