El juego de poder entre el Ministro del Interior y las iglesias evangélicas: Cuando la burocracia se arrodilla ante los intereses políticos

El Ministerio del Interior, dirigido por Juan Fernando Cristo, está moviendo las piezas de un tablero que huele a politiquería y cuotas religiosas. La reciente salida de Amelia Cotes de la Dirección de Asuntos Religiosos, para poner a la abogada Johanna Moncada, cercana a las iglesias evangélicas y a la senadora Lorena Ríos, no es una simple decisión administrativa. Es el reflejo de cómo las iglesias se convierten en herramientas de poder y las instituciones públicas en moneda de cambio.

¿Religión o politiquería? La movida de Cristo para 2026

El ministro Juan Fernando Cristo, veterano en las artes de la política, sigue construyendo una estructura que le favorezca para las elecciones de 2026. Con la senadora Lorena Ríos como su aliada en la Comisión Séptima, Cristo asegura un apoyo clave en las próximas reformas. Pero no es solo cuestión de votos. Las 11 mil iglesias registradas en el país son un poder en las urnas, y Cristo no está dispuesto a desperdiciar esa base electoral.

Las iglesias como bastiones de poder: El caso de la senadora Ríos

Lorena Ríos, una vieja conocida de Cristo, ha sido una aliada estratégica desde sus días como directora de Asuntos Religiosos en el gobierno de Juan Manuel Santos. Ahora, con su influencia en el Senado y el respaldo de miles de fieles evangélicos, Ríos es más que una senadora. Es un activo político que Cristo quiere retener a toda costa. La llegada de Johanna Moncada a la Dirección de Asuntos Religiosos, con su pasado en el partido Colombia Justa Libres, no es una coincidencia. Es una jugada estratégica para mantener el control del voto cristiano en las próximas elecciones.

Moncada y Ríos.

Corrupción, lavado de activos y el silencio incómodo

Mientras tanto, las sombras de la corrupción se ciernen sobre este entramado de poder. La exdirectora Amelia Cotes denunció que estaba investigando lavado de activos vinculado a iglesias cercanas a la senadora Ríos, antes de ser abruptamente declarada insubsistente. ¿Casualidad? Difícil de creer. Las denuncias de lavado de activos y las conexiones políticas de las iglesias con el poder muestran cómo la religión y la corrupción pueden caminar de la mano.

Cristo, Saade y el poder evangélico

Este no es el primer caso de manipulación en la Dirección de Asuntos Religiosos. Alfredo Saade, un controvertido pastor que también ha jugado a favor de los intereses del poder, perdió su cuota burocrática en esta oficina. El reemplazo de su aliada Cotes por Moncada marca un nuevo capítulo en la relación entre política, religión y burocracia. Saade, quien fue precandidato presidencial por el Pacto Histórico, sigue siendo una figura polémica y una herramienta más en este juego de tronos religiosos.


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