El pasado 4 de noviembre diversos medios nacionales presentaron los resultados del ranking GNC-2021 de Sapiens Research, en el que evalúa la generación de nuevo conocimiento (GNC) en las universidades colombianas públicas y privadas.
Este ranking está basado en cinco indicadores de grupos de investigación categorizados por el Ministerio de Ciencia Tecnología e Innovación.
Allí en la posición novena aparece la Universidad del Atlántico y el décimo –increíble locura sobre la feudal, atrasada, saqueada y tomada por caciques de la corrupción- Universidad de la Guajira.
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En ranking de Sapiens, Uniatlántico entre las diez mejores Universidades del país en Generación de Nuevos Conocimientos. Se evaluaron 160 IES del sector privado y 84 del sector público. https://t.co/H87tygZZht pic.twitter.com/kWDbx9sSoj
— Universidad del Atlántico (@udeatlantico) November 4, 2021
Asumiendo que la Universidad del Atlántico en su secular crisis de mediocridad y politiquería haya logrado “avances”, causa sospechas el liderazgo en generación de nuevos conocimientos –que efectivamente los hay en mínima escala- pero que buena parte de ellos tiene su pérfida existencia en la más perfecta corrupción académica soportada en denuncias, investigaciones penales, documentos en archivos internacionales en que acusan a “investigadores” de varios hechos de corrupción, entre ellos el de plagio.
Grave, porque además estos sucesos vienen de tres décadas atrás soportados principalmente en el Decreto 1444 de septiembre 3 de 1992 reformado por el Decreto 1279 de junio 19 de 2002 por el cual se dictaban disposiciones en materia salarial y prestacional para los empleados públicos docentes de las universidades públicas del orden nacional.
Se promovía una escala de remuneración salarial mensual a la planta de profesores con la asignación de un puntaje otorgado por la publicación de artículos en revistas (ahora las llamadas indexadas en sus diversas categorías), libros, vídeos y otras formas de exposición de la producción intelectual.
Esa fue la época que algunos de los llamados profesores “históricos” de la Facultad de Ciencias Humana lograron alcanzar salarios de $17 y $18 millones presentando, bajo diversas argucias, artículos periodísticos o de comentarios nimios en el diario barranquillero El Heraldo tomándose con sus producciones “intelectuales” la separata dominical.
El deplorable espectáculo llegó a tal punto de descaro que ante la posibilidad de mayor puntaje por publicar en un medio internacional, tomaron varias fotos –se desconoce si fue un montaje o se trató de hecho real- de una venta de periódicos en el aeropuerto de Miami en donde aparecía el periódico barranquillero exhibido, para efectos de “cobrar” el puntaje que se le otorgaba a publicaciones en “medios internacionales”.
En ranking de Sapiens, Uniatlántico entre las diez mejores Universidades del país en Generación de Nuevos Conocimientos. Se evaluaron 160 IES del sector privado y 84 del sector público. https://t.co/H87tygZZht pic.twitter.com/kWDbx9sSoj
— Universidad del Atlántico (@udeatlantico) November 4, 2021
Denuncias e investigaciones
Regresemos a la realidad institucional actual de la Universidad del Atlántico con las denuncias de irregularidades sistemáticas cometidas por docentes inescrupulosos para usar este taxímetro sin fondo de los puntajes para acumular mayor remuneración estafando a la sociedad y la comunidad académica.
Es un cartel de implicaciones en que se encuentra no solo la Universidad del Atlántico sino otras locales y nacionales en que docentes usan sus títulos de PH o Magister con grupos de investigaciones clasificados para robarse el presupuesto de la universidad o crear falsos prestigios académicos en donde se presentan estudios, análisis y artículos de áreas de conocimiento que no son potestativas de quienes los presentan, verbi gracia, administradores de empresa exponiendo sobre termodinámica, y así por el estilo.
En Corrupción al Día se denunció el 20 de septiembre de 2020 un caso con un reportaje titulado “Vicerrector corrupto y “copietas”, otra vergüenza en la Universidad del Atlántico” en donde se decía, y ahora lo repetimos, que una de las múltiples cabezas del monstruo de la corrupción que se está tragando a la Universidad del Atlántico son los profesores que utilizan fraudulentamente el sistema de puntajes para lograr un aumento considerable en sus salarios, en connivencia con el Ciarp, Comité Interno de Asignación y Reconocimiento de Puntajes.
