Hidroituango: Así ha sido huir y dejarlo todo en Puerto Valdivia Foto: David Estrada Larrañeta/ SEMANA
Puerto Valdivia. 16 Mayo 2018. Alerta roja por accidente en Hidroituango. Foto: David Estrada Larrañeta/SEMANA

Por: Jan Slodvak

Lo que era un remota probabilidad de ocurrencia en la construcción de la represa de Ituango en Antioquia, hoy es una desalentadora posibilidad que tiene en vilo a medio país: el evento de colapso estructural de la presa con sus obras, ante una serie de incidentes geológicos e hidráulicos totalmente fuera del control de las empresas de ingeniería y de sus socios EPM e IDEA (Instituto de desarrollo de Antioquia). Más concretamente de la Alcaldía de Medellín y la Gobernación de Antioquia.

En la revista digital Colombia Plural, el periodista Camilo Alzate, en el reportaje Hidroituango: las voces de la crisis provocada por EPM, muestra en donde se inició el proyecto: “La clase empresarial antioqueña está soñando con esta megarepresa desde los años sesenta, pero fue durante la gobernación de Álvaro Uribe Vélez que la idea tomó forma. También en aquella época ocurrieron la mayoría de las 63 masacres que azotaron la región provocando la huida masiva de las comunidades del cañón del río Cauca. Cientos de fosas comunes reposan en la zona ahora bajo el agua y se calcula que hay, al menos, 900 cuerpos sin localizar y, por tanto, sin exhumar. Las pavorosas matanzas de El Aro y La Granja, en Ituango, donde varios testigos involucraron directamente al ex presidente Uribe como autor intelectual, se consideran la punta de lanza de la expansión paramilitar para disputar un territorio controlado históricamente por las guerrillas. Con las comunidades desplazadas y debilitadas, hace una década la construcción se abrió paso en medio de amenazas de muerte, asesinatos de líderes, desalojos y arbitrariedades, siempre con el respaldo del estatu quo político y empresarial de Antioquia, entre ellos el del ex gobernador Sergio Fajardo”.

Otro nombre aparece en la trama: el del ex gobernador Luis Alfredo Ramos vinculado a la campaña presidencial de Iván Duque en calidad de jefe de debate. Desde otra campaña, el candidato Gustavo Petro, durante una manifestación  en Medellín, dijo: “Álvaro Uribe y Luis Alfredo Ramos son quienes contra la opinión y oposición del pueblo de Ituango, que fue masacrado, tomaron la decisión de echar para adelante la represa fallida”.

Eso no es todo. Hace escasos dos meses asesinaron a 2 activistas de la Corporación Ríos Vivos que estaban en contra del proyecto y sus efectos ambientales. Es frecuente queja de las comunidades involucradas en el área de influencia de la represa de los mecanismos de represión por parte del ESMAD ante la indiferencia de la gobernación de Antioquia, socio del 53% de la hidroeléctrica y la EMP del municipio de Medellín con el 47% restante que además actúa como constructora al lado de Conconcreto, empresa antioqueña, una chilena y en la interventoría de Ingetec, cuestionada empresa que también construiría el metro elevado de Bogotá.

La construcción de la represa de Ituango parece llevar el sello de la tragedia. En los estudios previos realizado por EPM se determinó que la zona era geológicamente inestable. Igual fue el criterio de otros expertos, más todo eso quedó anulado frente a los supuestos beneficios económicos que traería el proyecto que de salida tiene capacidad para abastecer a toda Colombia, un reto estratégico de la dirigencia antioqueña e incluso para vender un excedente afuera. Y si la tierra falla y tiembla, al agua le va mucho peor, pues la corriente del río Cauca que viene con carga de aguas residuales de ciudades como Cali y Popayan, al pasar por el embalse, quedan sin oxigeno matando a cualquier posibilidad de vida en su interior.

El desastre se anuncia lentamente

Las imprevisiones en el manejo de esta megaproyecto constituyen una suma de desaciertos y una muestra exagerada de confianza en los diseños desdeñando a la naturaleza y la memoria de las aguas. En efecto, taponaron con concreto los túneles que comunicaban al Cauca de una lado del embalse al otro, convencidos que todo se encontraba en perfecto control con el afán del inicio de la generación eléctrica a finales del año 2018 la cual ya se encontraba negociada.

