Una historia truculenta de corrupción, que ningún medio de comunicación ha publicado, motivó la salida del superintendente de Salud Luis Carlos Leal. Vamos a explicar esta historia comenzando con el análisis de los últimos acontecimientos que Leal fraguó antes de ser retirado de este ente de control y terminamos con el hecho que originó su salida y por qué el gobierno no lo nombró en el puesto que el presidente Petro le había prometido.

Acusaciones sin fundamento

El exsuperintendente de salud Luis Carlos Leal (Supersalud) parece estar ahora en el ojo del huracán tras su manejo cuestionable del caso Coosalud EPS S.A., una de las principales Entidades Promotoras de Salud del país. En un contexto donde la transparencia y la eficiencia deberían ser pilares fundamentales, el exsuperintendente está quedando en deuda con los colombianos. Documentos recientes revelan inconsistencias preocupantes que generan dudas sobre la solidez de sus actuaciones.

Sin Informe, Sin Argumentos

La auditoría realizada a Coosalud el pasado 25 de septiembre de 2024, cuyo propósito era examinar el flujo de recursos y presuntas irregularidades, ha dejado más preguntas que respuestas. A pesar de haber transcurrido más de dos meses, el informe final aún no ha sido publicado.

Según la propia Supersalud, el retraso se debe al “considerable volumen de datos” recolectados, excusa que difícilmente satisface a los críticos. Este vacío informativo se agrava con la filtración de un supuesto informe preliminar en redes sociales y medios de comunicación, un movimiento que Coosalud señala como lesivo para su buen nombre​.

Transparencia en Tiempos de Desconfianza

Lo más alarmante es la evidente contradicción entre las declaraciones oficiales y las acciones realizadas. Mientras la Supersalud se defiende argumentando que el informe aún está en elaboración, los comunicados emitidos en sus plataformas parecen haber alimentado la especulación pública en lugar de aportar claridad​.

Además, los documentos demuestran que Coosalud ya entregó toda la información requerida de forma completa y organizada durante la auditoría​, lo que pone en tela de juicio la eficacia del trabajo del ente de control.

¿Un Caso de Negligencia Administrativa?

Más que un ejemplo de mala gestión, este caso podría ser un reflejo de la ineficiencia estructural de la Supersalud. La entidad insiste en que la falta de entrega del informe no vulnera el derecho al debido proceso, ya que Coosalud podrá defenderse una vez el documento esté listo. Sin embargo, este argumento pierde peso cuando consideramos que la falta de un informe concluyente no ha impedido que la entidad sea objeto de investigaciones y rumores que afectan su reputación

Conclusión 1

La Superintendencia Nacional de Salud debe rendir cuentas no solo a Coosalud sino a todos los ciudadanos que esperan una gestión responsable y transparente de los recursos de salud. Si no puede cumplir con algo tan básico como emitir un informe oportuno y basado en evidencia, ¿cómo puede garantizar la vigilancia efectiva del sistema de salud colombiano? En un escenario ideal, la Supersalud debería enfocarse en reconstruir su credibilidad, empezando por dar respuestas claras y actuar con la diligencia que demanda su rol.

¿Por qué Leal ordenó estas auditorias?

Recordemos que en septiembre pasado el exsuperintendente de salud Luis Carlos Leal había ordenado una serie de auditorías a 3 EPS intervenidas por el gobierno (SOS EPSAsmet Salud y Emssanar) y a otra no intervenida (Coosalud EPS), porque supuestamente le había llegado a Leal un anónimo que denunciaba a Mario Andrés Urán, un conocedor del sistema de salud y experto lobista, quien dirigiría un entramado entre IPS y las cuatro EPS auditadas.

A finales de octubre Leal denunció que había encontrado fuertes sospechas que Mario Andrés Urán, en su rol de asesor en la EPS Coosalud, estaba influyendo en la asignación de contratos hacia ciertas IPS específicas y desvío de recursos a paraísos fiscales.

Igualmente, la investigación habría detectado una concentración de pagos a determinadas IPS, sobrecostos por el uso de terceros en funciones de los interventores, autorización de giros condicionados, favorecimiento a laboratorios farmacéuticos y perfilamiento a funcionarios de la Supersalud.

