El caso es largo y complejo con los ingredientes usuales de funcionarios públicos convenientemente “aceitados” actuando en contra de los intereses generales de la ciudadanía basados en informes caprichosos y amañados. Un cuento contado –tocará recontarlo nuevamente- con sus señales en Corrupción al Día  https://corrupcionaldia.com/como-los-incompetentes-y-corruptos-dirigentes-de-valledupar-entregaron-el-servicio-de-aseo-a-william-velez/ 

Comencemos con William Vélez, empresario antioqueño con quien precisamente se inició el análisis de la serie sobre megacontratistas poderosos en Colombia https://corrupcionaldia.com/los-supercontratistas-de-colombia-el-meteorico-ascenso-empresarial-de-william-velez/ en enero del presente año y cuya fortuna depende de varios hechos circunstanciales que le permitieron con habilidad construir un imperio nacional e internacional basado en la recolección urbana de basuras con su tratamiento y disposición.

Vélez Sierra nació en la población de San Pedro de Antioquía el 5 de mayo de 1942 y de allí se traslada a Medellín –ciudad de una poderosa elite industrial, ganadera y después narcotraficante- logrando un título en 1966 de ingeniero eléctrico en la Pontificia Universidad Bolivariana.

Para ese grupo de ungidos empresariales de Medellín, Vélez Sierra era una especie de advenedizo que vendía repuestos eléctricos en los pueblos de Antioquia transportados en un camioncito azul modelo 1955. Los habitantes de esas poblaciones visitadas por Vélez en sus correrías de venta en los años setenta todavía no dan crédito a sus ojos cuando comparan al antiguo agente viajero con el robusto empresario de corte internacional en que hábilmente se metamorfoseó. “Las vueltas que da la vida”, es lo único que alcanzan a decir con resignado aire filosófico mientras apuran un café frente a la plaza.

La historia podría parecer aleccionante. Un “self made man”, como dicen los norteamericanos refiriéndose quien se ha hecho a puro pulso sin ayudas externas. Pero tal belleza americana no cuenta en este caso, pues según otros, su “lucky punch” –golpe de suerte, para seguir con anglicismos, provino de su amistad –íntima– con Álvaro Uribe Vélez, con quien comparte gusto por los caballos de paso fino, fincas y negocios.

Una linda amistad, además, que ostenta varias coincidencias vitales: miembros de la clase media antioqueña –Uribe vivía con sus padres en el barrio Los Laureles, de Medellín al igual que Vélez–, formados a pulso como profesionales, creadores de grandes fortunas empresariales, apellidos comunes (Vélez por un lado y el Sierra materno de William, que también llevaba el padre de Uribe), y por supuesto la amistad de sus progenitores.

Interaseo: la empresa insignia de William Vélez Sierra

Con más de 25 años Interaseo se convirtió en un monstruo empresarial devorador de basuras con presencia en diversas ciudades de Colombia y el exterior. Según sus publicistas es una «organización globalizada que se destaca por brindar soluciones innovadoras en residuos, facility, agua y energía».

El nucleo original de Interaseo es la compañía Termotécnica Coindustrial que, dicen sus publicistas institucionales es «una de las más antiguas y reconocidas empresas de ingeniería en Colombia, con amplia experiencia en la prestación de todo tipo de servicios, incluyendo la prestación de servicios públicos como: diseño, construcción y manejo de rellenos sanitarios (Relleno Sanitario Curva de Rodas en Medellín y Relleno Sanitario de Santa Marta)”. El nombre del complejo empresarial surge de la unión de las Sociedades Insicon y Termotecnica, de donde “se sacaron las dos primeras letras de la primera empresa (IN) con las tres primeras de la segunda (TER), dando así la base del nombre de la compañía». 

Pero la empresa no nace en Medellín –las otras dos que conforman su denominación, si tienen punto de partida allí- sino en la convulsa y corrupta administración pública de Santa Marta en los años 90 cuando una emergencia sanitaria provocó la apertura de una licitación para el manejo de residuos en el servicio público de aseo hasta el año 2007.

Algunas calles de Valledupar son ‘adornadas’ por bolsas de basuras a raíz de la falta de recolección de las mismas, a cargo de la empresa Aseo del Norte. Escenas como estas son frecuentas en la capital del Cesar.

