Igual que sucede –en la gris realidad política y social de Colombia– la Aida Merlano del carnaval de Barranquilla fue excluida de los grandes eventos de las fiestas de La Arenosa y terminó siendo “la vedette” en las celebraciones municipales y populares que recién terminaron.

Era el disfraz más esperado por los barranquilleros. Al menos así lo dejaron entrever muchos en conversaciones de esquina, grupos de redes sociales, círculos de amigos, vecinos y ciudadanos del común, cuando estalló el escándalo de su fuga y posterior recaptura en Venezuela.

Pero el disfraz de Aida Merlano nunca apareció en el escenario que todos esperaban de esta versión 2020 del Carnaval de Barranquilla: la gran Batalla de Flores. No apareció con el estrambótico aparataje del ingenio delos hacedores, sobre carrozas, o entre el recurso sudoroso de grupos de dementes trabajando con euforia para divertir a los visitantes.

No apareció en las coloridas pantallas de la televisión internacional, ni en las cacareadas “trasmisiones especiales” de la televisión nacional, donde los periodistas y presentadores llegan a ser tan protagonistas como los artistas criollos. No.

Esa dicha se la llevaron este año los espectadores excluidos. Quienes –por la fuerza de los costos que trae consigo la privatización de los carnavales- quedan por fuera de la posibilidad de asistir en familia a la batalla de flores, y tienen que acomodarse en los bordillos de los desfiles de la carrera 44 y otros tantos que se dan en el sur de la ciudad. Todo el mundo se niega a permitir que muere nuestro carnaval.

Los asistentes a estos desfiles populares –un millón aproximadamente según los cálculos de Edgar Blanco, presidente del carnaval de la 44 – tuvieron la posibilidad de reír de lo lindo ante la puesta en escena del disfraz de Aida Merlano, que contó con la participación de sesenta actores.

La puesta en escena ilustra el despiste de las autoridades de custodia de Merlano, el desgarbo de la protagonista al descender y caer desde la cuerda, el pandemónium que se arma en su persecución y la alegría de la protagonista al quedar en manos de Nicolás Maduro, de aquel lado de la frontera.

La Aida Merlano del carnaval, una alegre parodia documentada, libreteada y realizada por vecinos del barrio San Jorge de Malambo, tenía iguales aspiraciones que la Aida Merlano de nuestra realidad política y social. Se preparó a conciencia, mostró sus virtudes histriónicas e intentó colarse en el desfile de la Vía 40 –en la vitrina de estratos altos del carnaval de Barranquilla- pero se estrelló contra la mole inamovible de la indiferencia de los directivos, y fue relegada a los desfiles populares donde se cuece la rica expresión natural del pueblo.

-Lo que ocurre es que a los dueños de Carnaval S.A no les conviene que se presenten esos disfraces en donde la temática de la denuncia pública es abierta y sin pelos en la lengua. Usted sabe que los dueños de esa empresa son políticos. Por eso allá se dan el lujo de rechazar a la mayoría de los disfraces que vienen de abajo- dijo Arnulfo Miguel Sánchez, un experimentado hacedor del carnaval consultado.

Otro visitante contestó: —Nada mira, nos quedamos esperando el disfraz de Aida Merlano en la batalla de flores. Primero desfilaron un poco de carrozas de medios de comunicación y de empresas privadas, una comparsa de mono cuco que no dicen nada, pero que se comenta que pagan para que los dejen desfilar, y otro grupo de mamarrachos que no están relacionados con nuestra cultura- se quejó Pedro Sanjuanelo, un barranquillero residente en Miami, que pagó el palco a toda su familia, y se marchó frustrado.

Pero a Aida Merlano –la del carnaval- otros desfiles, también multitudinarios, le abrieron los brazos. Y, sucedió -igual que a la Aida Merlano de nuestra realidad política – después de ser manoseada, vejada, explotada y más tarde desechada hasta el destierro, terminó feliz con el éxito obtenido.

La Aida Merlano del carnaval, surgida de las calles del barrio San Jorge de Malambo, se repuso de la pena de no ser admitida en el gran desfile de la Vía 40 -un carnaval que parece ajeno- y se entregó con el alma a su pueblo. Y ganó todos los eventos populares, en donde fue recibida con alegría. En estos desfiles nunca le negaron gritar la opresión que brotaba de su corazón. Ahora disfruta del reconocimiento de todos.

