¿Justicia a la carta para los poderosos? Los hermanos Uribe siguen esquivando el veredicto
Para los ciudadanos de a pie, la justicia en Colombia parece ser una bestia veloz, a veces demasiado. Pero cuando los poderosos son los que están en el banquillo, como los hermanos Álvaro y Santiago Uribe Vélez, esa justicia se convierte en una tortuga que nunca llega a su destino. Las audiencias se prolongan, los jueces tardan años en tomar decisiones y, por supuesto, las influencias hacen lo suyo. ¿Es la justicia para los Uribe un espejismo que nunca se materializa?

Álvaro Uribe: entre la dilación y las excusas
En la última audiencia penal contra el expresidente Álvaro Uribe, su equipo de defensa solicitó una nueva prórroga. ¿La excusa? Necesitaban más tiempo para analizar las pruebas de un USB y un celular del principal testigo, Juan Guillermo Monsalve. Por supuesto, la jueza 44 Penal del Circuito de Bogotá dijo «no». Sin embargo, esto no detiene a Uribe, que rápidamente presentará una tutela, buscando ganar más tiempo en un caso que ya lleva ocho años. ¡Ocho años y contando!
Santiago Uribe: el récord de la morosidad judicial
Si lo de Álvaro Uribe suena escandaloso, lo de su hermano Santiago es sencillamente vergonzoso. Once años después de que empezara el proceso en su contra por su presunta vinculación con el grupo paramilitar Los 12 Apóstoles, el fallo aún no llega. El juicio terminó en febrero de 2021, pero el juez encargado, Jaime Herrera Niño, lleva más de tres años sin emitir sentencia. ¿Un empleado adicional podría ayudar al juez? Quizás lo que necesita es menos influencia y más integridad.
El show de «Zeus» y la red de falsos testigos
Como si todo esto no fuera suficiente, la semana pasada fue abatido alias Zeus, un exmilitar que defendió a Santiago Uribe. Zeus murió llevándose a la tumba un montón de secretos sobre cómo la defensa de Santiago Uribe se ha nutrido de falsos testigos. Este personaje, condenado por varios crímenes, fue un eslabón clave en la red de manipulaciones que rodean estos casos. Y, por supuesto, la justicia, siempre paciente con los poderosos, sigue sin llegar.
¿Una justicia para los poderosos y otra para los demás?
Lo cierto es que mientras para los ciudadanos comunes la justicia actúa con velocidad, para personajes como los Uribe Vélez, los procesos judiciales parecen interminables. Santiago Uribe sigue sin sentencia tras once años de proceso, y Álvaro Uribe, con todo su poder e influencia, sigue jugando a las prórrogas y dilataciones. ¿Hasta cuándo?