De allí pegan un salto cuántico, asombroso, durante los gobiernos de Álvaro Uribe Vélez con una agresiva política de expansión de sus servicios a diferentes ciudades del país y del exterior aplicando el mismo modelo de servicios. El método, ya lo decíamos, era contactar a los administradores públicos urbanos –alcaldes, gerentes de empresas comerciales del estado, secretarios del despacho, concejales- ofreciendo su portafolio.

Así se apoderan de la disposición de basuras de Sincelejo, Pereira, Ibagué, Soledad, Sucre, Riohacha, Maicao, Malambo, Ciénaga y Valledupar ciudad objeto del tema de este reportaje. Casi todas ciudades con débil institucionalidad y por tanto proclives a entregar servicios públicos domiciliarios a empresarios privados.

Después Interaseo se expande hacia Chile, Perú, Panamá, El Salvador y Honduras.  Genera 8.300 empleos entre directos e indirectos con 84 operaciones en mercado regulado (83 operaciones de aseo -66 en Colombia y 17 internacionales- y 1 operación de aguas en Colombia), 153 operaciones de facility (129 en Colombia y 24 internacionales) y 200 operaciones de Residuos Especiales (199 en Colombia y 1 Internacional).

El caso Emdupar e Interaseo

En el caso de la recolección de basuras de Valledupar, el megaconstratista William Vélez Sierra a través de sus empresas le coloca el ojo al negocio. Por el lado institucional administrativo del municipio de Valledupar lo hace el acalde en el periodo 1998-2000 Johnny Concepción Pérez Oñate y el gerente de la empresa de servicios públicos de Valledupar EMDUPAR S.A. William Marcelo Aroca Maestre.

El tiempo en donde ocurren los hechos es durante todo el 2000, justo el año en que se le vence el periodo legal al alcalde Pérez Oñate y se inician con un tinglado montado bajo el supuesto que era necesario que la empresa Emdupar S.A. se deshiciera de uno de sus servicios, el de aseo. Para tal fin se contrató a una empresa consultora que tras análisis e investigaciones, propusiera un marco de acción de soluciones.

La escogida para tal fin fue la empresa consultora Capital Web de Bogotá, que a su vez debió ser contratada mucho antes del 24 de marzo del 2000 que es cuando presenta informes y recomendaciones en la reunión 114 de Emdupar S.A. sucedida en la sala de juntas de la Alcaldía de Valledupar con Pérez Oñate en calidad de presidente del Consejo Directivo; Sonia Rosa Gómez, secretaria de Planeación;  Ligia Machado, gerente de Fonvisocial; Martín Mendoza, secretario de Obras Públicas; José Rafael Araujo, vocal del Comité de Desarrollo y Control social de los servicios públicos y William Marcelo Aroca Maestre, gerente de Emdupar S.A.

El encargado de presentar la solución por parte de Capital Web de Bogotá, es Juan Villamizar con un estudio denominado «Selección de un socio estratégico para la modernización del aseo de Valledupar».  La idea era crear una empresa de capital mixto entre socios privados y capital público de la empresa Emdupar S.A. bajo una serie de supuestas ventajas de tal negocio.

Villamizar planteó que se evitarían las pérdidas operativas, solucionando las problemáticas de las obligaciones prestacionales (o sea deshacerse de ellas), con una influencia total de Emdupar en la nueva empresa, recibiendo las correspondientes utilidades y que la nueva sociedad asumiría los riesgos inherentes al negocio.

Pues pasó exactamente lo contrario. Endupar S.A. desapareció tras maniobras jurídicas de la composición acccionaria –caso parecido a las triquiñuelas usadas para apoderarse de la Triple A de Barranquilla–, las utilidades recibidas fueron absolutamente ridículas frente al tamaño del negocio configurando pérdidas operativas para la empresa de servicios públicos y en consecuencia para el municipio de Valledupar.  

El consultor Villamizar definió el perfil del potencial socio privado: capacidad y experiencia para manejar más de 300.000 usuarios de aseo, capital de trabajo de más de $6000 millones (del año 2000), patrimonio de $4000 millones, aportando parque automotor, plan de retiros voluntario de los trabajadores, invertir en equipo de tecnología y normalizar la frecuencia de recolección que legalmente debería ser 3 veces por semana.

Por supuesto el Consejo Directivo de Emdupar S.A. aprobó “separarse” del servicio de aseo con el objetivo –así dice en el acta 114, de “modernizarlo”-  y para efectos de buscar el “socio” privado concesionario abrió la correspondiente licitación pública a través de la Resolución 0180 del 5 de abril de 2000 en donde se dispuso la selección de un socio para constituir la ESP encargada de operar el servicio de aseo en Valledupar.

