
Jorge Vergara Carbó
@VergaraCarbo
Un panorama mixto: avances y rezagos
El crecimiento económico en Colombia durante el segundo trimestre de 2024 alcanzó un 2.1%, según el DANE. Este aumento, aunque modesto, representa una mejora significativa frente al crecimiento del 0.7% registrado en el primer trimestre del año. Sin embargo, este impulso no es suficiente para contrarrestar la desaceleración económica que ha afectado al país desde 2023, cuando la economía creció apenas un 0.6%, muy por debajo del 7.5% logrado en 2022.

El sector agrícola, con un crecimiento del 10.2%, y las actividades artísticas, con un 9.5%, han sido los principales motores de este avance, seguidos por la administración pública (5.1%), servicios públicos (3.7%) y la construcción, que mostró un tímido repunte del 1.5%. Estos sectores han demostrado ser resilientes, pero otros, como la industria, comercio, y explotación de minas y canteras, continúan estancados o en retroceso, afectando el panorama general.
La industria y el comercio, estancados
El sector industrial, que debería ser uno de los pilares del crecimiento económico, ha decrecido un 3.6% en este trimestre, perpetuando su tendencia negativa. La falta de políticas efectivas y la incertidumbre generada por la administración actual han mantenido a este sector en una recesión que ya dura más de 15 meses. La industria no logra despegar, y lo mismo ocurre con el comercio, que experimentó una caída del 0.3%, y con la explotación de minas y canteras, que bajó un 2.5%. Esta situación refleja un cambio de modelo económico hacia uno productivo que aún no se materializa, dejando a la economía en un limbo.
Agricultura y pesca: un contraste irónico
Mientras que los cultivos agrícolas y la ganadería han mostrado un crecimiento impresionante, con incrementos del 10.9% y 6.5% respectivamente, el sector pesquero presenta una situación alarmante. A pesar de que Colombia tiene acceso a dos océanos y numerosos ríos, lagunas y ciénagas, la pesca decreció un 9.1%. Este contraste es un testimonio de la falta de visión estratégica del gobierno, que ha dejado de lado sectores con un inmenso potencial. No hay políticas claras ni apoyo para la explotación sostenible de nuestros recursos marinos, lo que nos obliga a importar productos pesqueros de países como Vietnam y Argentina. La situación de la pesca en Colombia es inadmisible y requiere una intervención urgente.
Necesidad de un impulso gubernamental
El crecimiento de la economía colombiana en el segundo trimestre, aunque alentador en algunos sectores, sigue siendo insuficiente para contrarrestar las profundas debilidades estructurales. La inversión, que debería ser un motor clave, sigue siendo la «Cenicienta» de la economía, con una contribución del 15% al PIB. Los sectores industrial, comercial y de la construcción, que son vitales para la generación de empleo y el crecimiento sostenido, están lejos de alcanzar su potencial.
Para revertir esta situación, es imperativo que el gobierno implemente políticas de choque que promuevan el crecimiento en el segundo semestre del año. La transición energética, las inversiones forzosas y la reforma tributaria son medidas necesarias, pero insuficientes si no se acompañan de un plan de acción inmediato y efectivo. El gobierno debe acelerar la ejecución de obras de infraestructura clave como las autopistas 4G y 5G, el metro de Bogotá, y la recuperación del río Magdalena y el Canal del Dique.
Conclusión: ¿Un futuro incierto?
El crecimiento del 2.1% en el segundo trimestre es una señal positiva, pero no suficiente para asegurar el futuro económico de Colombia. La economía sigue enfrentando desafíos significativos, como el déficit en cuenta corriente, el déficit fiscal y el alto endeudamiento. Si bien el gobierno ha establecido una meta de crecimiento del 1.8% para este año, alcanzar este objetivo requerirá un esfuerzo concertado y una estrategia clara que hasta ahora ha sido inexistente.
En los próximos meses, será crucial observar si el gobierno del cambio puede superar las barreras que enfrenta y lograr que la economía colombiana alcance su verdadero potencial. De lo contrario, la promesa de crecimiento y desarrollo seguirá siendo solo eso: una promesa incumplida.