Es de perogrullo decir que los grandes medios de comunicación de Colombia pertenecen a conglomerados empresariales, o a familias que ostentan un gran poder económico con el que inciden en la vida económica del país, pero debemos recordarlo y tenerlo bien presente para entender lo que está sucediendo con el contenido que a diario emiten por los diferente canales.

Insistimos y reiteramos que no defendemos ningún gobierno, nuestra tarea es investigar y sacar a la luz la espantosa corrupción enquistada en todas las instancias gubernamentales y privadas. Y esa tarea nos ha enseñado a llamar las cosas por su nombre y colocarle el sello de “corrupto” a quien termine condenado por este delito.

Por ello nos preocupa el giro que ha tomado el periodismo de los grandes medios de Colombia, y especialmente la labor de nuestros colegas que allí laboran. Ese giro no tiene otro nombre más que mentir, manipular información, tergiversar y, en últimas, sembrar odio.

El gran tragediógrafo Eurípides escribió en una de sus obras: «aidós èn ofthalmoisi gignetai, téknon», «el pudor surge en los ojos, hijo». En un periodista ese pudor debe surgir de lo que escribe, de lo que comunica.

Y por lo que vemos y leemos a diario, nuestros grandes medios de comunicación han pedido totalmente el pudor, alimentando lo que por años han sabido construir muy bien: la mediocracia. Saben de memoria que la política se somete a la lógica de los medios de masas y por eso pueden asumir que la mentira determina la transmisión de los contenidos políticos, socavando la racionalidad.

Estos grandes medios de comunicación manejan a su antojo la cultura del infoentretenimiento, aumentando el declive de todo juicio racional del acontecer político, lo cual, sin duda, ha llevado a nuestra democracia a una crisis. Veamos un ejemplo:

Aquí se nota que este medio de comunicación quiere sembrar aversión, odio, un sentimiento negativo hacia la vice presidenta (sin calificar si lo hace por su color de piel o por su postura política de izquierda). Ambos personajes son funcionarios públicos y tienen diferentes roles en sus funciones, pero se nota un claro apoyo positivo a lo que realiza la procuradora Margarita Cabello.

Igual actitud tuvo este otro medio de comunicación masiva, pero al final solo demostró su gran ignorancia en el tema:

También pueden sacar conclusiones al comparar estas dos informaciones:

Es absolutamente inaceptable esta actitud de nuestros colegas.

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