Allí aparece en la Resolución No. 0341 del 27 de julio de 2000 la adjudicación del contrato de recolección de aseo a la Unión Temporal conformada por Interaseo ESP, Aseo Técnico ESP, Aseoupar ESP y Termotécnica Industrial S.A. Una serie de empresas detrás de los que se encuentra William Vélez Sierra. Las acciones quedaron así:

Aseo Técnico30%
Termotécnica20%
Interaseo40%
Aseoupar10%
Composición de la UT

Quedó, según acuerdo entre los socios, de empresa líder Interaseo S.A. Esa fue la unión temporal a la cual le fue adjudicada la recolección de aseo.  El 30 de noviembre del 2000, a un mes de la culminación del periodo del alcalde Pérez Oñate y de Aroca Maestre, en la gerencia de Emdupar ESP se constituyó la Sociedad Aseo del Norte S.A ESP por escritura pública No. 2079.

En su artículo sexto dice que el capital de la sociedad es de $50 millones de pesos –la empresa consultora había determinado uno de $6000 millones de pesos- con la distribución accionaria de Emdupar (la empresa del municipio de Valledupar) con 1000 acciones representadas en $5.000.000. Aseo Técnico –empresa que anduvo por Barranquilla en un negocio escindido de la Triple A- con 2700 acciones por un total de $13.500.000, Termotécnica con 1800 acciones para $9.000.000, Interaseo con 3600 para un total de $18.000.000 y Aseoupar con 900 acciones por $4.500.000.

Puede verse que todas estas empresas, del mismo propietario Vélez Sierra, dejan en perfecta minoría a la pública con todo lo que ello representa a nivel de decisiones en las juntas directivas.

Ese mismo día de constitución de la nueva empresa, el 30 de noviembre de 2000, la junta directiva de Aseo del Norte tomó importantes decisiones. Estaban tres miembros principales: William Marcelo Aroca, gerente de Emdupar, Jorge Enrique Mejía y Luis Armando Córdoba. Allí se entrega formalmente la prestación del servicio del aseo. El 31 de diciembre del 200 terminó su periodo en la alcaldía de Valledupar Johnny Pérez Oñate.

Asume Elías Ochoa Daza como nuevo alcalde, pero como hecho curioso –para la historia relatada- no remueve de Emdupar a William Aroca Maestre y es así como lo vemos presidiendo una reunión el 11 de enero de 2001 de la junta directiva de AseoNorte consignada en el acta 002. Allí dice:

«III. Acto seguido, el señor Gerente plantea a los miembros de la Junta la necesidad de suscribir los convenios o contratos de Interventoría y de Facturación y Recaudo, con la Empresa EMDUPAR y de Operación del Servicio con INTERASEO SA ESP (Socio Operador)». 

Aparece pues, un accionista de Aseo del Norte, Interaseo, como concesionario de la operación de aseo firmando con Emdupar.  Viene el hecho anormal y es que el 2 de enero de 2001 –apenas tenía el nuevo alcalde dos días de posesionado- sin ser autorizado por la Junta Directiva de Aseo del Norte, su representante legal Jairo Taborda Cárdenas cedió el contrato de operación de servicio con Interaseo y esta última firmó el contrato con el municipio de Valledupar. Es decir, la entidad que firma no fue la escogida en la licitación pública y era solo una de sus accionistas. 

En el contrato suscrito entre el municipio de Valledupar con Interaseo señala en su cláusula decimoquinta lo siguiente: :“La Remuneración del servicio a favor del Contratista será, el cien por ciento de los ingresos recibidos producto del recaudo a los usuarios a través del convenio celebrado entre el Contratante y EMDUPAR SA ESP estos recursos serán entregados en su totalidad al Contratista, quien asume todos los gastos tanto propios de su operación y funcionamiento, como los gastos administrativos de ASEO DEL NORTE SA ESP hasta Diciembre del año 2005. Para el período posterior a esta fecha, las partes se pondrán de acuerdo en la remuneración.

Aquí se despoja de un tajo la posibilidad de que el municipio de Valledupar recoja parte de los ingresos operacionales pues el cien por ciento de los ingresos le serán entregados al contratista, lo que constituye un verdadero regalo en bandeja. En esa acta en donde se reconoce a un nuevo concesionario aparecen firmas falsificadas y se pretendía subsanar que el convenio suscrito con Interaseo fue hecho sin autorización de la junta directiva de Aseo del Norte.  Igual hecho sucedió con el relleno sanitario Los Corazones entregado a Aseupar que pasó también a Interaseo.

