Es inaudito e impensable lo que el gobierno de Iván Duque hizo con el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar. Dejó en el aire a millones de niños y niñas que dependen de la nutrición y protección de esta entidad gubernamental.

Al tiempo que se destapan todos los abusos que cometió el gobierno Duque con el dinero público para favorecer amigos y excolaboradores civiles y militares, en la Comisión Sexta del Senado se dio a conocer, por parte del director encargado del ICBF, la crítica situación en que quedó esta entidad.

DUQUE TOURS

37 miembros de la escolta presidencial de Iván Duque fueron enviados en comisión de estudios al exterior con actos administrativos firmados en volandas antes del 7 de agosto.

Gustavo Martínez, director encargado de la entidad, aseguró que el dinero faltante en el presupuesto del ICBF, supera los $460 mil millones de pesos. Señaló, además, que el pasado gobierno no aprobó los recursos para el funcionamiento de algunos de sus programas.

Para nadie es un secreto que el ICBF se ha convertido en una empresa criminal, manejada desde afuera por la mafia de la contratación pública y que a los niños solo le llegan migajas de la gran torta presupuestal de este organismo.

Noticias Uno ya lo ha venido denunciando y le toca al gobierno de turno quitar todo ese oscuro manto que cubre esta institución y desmontar las empresas criminales que direccionan sus presupuesto.

Causa especial preocupación la ausencia de recursos en el programa de atención a la primera infancia. Este reportó la necesidad de, al menos, $231.854 millones, los cuales alcanzan para cubrir “servicios comunitarios” por 20 días a casi 600.000 niños y, de igual modo, ofrecer ocho días de atención en “servicios integrales” a más de 1’149.969 menores.

Las limitaciones en el presupuesto también afectan, por ejemplo, al programa de familias y comunidades, que requiere de $50.863 millones; y a la adecuación y mantenimiento de las sedes, tarea que precisa de $35.544 millones, aproximadamente.

Para pagar favores

La postración del ICBF es tan evidente que hace pocos días, periodistas, políticos y académicos firmaron una carta en la que le pedían al Gobierno de Gustavo Petro que no asignara la dirección del instituto en función de favores o cuotas políticas. Esto porque, según aseguraron, en administraciones pasadas se ha ofrecido el importante cargo a amigos como forma de pago por favores.

Para cumplir su palabra de “cero corrupción”, el presidente Petro debe implementar una reingeniería completa a esta institución, coordinada por un programa anticorrupción y que sea el ejemplo institucional de su gobierno.

Por otro lado, necesitamos que se inicien investigaciones serias que den resultados y que se publique todo el esquema de la empresa criminal que ha dejado a nuestros niños y niñas en la más completa miseria.

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