Ante el taponamiento de la salida del río Cauca, este se desecó del otro lado con la consecuente mortandad de peces y la alarma general de las poblaciones ribereñas ante el inusitado fenómeno que presagiaba lo peor, como efectivamente sucedió, cuando decidieron inundar el gigantesco cuarto de maquinas para usarlo como desaguadero, saliendo un caudal extraordinario de agua que algunos calculan en 6000 metros cúbicos por segundo y que en la práctica arrasaron lo que encontraron a su paso: barrios, sembrados, animales, arboles, puente y carreteras.

Según contó el minero William Gutiérrez a la revista digital Colombia Plural, la creciente del Cauca “nunca había sucedido arrasando 3 barrios completos del corregimiento de Puerto Valdivia, una estación de gasolina, dos puentes y la banca de la carretera que conduce de Medellín a la costa. Esa ciencia de los ingenieros de Hidroituango no funcionó, las alarmas no se accionaron y cuando menos pensamos era que se estaba llevando el puente. Gracias a Dios eso fue temprano, durante el día”.

A la larga todos los miedos pasados y los futuros previstos obligaron a la evacuación de Puerto Valdivia. Igual con la población del municipio de Ituango que han salido escoltadas por personal de la EPM pues deben cruzar necesariamente –qué miedo!- sobre el muro de contención de la represa señalando en declaraciones que esta se encuentra casi llena y a punto de rebosar, cosa absolutamente cierta pues el agua no tiene por donde salir, ejerciendo una presión sobre el inmenso muro y las montañas circundantes.

Una situación sin control

Los antioqueños, regionalistas y orgullosos de sus logros empresariales, no salen de su asombro ante este descalabro ingenieril y financiero de la represa que cuesta 11.4 billones de pesos y que obligó a la suscripción de recientes créditos bancarios internacionales por 1000 millones de dólares. El día 17 de mayo, en pleno desarrollo del drama de la represa en problemas, la calificadora de riesgos Fitch calificó negativamente a EMP y a este proyecto cuyo seguro de responsabilidad extracontractual de USD $2500 para cubrir daños materiales con un deducible de USD $1.000.000. La calificación financiera a EPM en 2017 contemplaba una tendencia rápida al desempalacamiento apenas terminara la construcción de la represa, asumiendo un crecimiento del EBITDA cercano al 50% que explicaría el afán de terminación oportuna del proyecto.

Para EPM uno de los escenarios evaluados en las reuniones de los directivos es la “pérdida total de la presa”. A tal  decisión llegaron luego que el día 16 de mayo se taponará la salida de aguas por el cuarto de maquinas debido a obstrucciones no identificadas que dieron como consecuencia que el agua saliera por túneles de vehículos, ante la alarma general por este inusual hecho. Y que quiere decir la “pérdida total de la presa”? El evento en que las fuerzas descontroladas del agua –tal como está sucediendo- busquen salida a la presión del embalse en la inconclusa represa.

El día miércoles 16  de mayo el gerente de la EPM, Jorge Londoño de la Cuesta se refirió en medios radiales a las filtraciones de agua por la parte trasera de la represa, desbordando el control del equipo técnico de esa empresa. Al medio día de ese 16 se encendieron las alarmas ante el taponamiento de la salida de aguas por el cuarto de maquinas. El 17 el gerente va más a fondo cuando dice: “Seguimos trabajando en forma conjunta con todas las autoridades con el peor escenario de que no aguante la presa”, dice, agregando una previsible situación de “proyecto en una situación irreversible”.

Ustedes se preguntaran que quiere decir EXACTAMENTE proyecto en una situación irreversible? Pues bien, significa que el control del agua, base fundamental del desarrollo y construcción del proyecto se les salió de la mano y ante este desmadre acuático, la presa puede entrar en un estado de colapso que incluso la convierta en inservible.