En consecuencia, Interaseo quedó con el control total de recolección y disposición de aseo en Valledupar y pasó de socia a contratista y dueña absoluta en una operación de tercerización. En efecto, no es Aseo del Norte la responsable, sino un simple intermediario que cede el contrato a Intersaseo que es finalmente el verdadero controlador del negocio.

Por ello todas las utilidades quedan en las arcas de esta empresa de William Vélez Sierra sustrayendo ingresos para el municipio de Valledupar y Emdupar, a las que le entregan sumas ridículas tal como puede apreciarse en el año 2011 cuando Aseo del Norte toma $8.537 millones mientras Emdupar $853 y en el 2012, Interaseo gana $58.312 millones mientras Emdupar llega a $5.831. Un mal negocio para el municipio que solo rescata minucias mientras el operador privado saca la mayor tajada pues en 7 años, Emdupar solo recibió solo el 0,22% de los ingresos operacionales de su socio, la empresa testaferra Aseo del Norte S.A. ESP.

El servicio estándar de aseo

Es importante observar que a escaso un mes de entrar en operación el nuevo concesionario, la CRA emite la resolución 151 de 2001 estableciendo que el servicio estándar de aseo «es el servicio integral de aseo prestado puerta a puerta, con una frecuencia de recolección y transporte de residuos sólidos de tres (3) veces por semana, barrido del frente del domicilio o predio de una (1) vez por semana, y barrido y limpieza de las demás áreas públicas del municipio».

Ello significaba que Aseo del Norte SA ESP debía incrementar la frecuencia de dos –tal como lo hacía usualmente- a tres con el objeto de colocar sus operaciones en vigencia con la normatividad vigente.

Importante este aspecto de la frecuencia de la recolección pues no solo implica mayor nivel de compromiso de salubridad de la empresa prestadora del servicio con la ciudad, sino también porque a partir de allí se diseña la tarifa y si la empresa Interaseo –contratista tercerizada al remover a Aseo del Norte del objeto contractual- no cumplía los requerimientos fijados estaba cobrando a sus usuarios unos costos que no se estaban efectivamente prestando. Total, que se embolsilló ilegalmente cobrando de más en lo que prestaba menos en la frecuencia semanal del servicio.

Otro de los aspectos a que estaba obligado el concesionario del servicio de aseo era a la renovación, por su cuenta y riesgo, de los equipos tecnológicos que implicaba prestar su función. Tampoco ocurrió así, pues el operador recibió el viejo equipamiento que tenía Emdupar como parte del contrato y lo siguió explotando sin invertir en nuevos equipos.

En el artículo cuarto del contrato decía que Emdupar seguiría con la facturación y cobro del aseo. También fue habilidosamente esquivada tal situación pues desde junio del 2008 ya que Emdupar, por decisión de Aseo del Norte, dejó en manos de esta última la facturación y cobro por 20 años. 

Así que esta última empresa decidió desligar a su socio Emdupar de las funciones de facturación y cobro suscribiéndose un contrato en tal sentido con la terrífica empresa de ingrata recordación Electricaribe ESP –aunque la nueva Air-e es peor en su calidad de depredadora de los usuarios-.   El hecho muestra el ánimo de perjuicio que tiene el contratista de papel Aseo del Norte pues el verdadero es Interaseo contra su socio y cesionario Emdupar SA ESP. El servicio de aseo cobrado en la facturación de energía eléctrica!

El relleno sanitario Los Corazones

Para que quede bien claro que todo este proceso fue articulado en el sentido de causar despojo patrimonial a Emdupar y el municipio de Valledupar, iguales sucesos ocurrieron en la concesión del relleno sanitario Los Corazones en donde se le entregó al concesionario Aseoupar S.A. ESP y este decidió entregarlo a Intersaseo SA ESP.

Relleno sanitario Los Corazones

Los accionistas de Aseoupar SA ESP tenían las siguientes participaciones: Intersaseo –socio mayoritario que se queda con el contrato- con el 79,71%; Aseotécnico con el 14,23%; Termotécnica con 0;52%, Emdupar con 5% y Eléctricas Medellín con el 0,52%. Igual esquema que el planteado en la recolección de basuras por parte de empresas controladas por William Vélez Sierra.

