El 20 de febrero del año pasado, la Sala Especial de Instrucción de la Corte Suprema de Justicia abrió indagación preliminar contra el senador Arturo Char Chaljub por su supuesta intervención en el delito de fuga de presos que protagonizó la excongresista Aída Merlano Rebolledo.

La determinación fue adoptada por el magistrado Francisco Farfán Molina, con base en las declaraciones públicas de la exrepresentante a la Cámara, difundidas por la revista Semana, en las cuales relata detalles de su huida el 1º de octubre de 2019.

Esta investigación se sumó a la que ya le había abierto el mismo alto tribunal por supuesta conducta lesiva a los mecanismos de participación democrática, cuando se le vinculó a la compra de votos.

Por otra parte, de acuerdo con la veeduría ciudadana ‘Trabajen Vagos’, Arturo Char fue el senador que más se ausentó del Congreso, entre el 2014 y 2018, con 149 días de ausencia, gracias a 32 incapacidades que presentó.

Entre ellas aparece que tuvo amigdalitis y gastritis aguda, un esguince en el tobillo y hasta un dolor de diente. Pero su ausencia no es solo en el Senado, sino también de los medios, pese a que es integrante de una de las casas más visibles y poderosas del Atlántico, que maneja varias empresas como los almacenes Olímpica, Organización Radial Olímpica, Empaques Transparentes, Laboratorios Best, sin contar al equipo de fútbol Junior de Barranquilla.

A diferencia de sus antecesores en la presidencia del Senado, que usaron el puesto para hacerse conocer, impulsar sus agendas y figurar, Arturo Char hizo todo para pasar desapercibido. Fue y volvió de Barranquilla a Bogotá en el avión privado de su familia, sin hacer ruido. Dio a penas dos entrevistas en un año, no peleó con nadie y fue esquivo con los medios.

Pese a esto, a su parca y poca presencia en el escenario público, e incluso en las sesiones del Congreso, en las últimas dos elecciones Arturo Char se convirtió en el más votado en la lista de Cambio Radical.

En todo su historial legislativo sólo ha presentado once proyectos de ley. Su poderío dentro del partido Cambio Radical se basa en el dominio electoral y regional de la Casa Char, que en 2018 consolidó una bancada propia con 11 congresistas aliados.

En noviembre del año pasado, la Procuraduría General de la Nación asumió la investigación que interpuso Luis Enrique Guzmán Chams contra Arturo Char, y abrió indagación preliminar por los presuntos delitos de concierto para delinquir, constreñimiento e instigación a delinquir, y amenazas.

El empresario denunció en dicha queja supuestos hostigamientos por parte del legislador luego de haber revelado presuntas coimas por $2.300 millones para la adjudicación del contrato del megatanque en el barrio 7 de Abril, de Barranquilla en el 2014.

Los sobornos, según Guzmán Chams, habrían sido aparentemente pagados por el contratista Hidrotanques y usados, supuestamente, en la reelección del exalcalde Alejandro Char, hermano del presidente del Legislativo. El ganadero señaló además que la obra del megatanque presuntamente se dilató durante cinco años y tuvo aparentes sobrecostos por $12 mil millones.

Antes, en el mes de agosto del 2020, el abogado Jorge Enrique Camargo había demandado la investidura como congresista de Char, al considerar que tanto él como el entonces senador Eduardo Pulgar, debieron declararse impedidos en la elección  de la ahora procuradora Margarita Cabello.

Los líos judiciales por el caso Merlano opacaron sus primeros días presidiendo la mesa directiva y sembraron la duda de si esas investigaciones iban a dejarlo cumplir su palomita. Después, el tema se enfrió porque la investigación no avanzó y de Merlano poco se volvió a hablar, y tampoco de Char.

Pero a dos días para terminar la legislatura, y apesar de su personalidad contenida y parca —como la describieron dos de sus colegas en el Congreso— la gestión de Char quedó bajo los reflectores. En medio del afán legislativo para evacuar proyectos a última hora, Char se movió para hundir, a instancias del Gobierno Duque, la ley de implementación del Acuerdo de Paz más importante de esta legislatura: la jurisdicción agraria.

Una presidencia mezquina con los colombianos

Los abusos de la Policía y el Esmad contra jóvenes y manifestantes durante el paro nacional tuvieron contra las cuerdas al ministro de Defensa, Diego Molano. Congresistas de oposición, secundados por disidentes de algunos partidos tradicionales citaron a debates de moción de censura contra Molano en Cámara y Senado.

En la Cámara de Representantes buscaron capitalizar ese ambiente para sacar al Mindefensa del cargo. Pero Char se les anticipó citando primero la moción de censura en Senado donde la oposición es menor, no hay tanta disidencia de los tradicionales, y hay mayor representación en la repartición de ministerios y cargos que hizo Duque en medio del paro.

Así, el bloque de partidos mayoritarios de la coalición de Gobierno apoyó la permanencia de Molano, y le bajó el tono a la moción de censura en Cámara. Char también sacó del manual una movida para ayudar a salvar a Carlos Holmes Trujillo (QEPD). Pasó en octubre del 2020 y dividió su maniobra en dos tiempos. Esa moción de censura la citó el senador Jorge Robledo, alegando que Trujillo hizo algo ilegal e inconstitucional al justificar la presencia de tropas gringas en Colombia, como ya lo había dicho públicamente.

La idea de Robledo y compañía era que ese debate se hiciera de manera presencial para tener las garantías del debate como que no les cerraran los micrófonos o que los demás senadores prestaran atención. Pero a días del debate, Char ordenó cerrar el Congreso y evitar las sesiones presenciales o mixtas.

