A propósito de las intervenciones hechas por funcionarios públicos, llamando a desacatar el fallo de la Corte Suprema de Justicia relacionado con la detención del senador Álvaro Uribe Vélez, la Procuraduría General de la Nación recordó el imperativo para todas las ramas del poder público de acatar y dar cumplimiento a las decisiones judiciales.  

Por ende, ningún servidor público está habilitado para promover o alentar su incumplimiento. Es el acatamiento a la ley lo que garantiza la supervivencia de la democracia y el Estado de derecho, señaló la Procuraduría haciendo especial advertencia a las últimas declaraciones entregadas en particular por el presidente Iván Duque y congresistas del Centro Democrático. 

“El único escenario legítimo para la discusión y confrontación de las decisiones judiciales es el proceso mismo, acudiendo a los instrumentos que el debido proceso provee. La controversia de las providencias emanadas de los jueces en ámbitos distintos al judicial, atenta contra los principios de autonomía e independencia en que se cimenta esta rama del poder público, y que constituyen pilares esenciales de nuestra democracia”, señaló en un comunicado el Ministerio Público. 

De otra parte, la Constitución le señaló a la Procuraduría General de la Nación la competencia de velar por las garantías procesales de los ciudadanos que sean investigados dentro de una actuación penal. 

Por consiguiente, “la Procuraduría General de la Nación actuando en el marco de sus competencias constitucionales y legales, continuará ejerciendo su labor de vigilancia dentro del proceso penal que se adelanta en contra del senador Álvaro Uribe Vélez, y, en ese marco, examinará la pertinencia de ejercer los controles procesales que la ley contempla para la medida de aseguramiento dictada en su contra, en procura  de  la  preservación de la  integridad del  orden jurídico  y  la intangibilidad de las garantías procesales”, indicó el procurador Fernando Carrillo.

La Procuraduría General de la Nación, finalmente, exhortó a los colombianos a desactivar la pugnacidad y la extrema polarización que pueden estimular nuevos escenarios de violencia. A la crisis generada por la pandemia del Covid-19 no se le puede agregar una pandemia de odio que nuble el futuro, amenace la democracia y nos sume en una nueva noche de dolor. 

Publicidad ver mapa

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.