Aseupar fue constituida el 9 de junio de 1998 en la Notaría Tercera de Valledupar por William Marcelo Aroca Maestre, gerente y representante legal de la empresa de servicios públicos Emdupar, perteneciente al municipio e Interaseo SA ESP representada por Jorge Enrique Gómez Mejía que también aparece conjuntamente en la misma función de Eléctricas Medellín e Iván Ortega de Ingeambiente, una empresa domiciliada en Cartagena. 

Total que el “eficiente” gerente de Emdupar William Aroca Maestre, tras el cambio de alcalde, siguió unos meses después en el cargo hasta la llegada de José María Gutiérrez Baute que encuentra todo el negocio de cesión del servicio de disposición y recolección de aseo en manos de Interaseo a través de su testaferro Aseo del Norte y Aseoupar.

Hay un curioso hecho posterior que bien vale la pena exponer. El 17 de junio de 2003, Orlando Fernández Toro terminaba su turno como operario de la planta del acueducto de Emdupar. Era miembro y tenía el cargo de fiscal del Sindicato de Trabajadores y Empleados de Servicios Públicos Autónomos en Institutos Descentralizados de Colombia SINTRAEMSDES, Subdirectiva Valledupar. En calidad de su actividad sindical había venido denunciando manejos irregulares en la empresa Emdupar como parte de sus actividades.

Fue asesinado por órdenes directas de las autodefensas de Valledupar controladas en ese momento por Rodrigo Tovar Pupo (Jorge 40). El ejecutor fue Víctor Augusto Chantryt Martínez, alias Gordo Peye o Nene Chantryt. El proceso penal fue desarrollado obviamente en Bogotá, por el Juzgado Décimo Penal del circuito especializado.

Hasta allí parece el típico caso de los tantos en Colombia de un sindicalista ajusticiado por oponerse o controvertir decisiones de la empresa en la que formaba parte como fiscal sindical. Eso lo dicen de forma clara y unánime en el expediente Orlando Fernández, hijo del asesinado y sus compañeros laborales y de luchas Luis Alfonso González, Elsido Gutiérrez Brochero, José Rafael Gnneco, Gloria Vega Torres y Ludis Marina Barraza Rodríguez «quienes en forma conjunta coinciden en afirmar que su muerte fue debido a las actividades sindicales que este ejercía de una manera incansable». 

Por supuesto que en el manejo de contra información para justificar el crimen se le atribuyó –un falso positivo- al líder sindical asesinado su vinculación al ELN, hecho que fue ampliamente desvirtuado en el transcurso del proceso.

Pero más adelante aparece el hecho coincidente, fortuito o curioso. En el proceso fallado el 4 de enero de 2011, folio 27, dice: “Respecto de la condición de la víctima como integrante de la población civil de Orlando Fernández Toro se cuenta con vasto material probatorio que permite evidenciar tal circunstancia, como las declaraciones de su hijo Orlando Fernández Guerrero quien identifica a su padre como una persona inquieta ante cualquier irregularidad administrativa que llegase a presentarse en la empresa donde laboraba, de otra parte Luis Alfonso González Caballero manifiesta que lo conoció a lo largo de 25 años como trabajador de EMDUPAR, similares afirmaciones realizan Elsido Gutiérrez Brochero, José Rafael Gnneco, Gloria Vega Torres, Ludis Marina Barraza y William Marcelo Aroca Maestre, este último manifiesta además que lo conoce desde la infancia, pues estudiaron la educación primaria en el mismo centro educativo”.

Se trata pues del mismo gerente que hilvanó y puso en marcha la operación de cesión de aseo en el municipio de Valledupar al frente de la empresa Emdupar en donde estuvo de gerente –esto no lo dice el proceso y es parte importante para valorar debidamente sus declaraciones- entre los años 1998 a 2001 y que según testimonios eran parte de los cuestionamientos del fiscal sindical a la empresa Emdupar en donde laboraba como operario de la planta de agua.

En cuanto al alcalde Johnny Pérez Oñate (1998-2000), en enero de 2009 el Juzgado Tercero Penal del Circuito de Valledupar le impuso conjuntamente junto al exjefe de presupuesto municipal, Humberto Benavides la pena de 20 meses de prisión y 15 salarios mínimos mensuales legales vigentes ($7’453.500) por el desvío de recursos por $267 millones de pesos destinados para la salud, tras investigación de la Contraloría General de la República. 

