El Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación (Minciencias), creado para liderar el desarrollo científico en Colombia, se encuentra en el centro de una tormenta de críticas por su incapacidad de gestionar los recursos del Sistema General de Regalías (SGR). Este fracaso no solo refleja la falta de liderazgo en el sector, sino que expone un vacío en la estrategia del gobierno de Gustavo Petro para priorizar la ciencia y la innovación en el país.
El problema: miles de millones sin ejecutar
De los $2,9 billones asignados para 2023-2024 al sector de Ciencia, Tecnología e Innovación, apenas se han aprobado y publicado tres convocatorias, de un total de once previstas. Según la Procuraduría General, la mala gestión y los retrasos significativos en la ejecución no solo amenazan la viabilidad de los proyectos, sino que podrían llevar a la pérdida de los recursos asignados. Una de las convocatorias más importantes, destinada a macroproyectos nacionales con un presupuesto de $500.000 millones, ni siquiera ha sido lanzada
Estos retrasos comprometen el impacto social y económico de los proyectos, ya que muchos enfrentan riesgos de obsolescencia tecnológica y dificultades de implementación debido al cambio de condiciones iniciales
La agitación: el presupuesto más bajo de la historia
Mientras otros ministerios gozan de incrementos significativos en el presupuesto nacional, Minciencias continúa al final de la fila. Con apenas $401.000 millones asignados en 2023, es evidente que el gobierno de Petro no considera la ciencia como un eje prioritario de desarrollo. Expertos como Moisés Wasserman y organismos como la Misión Internacional de Sabios han señalado que esta falta de inversión perpetúa el atraso en innovación y limita el avance hacia una economía basada en el conocimiento
La solución: un cambio urgente de rumbo
El fracaso de Minciencias no puede seguir siendo justificado como un problema aislado. Requiere un replanteamiento estructural que priorice la transparencia, la eficiencia en la ejecución de proyectos y un presupuesto adecuado para la investigación científica. El gobierno de Gustavo Petro debe reconocer que sin ciencia, no hay desarrollo sostenible ni equidad social.
Reflexión final: el precio de la negligencia
En un país donde la ciencia podría ser la herramienta para cerrar brechas de desigualdad, la falta de gestión en Minciencias representa una oportunidad perdida para miles de colombianos. ¿Hasta cuándo seguirá Colombia ignorando a su comunidad científica mientras el mundo avanza a pasos agigantados en innovación? Es hora de que el gobierno pase de las palabras a los hechos y coloque a la ciencia en el lugar que merece: el corazón de su agenda nacional.