Por ello el gobernador del departamento de Antioquia, el alcalde de Medellín y el gerente de la EPM enviaron una carta al presidente de la republica en doble tono: uno comentando los sucesos para la debida alerta de los comités de emergencia y otro solicitando ayuda aunque no queda claro exactamente en qué. El presidente de la republica, en malas relaciones con la dirigencia paisa –hay que señalar que el departamento de Antioquia a través del IDEA es socio del proyecto y el municipio de Medellín a través de las Empresas Publicas de Medellín- les respondió presto indicando que se han tomado medidas de emergencia y que la responsabilidad de la represa es de EPM. El editorial del diario El Colombiano de Medellín, conservador y uribista, hizo ante este cruce de cartas un “llamado a la solidaridad con la EPM”, que enfrenta sin dudas el peor momento de su historia institucional.

El rompimiento de la presa

Los anuncios del IDEAM en cuanto la meteorología en el área de influencia de la represa de Ituango son preocupantes. Lluvias en un 80% aumentando el caudal del río Cauca y en consecuencia acelerando el llenado del embalse sin su debida finalización y con los túneles de salida de aguas obstruido o las aguas buscando otros caminos ante la tremenda presión.

El 17 de mayo el gerente de EPM, en declaraciones a Caracol radio, alertó a las comunidades ribereñas a una nueva emergencia con esta sentencia apocalíptica: “La preocupación máxima es cómo organizarnos ante un eventual rompimiento, lo que originaría una gran marcha aguas abajo si se llegara a presentar (…) En el peor de los escenarios la mancha de agua podría conectarse con La Mojana”. En el diario El Colombiano, de Medellín, el periodista Diego Zambrano indicaba que según declaraciones del gerente Londoño, el agua represada en el proyecto Hidroituango llevaba más de 7 horas bajando por una galería –nadie sabe porque el agua tomó por allí- y no por el cuarto de maquinas reconociendo el gerente que “no tienen control de esta situación y por eso mantienen las máximas alertas”.

A ello se suma que faltan varios metros para alcanzar la ansiada cota final del embalse y que las vías por donde transita la maquinaria se encuentra afectadas por la emergencia de la galería. Un panorama con pésimas perspectivas que obligó al gerente de la EPM a indicar, nuevamente, la posibilidad del rompimiento: “Existe la posibilidad de que eso pase y por eso el llamado a la comunidad a estar atentos. La inundación sería muy grande, afectaría varios municipios aguas abajo, en Antioquia hasta Caucasia y Nechí. La Unidad Nacional de Gestión de Desastres informó que durante el proceso de evacuación llevado a cabo el miércoles 16 de mayo trasladaron a 4.985 personas de los municipios del Bajo Cauca antioqueño a zonas seguras. Pero no solo resultarían afectados los municipios antioqueños de Valdivia,
Cáceres, Caucasia, Nechí, Tarazá, Briseño, Ituango sino mucho más en otros departamentos. En Sucre Majagual,  Guaranda, San Marcos, Sucre, Caimito, San Benito de Abad. En el departamento de Córdoba
Ayapel; en el departamento de Bolívar Achí, Magangué y
San Jacinto del Cauca.

Los expertos que conocen la situación actual de la represa señalan la suma de factores que puede desencadenar la tragedia que sería de las mayores en la historia de la ingeniería mundial, comparable, para algunos, con el caso de la central nuclear rusa de Chernobyl. Según José Hilario López, consultor y profesor emérito de la facultad de minas de la Universidad Nacional “si el agua logra subir en el embalse, preparémonos para lo peor. La presa tiene un núcleo de arcilla y por las lluvias es difícil su compactación. En caso de un rompimiento sería una avalancha peor que Armero”.

Los anuncios sobre el probable rompimiento de la presa no son en absoluto alarmistas ni agoreros. Obedece a varios indicios presentados precisamente por el gerente Londoño de la EPM: “Tenemos un sistema de monitoreo sobre la estabilidad de la presa, no es conveniente que el agua salga por la base de la presa, en ese sentido tenemos el sistema de monitoreo que indica si la presa está sufriendo desestabilización o movimiento que advierta algún riesgo, hasta este momento, la presa se ha comportado estable a pesar de que tiene agua fluyendo en la base”. En el diario El Tiempo, en su edición del jueves 17 de mayo, dijo algo mucho más grave aún: “el flujo de agua del río Cauca estaría erosionando y, posiblemente, desestabilizando la infraestructura de la presa, lo que podría romperla”.