Pero, ¿por qué Leal reaccionó así contra el manejo que le estaba dando el gobierno a las EPS intervenidas, sobre todo contra esas tres, donde concentró su furia?

Sí, hablamos de furia porque esa reacción en contra de las órdenes que había recibido para manejar una estructura administrativa que el gobierno había diseñado con las intervenciones a las EPS emproblemadas, tiene una explicación que nos proponemos exponer en las siguientes líneas.

El origen de su salida

Luis Carlos Leal fue escogido por el presidente Gustavo Petro para que dirigiera uno de los entes de control neurálgicos para su gobierno, pues debía abanderar la tarea de demostrar la ineficiencia y obsolescencia del actual sistema de salud, y además cuidar muy bien la estructura de poder que el gobierno imponía con las intervenciones.

Para nadie es un secreto que esa estructura de poder es dirigida por Laura Sarabia, la directora del Dapre, quien además se encargó de nombrar y despedir a Luis Carlos Leal de la Superintendencia de Salud.

Leal sabía desde que comenzó su administración quién y cómo se manejan las intervenciones a las EPS, sabía muy bien del papel de Mario Andrés Urán y para quién trabajaba. Estaba de acuerdo con todos esos objetivos extras que el Dapre le había encargado, además de la misión institucional que le demandaba la dirección de ese ente de control.

Todo parece haber escalado en una reunión de septiembre en la Casa de Nariño, donde Leal fue directamente confrontado por el presidente Petro y Laura Sarabia, directora del DAPRE. “Luis Carlos nos traicionaste y tienes que pagar”, fueron las palabras que, según testigos, marcaron el principio del fin de su mandato. Leal, sin embargo, permaneció en silencio durante la reunión, en lo que parece haber sido un intento de ganar tiempo​.

Se dice que su reacción fue ordenar las auditorías para encontrar algún tipo de irregularidades en las EPS intervenidas, con el objetivo de construir un informe que le sirviera como moneda de cambio para permanecer en el cargo. Sin embargo, esta estrategia no funcionó, el disgusto fue mayor en el palacio presidencial.

Todo indica que Leal no solucionó el disgusto del presidente, y el temor de ser retirado del cargo se apoderó de él, entonces extrañamente comenzó a ordenar las auditorías a las tres EPS señaladas anteriormente, como cortina de humo.

Con ese informe en la mano, Leal le estaba mandando un mensaje a Laura Sarabia, que lo mejor era que lo dejaran “sano”, no lo molestaran y así podía seguir en el cargo. Pero no lo logró y tuvo que recurrir a los medios de comunicación anti-gobierno y filtrar lo que había aparentemente encontrado con sus auditorías, y aprovechar la divulgación en los medios, aunado a un escrito formal, para que tomara atenta nota la Fiscalía.

Leal habría recurrido a medios opositores al gobierno para denunciar lo que consideraba irregularidades en las intervenciones a las EPS. También presentó los hallazgos preliminares de las auditorías a la Fiscalía, lo que desató un vendaval mediático y en redes sociales. Este movimiento precipitó su destitución, aunque las razones exactas detrás de la decisión gubernamental permanecen en la sombra.

Pero ¿por qué el presidente amenazó a Leal diciéndole que tenía que pagar? ¿Qué había hecho el entonces Superintendente de Salud? No tenemos pruebas, pero tampoco dudas de las acusaciones que circulan, destaca una supuesta coima: Parece que Leal hizo un negocio con una multinacional, de donde recibió dos mil millones.  Lo que si sabe es que la Procuraduría está investigando a Leal, sus asesores y ejecutivos, sobre todo este entramado, y antes que salga la procuradora Margarita Cabello se podrían estar tomando las primeras decisiones.

Conclusión 2

La salida de Luis Carlos Leal deja más preguntas que respuestas. ¿Fue una víctima de un sistema corrupto o un jugador más en este entramado de poder? Lo cierto es que su caso es un reflejo de cómo la política, los intereses económicos y la falta de transparencia siguen marcando el sistema de salud en Colombia.

Publicidad ver mapa

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.