En cuanto al flamante Vicerrector de Investigaciones en ejercicio Leonardo Niebles Núñez fue denunciado en el portal internacional portal Retraction Watch en varios artículos –él y su hermano William– como plagiador y manipulador de citas y que es fácilmente comprobable en la dirección abajo colocada del portal colocando en el campo Country (País) a Colombia. Allí salen no solo profesores de la Atlántico, sino de la CUC, Simón Bolívar e incluso el actual Ministro de Ciencias Tito Crissien Borrero. La dirección:
http://retractiondatabase.org/RetractionSearch.aspx?AspxAutoDetectCookieSupport=1
El 2 de marzo de 2021 nuevamente Corrupción al Día titula un reportaje: “Fiscalía investiga peculado por apropiación en la Universidad del Atlántico”, al conocer una comunicación de la Subdirección de Policía Judicial CTI Atlántico al Comité Interno de Asignación y Reconocimiento de Puntaje CIARP de ese centro de estudios superiores.
El mentado CIARP es el eje del otorgamiento de puntajes que se vuelven dinero en salarios y prestaciones bajo la férula de la Vicerrectoría Académica, quien lo preside, dos decanos elegidos por el Consejo Académico, el Vicerrector de Investigaciones, dos representantes de profesores titulares, el director de recursos humanos y un coordinador que hace las veces de secretario sin voto. Sesiona en la Vicerrectoría Académica.
Allí se encuentra empoderado el cuestionado Vicerrector de Investigaciones Leonardo Niebles, un personaje sin proyección intelectual impuesto dentro de las cuotas cedidas al senador Carlos Meisel quien controla la curul del Presidente de la República en el Consejo Superior.
Niebles, el denunciado Vicerrector de “investigaciones” por un ente internacional académico y que se encuentra involucrados en 4 artículos con plagios y su hermano William en por las menos 15 publicaciones relacionadas por los mismos hechos. Argucias y vivezas compartidas en familia y “nuevos conocimientos” sobre superación personal.
Sigamos con otros profesores involucrados en esta trama de corrupción académica y delincuencial que amenaza convertir a las universidades públicas en otro Foncolpuertos: Guillermo Valencia, quien con solo 6 años de servicio tiene un sueldo de $16.5 millones mensuales basado en artículos publicados en revistas predadoras. En un solo semestre presentó 28 artículos científicos y 10 softwares y ni siquiera tiene la condición profesional de ingeniero de sistemas.
Le siguen Jorge Duarte, Milton Coba, Hugo Coba, Hugo Hernández, Adel Mendoza. Para un investigador profesional serio y consecuente dentro de sus obligaciones universitarias, solo puede, por cuestiones de rigor y protocolos, presentar máximo dos investigaciones por semestre.
Los profesores mencionados pertenecen al cuerpo académico de la facultad de ingenierías con 8 años de servicios y ya parecen nuevos ricos manejando carros de alta gama y casas playeras. El truco es publicar en revistas internacionales llamadas Predatory Jounals, revistas que cobran cientos de dólares por publicar a docentes deshonestos que desean aumentar salarios en sus países con artículos que no cumplen con las condiciones requeridas, copiando artículos, desglosando citas de libros o con hallazgos que encuentran en los trabajos de grados (tesis) de estudiantes.
En marzo 10 de 2021 el portal Observatorio de la Universidad Colombiana publicó una noticia relacionada con el tema titulada: “Acusan de corrupción a investigador que denuncia corrupción en Uniatlántico”. En un segmento dice:
Hay denuncias sobre la posible irregular producción investigativa del Coordinador de la Maestría en Educación, validada por Uniatlántico, y que le ayudó a mejorar su posición laboral. Mineducación reclama por el silencio de la IES.