Hay que explicar en qué consiste el fundado temor. Ante el represamiento de las aguas en una presa que todavía se encuentra inconclusa, sin posibilidad de evacuación de aguas del Cauca río abajo, este inmenso volumen de agua –el fundamento de la hidráulica- ejerce una gigantesca presión sobre el talud, buscando por la fuerza de la gravedad y de la llamada memoria del agua, salidas que ante los taponamientos, buscan alternativas, entre ellas algunas galerías y resumiendo por debajo de la presa, remojando la base de arcilla que contiene la enorme estructura de contención, que privada de su sustento, se desliza por el esfuerzo del peso, resquebrajándose y saliendo el agua a borbotones en boquetes a gran presión.

Digamos que el cauce del Cauca en épocas normales lleva 1200 metros cúbicos por segundo y en la reciente avalancha que arrasó puentes, vías e inundó poblaciones llevaba 6000 metros cúbicos por segundo. De hecho en Nechí, según declaraciones del Alcalde Esven Cortes hay ya calles inundadas, al igual que en Achí en donde el Alcalde Javier Nadjar manifiesta su preocupación por los altos niveles del río. Pues bien, esto no es nada en caso del rompimiento de la presa pues se formaría una gigantesca ola de 20 metros de altura activada a una velocidad constante de 250.000 metros cúbicos por segundo!

El tiempo que recorre el gran volumen de agua en el caso de la ruptura de la presa es de una hora y media hasta Puerto Valdivia, a 4 o 5 horas hasta Tarazá y Cáceres, a 10 horas de Caucasia y a 20 de Nechí, entrando en los departamento de Sucre –La Mojana- y Bolívar en 36 horas. Un volumen de agua que ingresa al río Magdalena en proporciones nunca vistas –el Cauca es su principal afluente- y que afecta la depresión momposina por los lados de Magangué casi a los 2 días después siguiendo en su marcha hacia Bocas de Cenizas afectando las poblaciones ribereñas e incluso a Barranquilla en los barrios aledaños al río Magdalena.

Los análisis numéricos y matemáticos sobre el rompimiento de presas

Las presas fallan por varios factores. Uno de ellos el diseño erróneo del aliviadero que no puede evacuar los flujos de agua –como es el caso de Hidroituango- subiendo el agua por encima del nivel máximo del proyecto causando afectaciones como la erosión de la presa, el macizo no resiste la presión de un volumen de agua para el que no estaba diseñado y la presión de la presa abre lentamente –es el caso de Hidroituango- caminos de infiltración, creando eventualmente un boquete que derrumba la presa.

Hay varios modelos matemáticos para explicar, analizar o evaluar los posibles escenarios de rompimiento y sus consecuencias. Citemos el articulo “Flujo inducido por el rompimiento de una presa: análisis mediante modelación numérica” escrito por los ingenieros Ignacio Sabat, de la Universidad de Concepción en Chile y de Bernd Ettmer, del Hochshule Magdeburg-Stendal de Alemania. Por supuesto que no es espacio propicio la presentación de las formulas matemáticas pero si conveniente explicar las consecuencias del rompimiento de la presa en la cual, señalan los autores, en determinados países la legislación de construcción exigen como parte del proyecto de embalse, el análisis de seguridad de la presa que incluya el cálculo del flujo inducido por su eventual rompimiento. Dice el citado ensayo científico:

