Por Darwin Quevedo

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La digitalización de los procesos de forma acelerada a causa de la pandemia y la creciente disponibilidad de datos, pueden ser factores determinantes en la prevención y detección de actos corrupción, así como algunos de los vértices principales a las medidas anticorrupción son la Transparencia en el uso de los recursos y la reducción de la burocracia en organizaciones públicas. Pero surge la incógnita acerca de:

¿Dónde y cómo se está utilizando la tecnología para combatir la corrupción?

Hay mucho que cultivar en el campo de la tecnología y legislación acerca de las herramientas anticorrupción. La ciberseguridad, la nube, bigdata e inteligencia artificial ofrecen desarrollos emergentes para prevenir, pronosticar, mitigar los riesgos de corrupción asociados a cualquier operación. Además, nuestra vida cotidiana está modelada por las tecnologías de la información. Desde los correos electrónicos y ahora cada vez más por el trabajo remoto, todo esto ha sido un acelerador de cambio.

La sociedad civil y los medios juegan un papel importante en la lucha contra la corrupción al ser los ojos supervisores para el rastreo de casos de corrupción, apoyo en la recopilación de pruebas y en las denuncias a las autoridades.

¿Será la tecnología es la respuesta al problema de la corrupción?

Definitivamente. La tecnología está transfigurando al mundo, aplicar las actuales innovaciones tecnológicas para mejorar la forma en cómo se combate la corrupción permitirá desarrollar una importante ventaja que ayude a la creación de mejores herramientas y su aplicación en la resolución de investigaciones, tanto las ya existentes como las nuevos. Herramientas que se aplicarían tanto en la gestión cotidiana como en las situaciones excepcionales de los diferentes campos de la administración pública, en la política y el gobierno en general.

Se debe estudiar sobre la relación entre los avances de la tecnología y la corrupción

Los sitios web, teléfonos y principalmente las aplicaciones han sido utilizadas como canal para la recepción de denuncias sobre casos de corrupción. El acceso a la información, ha permitido monitorear la eficiencia e integridad del uso de los recursos logrando que la información financiera sea transparente. Las nuevas tecnologías pueden también apoyar en campañas y ayudar a concientizar y educar a las personas contra la corrupción. Las iniciativas para mejorar la eficiencia y transparencia de la administración pública e  interacción con los ciudadanos es clave en este proceso de cambio.

Existe un compromiso intrínseco en los gobiernos para ser garantes del uso de datos en las nuevas tecnologías que permite aumentar la transparencia, la responsabilidad y la integridad de la información, pero el uso indebido de la tecnología, también, tiene otro impacto social como la privacidad, la seguridad y la protección de  datos personales  de los ciudadanos,  sobre todo si ocurre un uso indebido de para beneficio privado.

Quedan muchos retos en la lucha contra la corrupción y la promoción del buen gobierno. Lo que está funcionado y lo que no ha funcionado en los países que invierten en tecnología anticorrupción, puede ser un germinador de mejores prácticas para apoyar al resto de los países que aún están lejos de alcanzar un alto nivel de percepción en la lucha contra la corrupción.

Esta lucha incluye la expansión de las tecnologías y su tendencia con movimientos para lograr mayor transparencia, rendición de cuentas y participación ciudadana. En todos los casos, se requiere de inversiones financieras y técnicas en innovación a todos los niveles para que se logren cambios importantes, junto con la articulación del sector público y privado para apoyar a los funcionarios y organizaciones especializadas en la lucha contra la corrupción hacia las nuevas tecnologías anticorrupción.

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