Se trata del PhD en Educación, Jairo Eduardo Soto Molina, quien en desarrollo de la convocatoria 833, de 2.018, del entonces Colciencias (hoy Minciencias), habría reportado en su CvLac haber dirigido 64 tesis de maestría en esa Universidad, que no serían ciertas, según denuncias enviadas al Estado, y publicadas por el portal corrupcionaldia.com, en las que se indica que esto llevó a Colciencias, en dos ocasiones, a pedir explicaciones a la Universidad, desde la época del rector Carlos Prasca, sin respuesta, y que ahora llevaron a Mineducación a demandar respuesta de parte de la actual Rectoría.
Como resultado de esa información, que fue avalada por la Universidad, Soto Molina, quien escribe artículos críticos en contra de la corrupción en Uniatlántico, en el portal extranoticias.com.co, fue categorizado como investigador en dicha convocatoria. Soto era docente de tiempo parcial y ahora es de carrera tiempo completo y habría obtenido beneficio gracias a información falsa y sin cumplir todos los requisitos.
La subdirectora de Inspección y Vigilancia del Ministerio de Educación Nacional, Gina Margarita Martínez Centanaro, envió una dura carta al rector (e) de Uniatlántico, José Henao Gil (decano de Educación de Uniatlántico para la época de los hechos denunciados), demandándole, en ejercicio de la Ley de inspección y vigilancia, respuesta ante el silencio de esa Universidad (desde 2.019) por la presunta comisión de los delitos de fraude en documento público.
El ranking de Sapiens
Sigamos con la exploración alrededor del noveno puesto otorgado por Sapiens a la Universidad del Atlántico como ente de educación superior generador de nuevos conocimientos para tratar de explicar este singular hecho –pero más anormal el décimo de la U. de la Guajira- partiendo de una sencilla premisa: en su actual nivel de postración, tomada por la más rampante politiquería, saqueada, desvinculada de cualquier noción de autonomía universitaria y alejada de protagonismo público en su área de influencia al estar supeditados los directivos a grupos de poder, es asunto imposible la generación de nuevos conocimientos. Todo lo contrario.
Una reciente noticia generada desde la radio La W el 21 de octubre de 2021 muestra otra arista de las condiciones generales en que se debate la academia en el seno de la Universidad del Atlántico.
Se trata del profesor de la Facultad de Ingeniería Química Carlos Arturo Bello Blanco quien según sus denunciantes hace perder intencionalmente la materia a sus estudiantes, para después cobrarles $500 mil para aprobarlos. Esta es otra treta muy común en las universidades colombianas entre el profesorado deshonesto y corrupto.
Uno de los afectados con este singular método fue el estudiante Juan Pablo Palma que de contera estaba becado por excelencia desde primer semestre, pero en la materia de Termodinámica impartida por el profesor acusado estuvo a punto de pagar los $500 mil pesos para aprobarla.
Bajo el rigor de este sistema de “nuevo conocimiento” delincuencial “patentado” y sistematizado, explicó el estudiante en el citado medio de comunicación que el profesor usa una especial estrategia para que los estudiantes pierdan la materia.
Después cuando están a unos días del corte final a través de emisarios anónimos les cobra la suma de $500 mil pesos a través de Nequi y una cuenta de Davivienda. El rumor de estas cobranzas venía rodando en la universidad desde el 2018. El profesor se defendió con la tesis; muy laureada y conocida en Colombia, que “todo sucedió a sus espaldas”.
El engranaje de la ciencia e investigación en Colombia se encuentra convertido en mal crónico en donde afloran mentiras, amiguismo, pagos de cuotas, intercambio de favores –situación muy común en Uniatlántico- perfiles construidos bajo el patrocinio de universidades precarias –y otras prestigiosas- que otorgan sin mayores exigencias, PH y Magísteres solamente por la cancelación de matrículas con la obligación de retribuirlo con un rimbombante título que después son exigidos para cualquier maniobra en el ejercicio cotidiano misional de las universidades.
La consecuencia de lo anterior se manifiesta en que gran parte del profesorado de las instituciones de educación superior en Colombia se encuentre en manos de charlatanes profesionales, de mediocres investidos de falsa autoridad académica, los mismos que al interior de la universidad se dedican con esmero digno de mejor causa a ejercer y promover con triquiñuelas y artilugios ilegales su delincuencial modelo como forma de supervivencia y ascenso torticero institucional.
