Como si no fuera ya suficiente para el pueblo colombiano y del Caribe tener que soportar las “pilatunas” clientelistas, politiqueras y corruptas del senador conservador Laureano Acuña, ahora el conocido “Gato volador”, aspira mantener su curul en el Congreso, pero además acompañado en su aspiración al Senado, como fórmula a la Cámara de Representantes de Adriana Blanco, quien fuera coordinadora de la campaña electoral de la prófuga Aida Merlano

Laureano Acuña

Blanco es ingeniera civil, hija del fallecido senador liberal Armando Blanco y en el 2018 fue una de las personas de confianza de la campaña de Merlano al Senado. En 2019, La Corte Suprema le compulsó copias de Blanco a la Fiscalía por su presunta participación en el entramado de corrupción. 

Blanco asistía a reuniones claves de esa campaña, como consta en el fallo de la Corte. 

De hecho, Blanco estuvo en el sonajero para ser fórmula de Merlano, pero se decidió que fuera Lilibeth Llinás, de Cambio Radical, y de la casa Char. 

Ahora Blanco se va de la mano de Laureano Acuña, quien también está salpicado en el caso de Merlano porque fue una de las 17 personas que la Corte pidió investigar. 

Al igual que Aída Merlano, Acuña inició su carrera política como mochilero y capitán de la casa Gerlein, ayudándole a conseguir votos. 

Con el tiempo, Acuña se ha vuelto un político experto en conseguir votos con estrategias como regalar materiales de construcción a los pobres. 

Bachiller, militante del Partido Conservador. Inicialmente sonidista, encargado en la década de los 90 de garantizar el funcionamiento de los micrófonos de los concejales de Barranquilla.  

Allí comenzó a “rozarse” con los políticos y logró de esa manera postularse al Concejo de Barranquilla apoyado por el conservador Roberto Gerlein, quien vio en él y su familia (su padre y su hermano tienen el negocio electoral bien montado en las barrios más necesitados de Barranquilla) condiciones de extracción popular y habilidades para conseguir (compra y venta) votos. 

También en su momento lo dijo La Silla Vacía, que durante el mandato de Juan Manuel Santos, durante su paso por la Presidencia de la Comisión Tercera, Acuña fue uno de los privilegiados de la mermelada que entregó el gobierno, pues fue clave su apoyo para la reelección presidencial, gestionando unos $80 mil millones de pesos en cupos indicativos (disfraz de los antiguos auxilios parlamentarios) para pavimentar calles en barrios del sur de Barranquilla.  

En las elecciones de 2018 sacó 82 mil votos al Senado, y en 2019 puso cinco alcaldes en los municipios del Atlántico y fue clave en la polémica elección del alcalde de Soledad, Rodolfo Ucrós.    

Pero su Alcaldía más importante fue la de Malambo, un municipio de más de 100 mil habitantes. El candidato de Acuña, Rummenigge Monsalve, sacó 21 mil votos. Monsalve también es de origen popular, que se había quemado en sus aspiraciones al Congreso y Asamblea, pero con el respaldo de Acuña llegó finalmente a la Alcaldía.   

Según fuentes de La Silla Vacía, Monsalve nombró varias cuotas de Acuña. La jefa de la Oficina Jurídica, Yerlis Molina; la coordinadora de la Oficina de Juventudes, Deily Pión; a la coordinadora de Familias en Acción, Alexa Ospina;  y a la Secretaria General Lorena Barandicauno de los cargos más importantes porque ex la responsable de la contratación.   

Sin embargo, las cuatro salieron de la administración y Acuña ya no tiene burocracia en la Alcaldía. Una fuente del grupo de Acuña le dijo a La Silla que las Órdenes de Prestación de Servicio (OPS), los contratos a personas del grupo del Senador, tampoco fueron renovadas.   

Además de supuestos incumplimientos del alcalde Monsalve con Acuña, la razón principal de la disputa se da por el candidato a la Cámara que acompañará al senador. Luego la ruptura de esta corrupta sociedad, se dio luego de que Acuña se negara a respaldar la candidatura de su hermana y ex primera dama, Ana Monsalve.   

En respuesta, Monsalve ya empezó a recorrer el departamento con el Movimiento de Integración Social del Caribe (Misca), y le apostaría a participar por una de los curules afros.  

Lo más grave del asunto es que este espectáculo clientelista se dio en medio de la crisis santiaria por la pandemia del Covid-19 y que el Hospital de Malambo fue cuestionado por permitir que el cantante vallenato Rafa Pérez y su esposa se vacunaran, supuestamente, antes de que les tocara su turno. La Procuraduría abrió una indagación preliminar.  

Acuña también está en la lista de los congresistas con más ausencias a las sesiones del Senado, de acuerdo con la veeduría ‘Trabajen vagos’. 

Mientras miles de personas mueren de Covid-19, filtran parranda del senador Laureano Acuña

Y en junio de este año, fue elegido como presidente de la Comisión de Ética y Estatuto del Congresista, lo que desató toda una polémica y lluvia de críticas pues mantiene un proceso penal en la Corte Suprema de Justicia, cuatro procesos en el Juzgado Civil del Circuito de Barranquilla, uno en el Juzgado Municipal Civil de Oralidad en Barranquilla y uno en el Juzgado de Familia de Barranquilla. Todos estos procesos son de carácter privado. Por su reserva, se desconocen los asuntos y el curso de estas investigaciones. 

Por todo lo presentado, se puede afirmar que, en su ejercicio público, este senador no cumple con las características requeridas para ser presidente de esta Comisión de Ética: el comportamiento decoroso, íntegro y moral. 

Acuña además fue uno de los congresistas que en 2018, un año antes de los comicios regionales, presentó un proyecto legislativo que buscaba unificar los períodos de las autoridades nacionales y locales, para lo cual aplazaba esas elecciones de 2019 y que en 2022 se eligieran tanto alcaldes y gobernadores como el próximo Presidente de la República. 

Se trataba del proyecto de acto legislativo número 105 de 2018 Cámara, «por el cual se unifican las elecciones nacionales y locales, y se amplía el período de mandato», acumulado con el proyecto de acto legislativo número 140 de 2018 Cámara, «por el cual se reforma el Artículo 261 y se dictan otras disposiciones»Î. 

Como quien dice el espíritu clientelista de Laureano Acuña rebasa cualquier expectativa, y muy poco hay para mostrar de sus actuaciones en el Congreso en favor del colombiano de a pie. Y aun así, aspira reelegirse. 

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