Todos recordamos los vehementes discursos de Angélica Lisbeth Lozano, entonces representante a la Cámara por el partido Alianza Verde. Duros, frenteros contra el anterior gobierno de Santos y una buena parte del período del actual de Duque justo hasta el momento en que su esposa Claudia López, alcaldesa de Bogotá, asumió el poder.
En el 2013 Angélica Lozano inició su campaña para aspirar curul en la Cámara de Representantes y es así como en el 2014 fue elegida por la circunscripción de Bogotá.
Ese mismo año un abogado demanda la elección de la representante Lozano por sostener una pública relación con la entonces senadora Claudia López, sostenido en la premisa que la ley prohíbe expresamente que sean congresistas por un mismo partido político dos personas que tengan una relación permanente.
Lozano se defendió con el argumento; pueril si se quiere, que tal prohibición no le era aplicable dado que ellas mantenían una relación de “noviazgo” y no una unión permanente cuando la hermenéutica de esa ley lo que pretende es evitar precisamente lo reconocido por Lozano. Una apuesta de doble juego en la interpretación de la ley colocándola en un curioso acomodo.
En ese periodo de representante a la Cámara por Bogotá fue elegida durante 4 años consecutivos como la mejor Congresista en Cámara según el panel de Cifras & Conceptos gracias a sus logros en materia de leyes y sus; ya se dijo, encendidos debates en contra de las políticas del gobierno de Juan Manuel Santos.
En el 2018 Lozano participó en calidad de unas de las promotoras de la fallida Consulta Anticorrupción lo que motivó a críticas de sectores políticos adversos canalizadas por medios de comunicación militantes que denunciaron su doble juego de intereses en pugna ya que no había hecho manifiesto durante sus debates en el Congreso que su hermano Óscar Julián Lozano Correa era contratista del estado en varios niveles a través de su empresa familiar Kyros Muebles & Diseño y que tal condición en Colombia no se debe precisamente a sus oficios y condiciones sino a determinado apoyo desde el sector político.
Según el sistema de contratación Secop, Oscar Lozano, hermano de la congresista hasta ese año de 2018 había obtenido 13 contratos por $1.304 millones en los últimos tres años. Sostiene el medio digital El Expediente, afiliado a las tesis de Álvaro Uribe Vélez que coincide con los apoyos de la congresista Lozano y el partido Alianza Verde en temas desarrollados por el gobierno Santos en las temáticas de la paz.
Kyros Muebles & Diseño tiene contratos por concepto de muebles, mobiliario y decoración con entidades como el Ejército Nacional, Inpec, Invima, Dirección de Sanidad Militar, Policía Nacional, Alcaldía de Mosquera, Contraloría de Cundinamarca, Fuerza Aérea, Minhacienda, Comando General de las Fuerzas Militares, Instituto de urbanismo (IDU) y Gobernación de Boyacá.
Dos años antes; en 2016, Óscar Lozano, hermano de la Congresista, muy previsivo sobre los próximos tiempos modificó el alcance del objeto social de su empresa. Un año después, en 2017, ganó un contrato $230 millones para suministrar pasabocas a los reclusos a cargo del Instituto Nacional Penitenciario. Pasó de una empresa fabricante de muebles a una de alimentos.
La Ley Quinta, que reglamente el funcionamiento del Congreso, expresa en su artículo 286 que «todo congresista, cuando exista interés directo en la decisión porque le afecte de alguna manera, o a su cónyuge o compañero o compañera permanente, o a alguno de sus parientes dentro del cuarto grado de consanguinidad o segundo de afinidad o primero civil, o a su socio o socios de derecho o de hecho, deberá declararse impedido de participar en los debates o votaciones respectivas».
Esos hechos muestran que por lo menos la entonces representante a la Cámara obvió su intención en declarar hechos contractuales de un familiar sobre todo cuando encabezaba cruzadas contra la corrupción enquistadas en el estado y que un miembro de su familia estaba disfrutando de las dulces condiciones de la llamada “mermelada” santista.