Justificó la decisión en que la senadora María del Rosario Guerra había dado positivo para covid, y que como estuvo en las instalaciones días previos, tenía que tomar medidas para menguar la propagación del virus.

Char también favoreció a Trujillo al apoyar un gesto de la coalición de Gobierno. Antes de que Robledo arrancara su exposición, Char sometió a votación una proposición de Ernesto Macías (Ver: ¡Cuidado!se quiere reelegir) para decir que ya no había razones para hacer el debate.

La tesis de Macías era que como el Consejo de Estado tumbó una tutela contra Duque y Trujillo por el tema de las tropas gringas, el debate de moción de censura ya no tenía sustento pues estaba zanjado. Char permitió la votación, y la aplanadora de la coalición de Gobierno arrasó. Así el debate de moción de censura quedó truncado.

Arturo Char pasará a la historia como el primer presidente del Senado que asumió el cargo desde la virtualidad, no en una ceremonia en el Capitolio Nacional. Sin contar con que nunca volvió a convocar el Congreso de manera virtual, nada raro si se recuerda que es uno de los senadores más ausentistas.

Según su colega Roy Barreras, Arturo Char «Trabajó como nunca la última semana para aprobarle al Gobierno, la burocracia de la Procuraduría y la reforma a la justicia. La virtualidad les permite atropellar a la oposición cerrándonos el micrófono», le dijo a La Silla el senador Roy Barreras.

«Claramente fue servicial al Gobierno, mantuvo la vulgaridad de las sesiones virtuales con lo que logran sacar esas iniciativas sin control alguno. Eso es pan comido para el Gobierno, con la virtualidad no hay problema de quórum, nadie va al recinto, pero todos están conectados en el celular», comentó otro senador.

Char convocó presencialmente una sola vez en las 59 Plenarias que presidió. Y fue cuando el Senado eligió a Margarita Cabello como procuradora general. Además de la relación de amistad que tienen sus familias, Char hizo su tarea al darle un empujón al proyecto de reforma a la Procuraduría que le da más poderes a Cabello para seguir destituyendo funcionarios públicos y ampliar la nómina de la entidad ad portas de las elecciones.

Durante las plenarias en las que se discutió esa reforma, Cabello estuvo sentada al lado de Char. Y él se movió para tramitar ese proyecto por encima de otros que venían colgados. Char no abrió el debate para debatir el articulado de la reforma con la que Cabello acumula más poder y burocracia, sino que pidió votarle de un solo tajo.

También priorizó la conciliación.Pero sin lugar a dudas, una de las actuaciones más criticadas de Arturo Char durante su presidencia, fue facilitar el hundimiento del proyecto de ley que apuntaba a crear una justicia especial para dirimir litigios y propiedad rural de la forma más accesible posible, en el marco del Proceso de Paz, pero al que el partido de Gobierno, Centro Democrático, se opuso desde el principio.

El contrapunteo con varios legisladores en varias oportunidades para intentar que agendara y salvara el proyecto no dio fruto. Tampoco el anzuelo para que al menos se hundiera con ruido. En resumen Arturo Char ejerció una Presidencia del Senado fría, funcional a los intereses del Gobierno Duque, y al mismo tiempo apegada a las minucias que permite el reglamento.

Vale recordar que el presidente del Senado define el orden del día para debatir los proyectos de ley. Da y quita la palabra en los debates de moción de censura. Tiene un margen de maniobra para citar las sesiones, y con él puede engavetar proyectos, como sucedió con la jurisdicción agraria. Al no ser puesta en el orden del día, para ser votada, quedó archivada, y su trámite se tendrá que volver a hacer desde ceros la próxima legislatura.

Entre sus argumentos para hundir esta especie de reforma agraria, Char planteó a quienes le reclamaron, que el Gobierno y el Ministerio de Justicia, quienes fueron los que presentaron la iniciativa, tenían unos ajustes que hacerle y por eso no se podía agendar sin el visto bueno de ellos.También trascendió que el ministro de Hacienda, José Manuel Restrepo, pidió reconsiderar la viabilidad de ese y dos proyectos más (reforma a Justicia y comisarías de familia) por disponibilidad financiera.

«Una cosa importante, el orden del día lo fija el presidente del Senado, no el Gobierno. Ese orden del día se concierta con cada uno de los voceros de las bancadas o los ponentes de los proyectos. El que impulsa el proyecto es el ponente», comentó  el secretario del Senado, Gregorio Elijach.



Contrasta esta actitud de Char con lo que fue hace cuatro años, en el Gobierno de Juan Manuel Santos, cuando apoyó el proceso de paz con las Farc y la firma del acuerdo de La Habana.

Hasta le compuso una canción que se llamó ‘Bienvenida la paz’ para invitar a votar sí al plebiscito. Al facilitar el trámite legislativo para que se hundiera la especialidad agraria, Char dejó en el aire ese apoyo al Acuerdo y se alineó con la coalición de Gobierno que se ha opuesto a darle vuelo a la implementación.

«Atropelló bajo órdenes del Gobierno», criticó el senador, ahora de oposición, Roy Barreras. Char además ha utilizado su poder para beneficiar a su grupo familiar y económico, como cuando apoyó el artículo en el Plan de Desarrollo que permitió la creación del Banco Serfinanza propiedad de su familia. En últimas, Char podría considerarse un apoyo incondicional de la corrupción, pero no cualquiera, sino de alto turmequé, con poder político y económico que aspira reelegirse en las próximas elecciones legislativas del 2021.

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