La noche del martes 23 de febrero Julián Martínez, un acucioso periodista de investigación, miembro del portal La Nueva Prensa, pilar fundamental del periodismo alternativo en Colombia, fue atacado a bala cuando se transportaba en su camioneta en la ciudad de Bogotá.

Martínez contó con suerte ya que se traslada con un esquema de seguridad, cuyos integrantes reaccionaron al ataque y lograron ahuyentar a los sicarios. De inmediato el periodista tuiteó sobre su peligrosa situación y llamó a la policía.

Pero no todos los periodistas que investigan y denuncian la corrupción generalizada en Colombia tienen esquema de seguridad, por lo que están expuestos a cualquier ataque. Esta situación se ha venido denunciando en todas las instancias, pero parece que al gobierno no le interesa proteger la prensa que investiga y que devela la corrupción pública.

Contar la realidad en Colombia es un peligro para los periodistas, pues son muchos los frentes por donde puede venir una ráfaga para callarlos. El panorama es deprimente, desolador, y no cabe duda que personalidades como Margarita Rosa De Francisco tienen razón:

Nuestra solidaridad con Julián Martínez y todo el equipo de La Nueva Prensa.

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