La Corte Suprema de Justicia condenó a 15 años y 11 meses de prisión al dirigente político liberal de Caldas, Mario Alberto Castaño Pérez, por delitos de corrupción al exigir coimas para para la entrega de millonarios contratos y convenios por prestación de servicios en ministerios y entidades del Estado.
La Corte estableció que Castaño utilizó su poder y contactos, para beneficiarse con varios contratos en los ministerios de Cultura, Deportes y del Interior. Los interesados en los contratos debían hablar con él, y a su vez, los ponía en contacto con sus alfiles, que según la justicia constituían una “red criminal” que luego se encargaban de materializar los contratos a cambio de una coima del 10% por cada uno, para el senador.
La Sala Especial de Primera Instancia determinó que Castaño incurrió en al menos cuatro delitos, al dirigir el entramado de corrupción con el que se desviaron recursos destinados a obras públicas en diferentes zonas del país.
En la sentencia, la sala menciona que la condena corresponde a haber encontrado culpable al senador por los delitos de concierto para delinquir agravado, peculado por apropiación, estafa agravada y concusión.
«Superado el estudio de su consagración como comportamientos prohibidos por el ordenamiento jurídico, su contrariedad formal y material con este último y el juicio de culpabilidad de que se hace merecedor el procesado, se concluye que es penalmente responsable por tales comportamientos delictivos
», menciona el documento.
Durante la investigación, Mario Castaño decidió aceptar su responsabilidad en los cargos y someterse a sentencia anticipada, con el objetivo de acortar el proceso y obtener algún beneficio, pues reconoció que lideró la red de corrupción, en la que se habrían desviado al menos $112.000 millones de pesos destinados a contratos públicos.
En las consideraciones de la sala, los magistrados aseguraron que el aún senador traicionó la confianza de los electores, pues señalaron que, como senador, debe actuar en beneficio del bien común.
«Pero aquí esa confianza ciudadana, de votantes o no en que los miembros del órgano legislativo cumplan su función de actuar consultando siempre el bien común, fue traicionada por Mario Alberto Castaño Pérez con una actitud corruptora que sembró incluso en ámbitos municipales
», dice la sentencia.
El senador Castaño también enfrenta un caso por resolverse en el Consejo de Estado, pues los magistrados decidirán si el condenado perderá su investidura como congresista para el periodo de 2022 a 2026, pues el demandante alega que, pese haber sido electo para este Congreso, Castaño no se posesionó dentro de los términos que establece la ley.
O sea que a pesar de su comprobado y admitido comportamiento corrupto, Castaño aún sigue fungiendo como senador, pero no sabemos si les están pagando por ello.
Necesitamos más Magistradas así Carajo!!
— julio Mario Ospina (@juliomario55555) June 20, 2023
A la cárcel el socio de los hoy mudos @IvanDuque y @CesarGaviriaOf Mario Castaño, su prontuario da escosor!! El uribismo tenía montado en la casa de Nariño un verdadero Concierto para Delinquir! Ops verdad que van a la #LaMarchaDelOdio a… pic.twitter.com/yee6jPidO2
¿Dónde están sus socios?
La Corte Suprema de Justicia anota que Mario Alberto Castaño reconoció haber liderado una red de corrupción y que además su accionar se centró en los ministerios de Cultura, Deportes y del Interior.
Lo que significa que la banda delincuencial de Castaño era toda una organización, compuesta por particulares y funcionarios públicos de todos los órdenes. Entonces, ¿Por qué las autoridades no han ahondado en la conformación de este organigrama de delincuentes?
¿Por qué los funcionarios del estado de los ministerios de Cultura, Deporte y del Interior, que no cumplieron con lo establecido por la Constitución colombiana y pervertieron la Ley para favorecer la bandola de Castaño, no han sido investigados y procesados?
Solo hemos sabido de una o dos capturas relacionadas con este proceso, pero cada contrato estatal que Castaño manipuló, implica una serie de funcionarios corruptos aliados para apoderarse de las finanzas públicas. Seguramente estos funcionarios siguen en sus despachos muertos de la risa.