Posteriormente, el 16 de julio de 2012, en plena celebración de la virgen del Carmen, el cuestionado ex alcalde Johnny Pérez Oñate fue capturado por irregularidades en la cesión del lote en donde fue construido el parque Consuelo Araujo Noguera, para la Fundación Festival de la Leyenda Vallenata en las muy valorizadas tierras a orillas del río Guatapurí. Esta fundación tiene carácter privado y por diversos procedimientos jurídicos fue obligada a su devolución.  

Interviene la Procuraduría

El 6 de febrero de 2021, en cumplimiento de una sentencia de acción popular presentada por la Procuraduría General de la Nación, la Empresa de Servicios de Aseo de Valledupar (Aseoupar S.A.S. ESP) construyó la Planta de Tratamiento de Lixiviados ubicada en el Relleno Sanitario Los Corazones de Valledupar. El objetivo de este proceso legal fue que se brindará un manejo ambientalmente adecuado a los residuos líquidos generados por la descomposición de los desechos orgánicos.

La Procuraduría General de la Nación, a través de la acción popular pidió la protección de los derechos colectivos a la salubridad pública, al goce de un medio ambiente sano y a la prestación eficiente de los servicios públicos de los habitantes de la región. El asunto se inicia para proteger a las personas ubicadas alrededor del relleno sanitario pues este ente de control advirtió una deficiente operación y un gran volumen de lixiviados que no eran vertidos correctamente al sistema de tratamiento. Lo normal para maximar ganancias empresariales, contaminar el medio ambiente y causar daño contingente en sectores sociales cercanos al relleno sanitario de Los Corazones.

En primera instancia el Juzgado Primero Administrativo del Circuito de Valledupar (4 de abril de 2019) y en segunda, el Tribunal Administrativo del Cesar (15 de agosto de 2019), acogieron los argumentos presentados por el Ministerio Público otorgando plazo de un año para cumplir con la construcción de la planta de tratamiento y realizar los ajustes necesarios en las mallas de las piscinas para su adecuado funcionamiento, especialmente en época invernales. La Procuraduría, según comunicación institucional dijo que «vigilará el funcionamiento de la nueva planta de tratamiento para que la prestación del servicio sea óptima y eficiente».

Procuraduría abre pliego de cargos contra exgerentes de Emdupar.S.A.

Seis meses después de la sentencia de acción popular de la Procuraduría relacionada con el relleno Los Corazones, el 17 de julio de 2021, el mismo ente de control abrió Indagación Preliminar contra los exgerentes de la Empresa de Servicios Públicos de Valledupar EMDUPAR S.A. – E.S.P. Armando José Cuello Daza y José María Gutiérrez Baute, por presunto incumplimiento de sus deberes.   

La Procuraduría Provincial de Valledupar, que por cierto está siendo presionada para que “deje” de cumplir con sus funciones constitucionales en torno a estos casos, planteó investigación a los exfuncionarios porque al parecer en ejercicio de sus funciones incumplieron con su deber de llevar a cabo los comités de Conciliación y Defensa Jurídica de la entidad según Decreto Nacional, durante los años 2017 y 2018. 

Detrás de esta retorica jurídica del alegato en contra de los exgerentes se trata que Cuello Daza y Gutiérrez Baute omitieron, o para decirlo en forma coloquial, se hicieron los pendejos evadiendo los estudios y análisis de las acciones de repetición y llamamiento de garantías por las condenas y sanciones que recibió dicha entidad.  En otras palabras, no ejercieron la debida defensa jurídica de la entidad bajo su potestad administrativa.

El Ministerio Público ordenó la práctica de pruebas, entre ellas, recaudar los documentos de los comités realizados entre los años 2017 y 2018, la documentación de la Jefatura de Control Interno entre los años 2017 y 2018, los antecedentes administrativos de pagos realizados por condena o conciliación, oficios o correos electrónicos de la Secretaria Técnica de Conciliación Administrativo, entre otras.

Este caso viene desde el año 2000 cuando la empresa de servicios públicos de Valledupar –Emdupar- fue desmantelada en sus objetivos misionales para entregársela a las diversas empresas del conglomerado de William Vélez Sierra. Desde entonces y hasta el día de hoy, 21 años después sigue la lucha de la ciudad por la retoma del control y disposición de sus basuras y su disposición en los correspondientes rellenos sanitarios.

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