“De manera típica, las presas de tierra y enrocado presentan rompimientos graduales, con una abertura de brecha que demora del orden de horas, y que induce un flujo gradualmente variado hacia aguas abajo, mientras que las presas de hormigón presentan rompimientos instantáneos, con la formación de una onda negativa hacia aguas arriba, controlada por la geometría del valle, y una onda de shock que se propaga hacia aguas abajo (e.g., Vischer & Hager, 1998). Rubio, Martínez y Meza (2012) estimaron el caudal máximo causado por el rompimiento gradual de una presa aplicando distintas formulaciones empíricas. Realizaron un rastreo de la crecida hacia aguas abajo utilizando el software HEC-RAS, considerando un canal trapezoidal, a fin de establecer la distancia a la que el paso de la avenida ya no representa peligro para la población. En casos reales, la geometría y resistencia al escurrimiento del valle y del cauce controlan la propagación de las ondas hacia aguas arriba y hacia aguas abajo. Por ello, en la práctica es pertinente una representación 2DH del fenómeno, que se realiza mediante aplicación de métodos numéricos. La existencia de ondas de shock requiere implementar esquemas de discretización espacial con muy baja difusión numérica, que garanticen conservación de los flujos a nivel local y estabilidad de la solución, en especial en la vecindad del shock”.

Lo más curioso del caso. En la Actualización del estudio del impacto ambiental, plan de Contingencia de EPM para Hidroituango, por cierto convenientemente desmontada de las redes sociales, señala algunos riesgos para la obra:

  • Movimientos sísmicos: dice la categoría de la amenaza que es remota, pero sucedió.
  • Crecientes e inundaciones: dice la categoría de la amenaza que es remota, pero sucedió.
  • Desprendimientos de bloques, deslizamientos y derrumbes: dice la categoría de la amenaza que es remota, pero sucedió.
  • Subsidencia o hundimientos: dice la categoría de la amenaza que es improbable, pero sucedió.

Aunque es prematuro señalar responsabilidades –que las hay- aunque la dirigencia antioqueña ahora quiera escurrir el bulto, el daño ambiental es terrible y las consecuencias de la rotura de la presa colocarían a la famosa y eficiente Empresas Publicas de Medellín y la Gobernación de Antioquia –los socios del proyecto- ante eventuales reclamaciones civiles extracontractuales y acciones de reparación directa que los dejarían, dada la magnitud de los probables daños, en un estado de iliquidez con lo que ello representa para el desarrollo de Medellín y Antioquia. De allí se explicaría la carta solicitando ayuda al gobierno nacional en la emergencia.

Por otra parte la Fiscalía General de la Nación abrió el día 17  de mayo tres líneas de investigación sobre el caso Hidroituango:

  1. En enero se abrió investigación sobre presuntas irregularidades con incidencia penal en la fase precontractual de la adjudicación del proyecto y en la celebración de los contratos, así como en los procesos de diseño, construcción y ejecución de la obra y sus adiciones a través de otrosíes. El proceso de contratación culminó con la adjudicación del contrato de obra pública de construcción de la presa, la central de máquinas y varias obras asociadas al mismo, al Consorcio CCC Ituango, conformado por las firmas Camargo Correa, Coninsa Ramón H. y Conconcreto, en desarrollo del proyecto.
  2. A la anterior investigación, por cuenta de los hechos ocurridos en los últimos días, que son de público conocimiento, la Fiscalía 
 conexó una línea adicional de investigación sobre un contrato que hace parte de Pescadero – Ituango, cuyo objeto corresponde a la construcción de varios túneles para la desviación del río Cauca.
  3. Desde febrero de 2017, la Fiscalía investiga a Hidroituango con ocasión de las denuncias presentadas por el movimiento Ríos Vivos, que dan cuenta de posibles afectaciones al medio ambiente. Este proceso avanza en la Dirección Especializada de Derechos Humanos. Para desarrollar las tres líneas de investigación se ha destacado un grupo interdisciplinario que se encuentra en el terreno y para el cual se ha requerido cooperación judicial internacional. Entre los profesionales que lo conforman, se cuentan investigadores de campo, expertos ambientales, ingenieros civiles e ingenieros químicos, que revisan al detalle todos los aspectos de la hidroeléctrica.

Todavía falta el supremo momento de la definición sobre si la presa, en una carrera contra reloj de los constructores y apelando a las buenas condiciones climáticas logren coronar el hito final del embalse o, el que sería la mayor catástrofe ambiental e ingenieril de la historia nacional, la presa se rompe provocando inundaciones y afectaciones en medio país.

Crecen los campamentos de familias evacuadas.
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