La senadora Lozano se define: «Políticamente soy de centro-izquierda. Aunque vengo de una familia bipartidista he participado únicamente en procesos “independientes” de los partidos históricos. ‘Hacia una alternativa política colectiva’ proceso académico y cívico fue mi escuela fundamental de 1998 a 2001. Ahí conocí a las personas y equipos de trabajo con los que siento más afinidad y con los que después he trabajado, como Antanas Mockus, Antonio Navarro, Enrique Parejo, Sergio Fajardo y Carlos Vicente De Roux. Estoy convencida de la necesidad de más mujeres en la política, ya que podemos incidir en forma distinta en lo público y aún somos pocas».
La cercanía de Lozano con Sergio Fajardo, precandidato presidencial, le ha causado singulares problemas a su esposa, la alcaldesa de Bogotá Claudia López. El 14 de octubre de 2021 el precandidato presidencial Gustavo Petro realizó unos específicos señalamientos en torno al reparto político de las secretarías de Bogotá indicando que el secretario de salud de esa ciudad, Alejandro Gómez, era «una cuota política del señor Sergio Fajardo».
Lozano se defendió a su vez acusando a Petro de hacer exactamente lo mismo dándole cuotas a concejales enredados en el famoso “carrusel” de la contratación en Bogotá.
Este es uno de los tantos enredos en que se encuentra situada la actual legislatura de Angélica Lozano enmarcadas en dos ejes: defender a su esposa López en su gestión en la Alcaldía de Bogotá y promover, a cualquier costo, la candidatura de Sergio Fajardo del partido Alianza Verde a la presidencia de la república.
Precisamente en abril de 2021, la actual senadora Lozano salió en defensa de su esposa Claudia López después que el expresidente Álvaro Uribe y varios congresistas del Centro Democrático arremetieran contra la mandataria capitalina.
Esa ha sido parte de la actual gestión legislativa de Angélica Lozano. La defensa de López y fomentar una especie de juego de estrategias en torno a las precandidaturas presidenciales. O tempora, o mores, decían los latinos.
El 12 de octubre de 2021 los senadores Katherine Miranda e Inti Asprilla del partido Alianza Verde, criticaron el afán de Lozano de divulgar públicamente encuestas internas del partido usando el periódico El Espectador. En total fueron tres las encuestas contratadas con el Centro Nacional de Consultoría y EcoAnalítica para auscultar a la opinión publica en torno a las elecciones de 2022.
El asunto es que la congresista Lozano aplaudió resultados en que supuestamente mostraban a favor que la Alianza Verde apoyara la Coalición de la Esperanza sin resaltar que dentro de ese partido otros datos presentan un favoritismo del 67% por Gustavo Petro.
Ante esta divulgación de información el congresista Inti Asprilla se manifestó: «Quiero decirle públicamente a la senadora Angélica Lozano que uno no puede decir que representa la esperanza, y al mismo tiempo hacer jugaditas para inducir al error a los medios de comunicación. Esta nota aclaratoria de El Espectador debería darles vergüenza».
Sin embargo, en un vídeo divulgado en su defensa por Lozano con el editor político del diario al que filtró la información en donde ambos reconocen que no hubo tal hecho.
Lozano desmintió los señalamientos y grabó un video en el que se comunica con el editor político de El Espectador, el medio al que supuestamente le había filtrado la información.
La representante a la Cámara Katherine Miranda del partido Alianza Verde también criticó a Angélica Lozano. «No está bien seguir con jugaditas y trampas. Mandar una encuesta amañada y falsa a los medios de comunicación es poco ético. Como congresista del Partido Verde agradezco a El Espectador y su director Fidel Cano la corrección y la evidencia de la trampa».
Es inadmisible y éticamente perverso que políticos como la senadora Lozano, que se definen independientes de centro izquierda tengan un comportamiento dual, ambiguo y electorero.