Un beso que desató la polémica
En un país acostumbrado a las apariencias y el exceso en redes sociales, no resulta raro que alguien presuma una camioneta Toyota Fortuner de último modelo. Pero el verdadero problema surge cuando ese alguien es el personero de Medellín, Mefi Boset Rave Gómez, y la ostentación incluye recursos públicos.
“Necesidad institucional”: la excusa del lujo
Con un beso a una de las tres camionetas Toyota recientemente adquiridas, Rave Gómez encendió la polémica. ¿La excusa? “Necesidad institucional”. Según él, al llegar al cargo, encontró diez vehículos, de los cuales solo uno funcionaba. Sin embargo, contradice su propia defensa al recordar que en 2019 ya se habían comprado varios automóviles, dejando un interrogante: ¿cómo es que vehículos con menos de cinco años ya no sirven?
Un gasto multimillonario que genera sospechas
Este año, la Personería desembolsó $1.469 millones para adquirir seis vehículos: tres Nissan por $555 millones en junio y tres Toyota Fortuner por $914 millones en octubre. Aunque el argumento oficial es “mejorar la operatividad de los 350 funcionarios”, el lujo parece estar reservado para unos pocos, incluyendo al propio Rave Gómez.
Instalaciones en ruinas, vehículos de alta gama
Mientras tanto, las instalaciones de la Personería permanecen en condiciones deplorables, con techos que filtran agua en cada aguacero. Pero al parecer, la comodidad de los vehículos de alta gama tiene más prioridad que garantizar espacios dignos para los trabajadores.
El personero auxiliar: un personaje bajo la lupa
El episodio toma un giro aún más oscuro cuando aparece en escena Héctor Alfonso Gómez Trujillo, personero auxiliar y mano derecha de Rave. Este funcionario, responsable de autorizar las compras, enfrenta varias investigaciones por corrupción. Como exalcalde de Campamento, Antioquia, Gómez debía comparecer el 20 de noviembre a una audiencia de imputación de cargos por contratación indebida, pero esta fue aplazada al 28 de noviembre. La Procuraduría también mantiene investigaciones abiertas en su contra.
Una entidad que debía ser ejemplo de transparencia
Que una entidad encargada de proteger los derechos ciudadanos y fomentar la transparencia protagonice semejante escándalo, dice mucho del estado de la administración pública en Colombia. En lugar de austeridad, honestidad y eficiencia, nos encontramos con lujos y privilegios.
El verdadero costo de la corrupción
En el fondo, la corrupción no solo roba recursos; también atenta contra la confianza ciudadana en las instituciones. Y en este caso, la Personería de Medellín parece ser otro triste ejemplo de cómo algunos funcionarios olvidan su propósito para sucumbir al ego y la opulencia.