Turismo en Puerto Mocho: un paraíso cada vez más exclusivo
La modernización del turismo en Puerto Mocho, Barranquilla, ha dejado a muchos preguntándose si el desarrollo realmente beneficia a todos o si es un pretexto para que intereses privados se adueñen de este paraíso natural. Recientemente, la Policía Nacional prohibió el ingreso de lanchas turísticas de operadores locales al balneario, generando indignación entre turistas, pescadores y organizaciones sociales.
En un video viral, un turista denunció que fue obligado a abandonar una lancha junto con otros visitantes, con el argumento de que debían ingresar por vía terrestre y utilizar el tren turístico. La medida, ejecutada de manera abrupta, impactó directamente a las setenta familias de pescadores que durante décadas han sobrevivido de la pesca y ahora del ecoturismo, siendo estas acciones un golpe directo a su sustento.
Pescadores desplazados: un conflicto que no termina
Según testimonios de operadores como Néstor y Elvia, la situación es crítica. Estos pescadores, que ya fueron desplazados de la Ciénaga de Mallorquín tras su transformación en un atractivo turístico, organizaron su trabajo alrededor del ecoturismo, creando experiencias únicas como la siembra espiritual de mangles y la degustación de las emblemáticas empanadas “Siete Polvos”. Sin embargo, denuncian que las autoridades parecen más interesadas en promover proyectos que beneficien a terceros que en garantizar su derecho al trabajo.
“Nos dieron indemnizaciones mínimas por nuestro desalojo, pero nada que compense las pérdidas. Ahora intentamos sobrevivir con el ecoturismo, pero la Alcaldía nos pone trabas en lugar de apoyarnos
”, asegura Elvia, creadora de las empanadas que han cautivado a los turistas.
El rol de la Policía y las autoridades locales
La medida, justificada por razones de seguridad para los bañistas, fue calificada como arbitraria y perjudicial. Según los operadores turísticos, la solución no debería ser prohibir el acceso de las lanchas, sino regular su operación de manera adecuada.
Por su parte, representantes del Distrito argumentaron que construirán un nuevo muelle para facilitar el acceso, pero los pescadores y operadores exigen garantías inmediatas: “No podemos esperar años mientras construyen algo que ni siquiera han diseñado
”, comenta un líder comunitario.
¿Progreso o privatización?
El trasfondo del conflicto sugiere una inquietante pregunta: ¿será que detrás de toda esta inversión pública en el turismo de Barranquilla hay una intención oculta de entregar el manejo de estos recursos a intereses privados? La exclusión de los operadores locales y las acciones arbitrarias refuerzan esta sospecha.
Mientras tanto, figuras como María Correa Vásquez, dirigente social, insisten en que los derechos ancestrales de los pescadores deben ser respetados. “Estas playas no son privadas y nuestras comunidades tienen derecho a trabajar en ellas. Pedimos al Distrito que garantice nuestra inclusión en este proyecto de modernización”.
Conclusión:
El desarrollo turístico en Puerto Mocho está marcado por tensiones entre progreso y desplazamiento. Las autoridades deben encontrar un balance que permita el crecimiento económico sin sacrificar los derechos de las comunidades locales, evitando que el turismo se convierta en otro negocio privatizado.
Meta descripción:
Frase subtítulo: