Este es el Bombardier Global 500 que trajo por primera vez a Bogotá a la red mafiosa, en diciembre. Tres firmas lo operaron. Foto: Christian Jilg
Este es el Bombardier Global 500 que trajo por primera vez a Bogotá a la red mafiosa, en diciembre. Tres firmas lo operaron. Foto: Christian Jilg
TOMADO DE EL TIEMPO (Ver artículo original aquí)
Por: Unidad Investigativa
07 de febrero 2018 , 11:41 p.m.

La DEA, el ICE, el Homeland Security de la embajada de Estados Unidos en Bogotá y sus pares de la embajada Británica ya tienen muy avanzada la investigación sobre la red de traficantes de coca detrás del ‘narcojet’ que salió hace 11 días del aeropuerto El Dorado con media tonelada del alcaloide.

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EL TIEMPO conoció apartes del dosier extranjero sobre el caso y en este se asegura que el albañil inglés Martin Neil, el español Víctor Franco-Lorenzo y el chef italiano Alessandro Iembo ya habían sacado 12 maletas de Colombia en un jet que fue operado por tres empresas que no estaban en el radar de las autoridades: Avcon, el operador del avión; Diamond Air, el que se encargó de los pasajeros; y Avjet, quien hizo los pagos.

Los agentes extranjeros también confirmaron que el supuesto chef italiano, Alessandro Iembo, es miembro de la mafia Ndrangheta, de Calabria (sur de Italia), y aunque tiene antecedentes, salió al menos dos veces del Reino Unido sin ser detectado.

El tercer hallazgo es que ninguno de los dos vuelos vinculados al albañil, el falso chef y el español son entregas controladas por la DEA o por otra agencia extranjera.
De hecho, EL TIEMPO estableció que Scotland Yard detectó el cargamento del 29 de enero cuando lo estaban subiendo a un par de carros que se resintieron por el peso de la coca. Esto confirma que allí tampoco fue inspeccionado el equipaje.

“En Colombia aún no saben frente a qué monstruo están”, aseguró una fuente cercana a la investigación.

Y añadió que ya tienen los formatos de la Aeronáutica Civil de Colombia en los que consta que Central Chárter –la dueña del hangar donde pernoctaron las aeronaves investigadas– sí le avisó a la Policía de los dos vuelos.

Pero los agentes encargados dijeron que no los inspeccionarían: “Es una vulnerabilidad del sistema, no de la firmas de chárter”, explicó.

El otro vuelo

Y agregó: “En los documentos está el sello del la Policía y está escrito a mano: ‘Sin inspección’. La empresa cumplió con los protocolos y es claro que no fue negligencia de ellos”.

EL TIEMPO estableció que la red tocó por primera vez suelo bogotano a las 22:45 del 8 de diciembre de 2017 y que fue enviado por la torre de control, por equivocación, a los hangares de la firma Aerosupport.

Luego de ser redirigido a Central Chárter, la aeronave, de matrícula OE-IOO, permaneció allí dos días. El 10 de diciembre se preparaba a despegar cuando el piloto autriaco Manfred Spanblöchl se quejó de que ni siquiera habían pasado el equipaje por un escáner.

Su malestar quedó consignado en el correo revelado por EL TIEMPO, en el que una ejecutiva de Central Chárter advirtió que las maletas se veían pesadas. Además, que no era la primera vez que tripulaciones foráneas se quejaban de la falta de inspección.

De todos modos, el piloto tomó la decisión de despegar e hizo una parada técnica en Santa María, isla de Las Azores (Portugal).

“Allí se rompió la trazabilidad del cargamento, pero se sabe que ese avión también aterrizó en Farnborough, un aeropuerto al sur de Londres”, explicó un agente.
La Policía Antinarcóticos trabaja con agencias extranjeras y ordenó revisar todos los chárteres sin excepción.

Y Central Chárter anunció que rechazará vuelos de terceros que no conozca. Y si tiene dudas, el vuelo no saldrá hasta que llegue la Policía con orden escrita para que no entren agentes falsos.

UNIDAD INVESTIGATIVA
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