Cómo explicar este noveno puesto concedido a la Universidad del Atlántico y su actual esquema de ente precario en la búsqueda de la ciencia, la cultura y la educación si solo se perciben desde afuera, como visiones de la crisis, los raponazos en cualquier forma su presupuesto como leit motiv de funcionamiento, imposiciones a dedo de políticos ignorantes del quehacer universitario sobre sus destinos con malévolas maniobras que coartan el derecho que una comunidad tenga amplia visión sobre la ciudad en donde se encuentra ubicada; el departamento, hecho mucho más que difícil dadas las condiciones que los gobernadores se encuentran convencidos en la praxis política que son los máximos jerarcas administradores de la universidad -¿Cuál autonomía?- y que sus profesores carezcan de visibilidad en extensión al exterior con sus producciones intelectuales.
En estas condiciones objetivas del entorno administrativo y académico se encuentra actualmente la Universidad del Atlántico en su rol de generadora de “nuevos conocimientos” y es por ello que tal distinción por parte de Sapiens se encuentra funcionalmente sin fundamento alguno, aunque los canales institucionales del ente de educación superior; tropicalistas, mentirosos, hayan saltado de alegría “celebrando” que la universidad se encuentre entre “las diez mejores universidades del país”. A la larga tristes delirios de propaganda.
El informe evaluativo Sapiens no va al interior de las universidades y solo evalúa, superficialmente, la producción por cantidad, no por calidad. Si se compara con datos más fehacientes del ICFES en las pruebas Saber Pro 2021 en donde evalúan los conocimientos de los estudiantes de cada carrera en Colombia en un examen general, la Universidad del Atlántico sale bastante mal y este hecho recae en forma primordial en su baja calidad académica.
Los resultados de las pruebas Saber Pro se evalúan en una escala de 0 a 300 puntos. En la última prueba del 2021 el promedio nacional de las universidades fue de 156,8, mientras que las universidades acreditadas tuvieron un promedio de 161,4. En total se evaluaron los resultados obtenidos por estudiantes de 241 instituciones de educación superior del país (entre universidades e instituciones universitarias).
Los resultados de esta evaluación a los estudiantes muestran las diez primeras universidades del país y en ello –pese a los gritos de alabanza institucionales en tal sentido con el informe evaluativo Sapiens– no se encuentra la Universidad del Atlántico. Esta es la lista con sus correspondientes puntajes por institución de educación superior:
- Universidad de los Andes (194,7)
- Colegio de Estudios Superiores de Administración (Cesa) (188,8)
- Universidad Nacional sede Bogotá (187,7)
- Universidad EIA (185,5)
- Universidad Nacional, sede Medellín (182,8)
- Universidad de la Sabana (181,9)
- Universidad Icesi (181)
- Universidad del Rosario (179,8)
- Universidad Javeriana (179)
- Universidad del Norte (178,6)
Veamos otros indicadores sobre excelencia académica universitaria en Colombia. La firma Times Higher Education (THE) publicó el 1 de septiembre de 2021 su World University Rankings 2022, un listado internacional que clasifica a las mejores universidades en el mundo. En el presente año la evaluación cubrió 1.600 instituciones de educación superior de las cuales solamente 10 son colombianas y 125 latinoamericanas. La Universidad de Oxford del Reino Unido lideró el ranking global de universidades por sexto año consecutivo.
Esta es la lista de las colombianas y su ubicación en la tabla global y nacional:
- Pontificia Universidad Javeriana (501-600 a nivel mundial)
- Universidad de los Andes (801-1.000)
- Universidad de Antioquia (1.001-1.200)
- Universidad Nacional de Colombia (1.001-1.200)
- Universidad Pontificia Bolivariana (UPB) (1.201+)
- Universidad del Norte (1.201+)
- Universidad del Rosario (1.201+)
- Universidad de la Sabana (1.201+)
- Universidad EAFIT (1.201+)
- Universidad Industrial de Santander (UIS) (1.201+)
Antes que celebrar con falsos triunfalismos distinciones sustentadas en gran parte en la estafa intelectual y su consecuencia corrupta sobre la defraudación de fondos, es menester; en acto de contrición, ejercer una profunda crítica sobre las reales condiciones en que se encuentra la Universidad del Atlántico y cuales serían las estrategias para superarlas.
Es tarea difícil, dura, pero inaplazable.