Vecinos del barrio San Jorge de Malambo trabajaron incansablemente para lograr el impacto requerido con el disfraz de Aida Merlano

Vecinos del barrio San Jorge de Malambo trabajaron incansablemente para lograr el impacto requerido con el disfraz de Aida Merlano

La parodia nació de la alegría natural de un grupo de vecinos del barrio San Jorge, de Malambo, hace ya algo más de tres lustros. El abogado Pablo Yépez Rudas, uno de los dirigentes del colectivo, cuenta que Dios premió a los habitantes de ese sector con un vecindario alegre, creativo y sano, pero sin mayor potencial económico. Yépez habló sin tapujos:

¿Cómo iniciaron?

En el 2005 la noticia del año fue la Operación Jaque. En ese entonces sólo éramos doce vecinos. Hicimos todo el andamiaje militar con cartón, plástico, pintura y madera. Ante la aceptación de la gente –por los mensajes de nuestra actuación- seguimos ceñidos a la temática de las noticias del año. Hicimos un portaviones, misiles, tanques de guerra, hicimos la parodia con la visita del Papa, en fin tomamos los temas de nuestras realidades. Todos los años desfilamos pero nunca nos han aceptado en Carnaval S.A. Por eso Aida Merlano no podía quedar excluida y desfilamos por las calles de toda Barranquilla.

¿Y, quién los financia?

—Nosotros mismos. Nos reunimos con puntualidad y escogemos el tema. Este año la noticia que más nos ridiculizó ante el mundo fue el caso de Aida Merlano. Teníamos que mofarnos de nuestra triste realidad. Había que trabajar en eso y preparamos la parodia de su escape. Nadie nos da un peso, ponemos de nuestros bolsillos y preparamos la logística. Nos tocó construir en madera una réplica del edificio de donde ella se escapó, colocar dos carros, los uniformes de más de sesenta actores incluyendo a Maduro, las armas de madera, la comida los refrigerios. El tiempo de trabajo de mujeres, hombres y niños. En eso invertimos muchos millones de pesos-

¿Por qué no desfilaron en la Batalla de Flores, donde estaba la gran prensa y la televisión del mundo?

Risas

—Ellos no te dicen que no. Pero te bloquean. Tú terminas entendiendo que no te quieren por algo. Te piden tantos requisitos, documentos, seguros, vacunas, cartas y un paquete de locuras que no les piden a otros. Te aplazan, te dejan esperando, hasta que terminas aburrido y te marchas decepcionado. Lo nuestro es un aporte al carnaval y como pueblo tenemos que ser escuchados, respetados y apoyados siempre. El carnaval es eso. Es un espacio para divertirnos y los temas no deben ser vedados. Toda la vida el carnaval se burla de los políticos, pero no por ser políticos, sino por ser muchas veces el problema, por ladrones. Nos burlamos de todo el mundo. Por eso no nos presentamos a pedir el permiso este año – indicó.

¿Se sintieron excluidos como expresión de pueblo?

—Si claro. Son miles y miles los disfraces que son excluidos. Pero muchos, tanto así que ya la gente creativa del carnaval de la calle ni piensa en llegar por esos lados. Allá, donde están las cámaras de la televisión nacional y del mundo, no entra el pueblo.

¿Usted cree que también influyó el tema denuncia que llevaban este año con el caso Aida Merlano?

—No sé. De pronto ellos no quieren que un tema político se colara por ahí. Tú sabes que hay temas que no quieren que vean los visitantes del mundo en los palcos.

¿Qué ganaron este año con la parodia de Aida Merlano?

Risas, muchas risas

—Uff ganamos todo. Ganamos primer lugar en los carnavales de Palmar de Varela, en Malambo, en Santo Tomás, en Sabanagrande y congos de oro en el desfile de la 44 y la 8. Ahora nos damos cuenta que el carnaval no es carnaval S.A –

¿Quién es la Aida Merlano de ustedes?

—Ella es Estanny Charris, una estudiante de 21 años de edad. Ella estaba aterrorizada cuando la escogimos, por su porte, por su belleza, pero su familia le dio fortaleza.

Edgar Blanco, presidente del carnaval de la 44 dijo que todas las expresiones populares de nuestras fiestas siempre tendrán acogida en los desfiles que él organice.

Ya pasadas las fiestas se dejó escuchar la frustración de muchos actores que –como el disfraz de Aida Merlano- ven como el carnaval va perdiendo el protagonismo colorido que le da vida ante el Mundo.

—Mira el caso de esta muchacha Andrea Valdiri. A ella le negaron el desfile en la Guacherna y la gente se molestó. Tengo entendido que no la dejaron desfilar porque tenía el patrocinio de una marca de cerveza que ellos no querían que apareciera en los medios de comunicación. O sea, para carnaval S.A es más importante un patrocinio que les da billete que un hacedor de cultura…mire a donde nos llevan- se quejó un educador que mostraba a su nieto unos disfraces caminantes.

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