Está más que demostrado que la corrupción en Colombia se queda anualmente con más de $50 billones de pesos, que al final de cuentas van a parar a los bolsillos y a las arcas de testaferros de funcionarios públicos, contratistas y políticos influyentes, de todos los rangos en el país.

El gobierno de Iván Duque necesita recaudar $23,4 billones, menos de la mitad de lo que roban los corruptos enquistados en la función pública de Colombia. Es fácil deducir que si hay voluntad política y entre todos nos proponemos reducir ese boquete que alimenta la gran corrupción del país no hay necesidad de inventarse triquiñuelas y seguir mintiendo de manera descarada como lo hace el presidente.

A continuación presentamos el discurso del sacerdote Roberto Arena, que con palabras sencillas y una lógica admirable demuestra que la pretensión del gobierno es una canallada.

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