En los tiempos actuales en los que el grado de la profanación de todas las cosas no conoce límite, en los que la llamada Infocracia –poder informático– ha degradado todo lenguaje, nos encontramos con lo que el gran poeta René Daumal –ya en 1920– denominó  la putanización de la palabra, «la parole putanisée» : la diseminación de la habladuría, la corrupción semántica, la tergiversación, el mensaje psicópata y las más banales groserías impregnan el basural de la opinión y se confunden con la libertad.

Así introduce el profesor argentino Leandro Pinkler uno de sus cursos, y nos viene como anillo al dedo para explicar qué tan bajo y pueril es el nivel de debate de los congresistas de Colombia, da pena, vergüenza, y aunque uno no quiera, por nuestro oficio, toca leer (oir) sus comentarios sobre el acontecer nacional.

El ejemplo más patético es el congresista Polo Polo, quien se ha valido de la infocracia reinante para posicionarse ante las «mentes dormidas» como el más aguerrido opositor del gobierno “progresista” del presidente Gustavo Petro.

Entre los pilares de la infocracia no está la Verdad. Su objetivo principal es direccionar las mentes dormidas hacia la zona del no pensamiento.  Ahí están los seguidores de Polo Polo.

Polo Polo es dueño de un mensaje totalmente psicópata, plagado de tergiversaciones y corrupto en materia semántica. Veamos una de sus últimas expresiones que además nos sirve para analizar la acusación al ministro de defensa Iván Velásquez:

Un alumno de tercero de primaria no hubiera caído tan bajo gramaticalmente como este congresista de supina ignorancia. Si no sabe escribir, de igual manera no sabe leer, por lo tanto su nivel de comprensión es tan elemental que solo ve y entiendo lo plano.

Un cubo para él es un problema, no lo entiende. No tiene la capacidad de imaginarse los otros cinco lados. Eso se logra leyendo, educándose, preparándose.

A duras penas logra interpretar las sombras dentro de la caverna.

El caso del Ministro

Si Colombia es un país carcomido por la corrupción, Guatermala es guatepeor. Además,  José Rafael Curruchiche Cacul, actual jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) de Guatemala, quien ha involucrado al ministro Iván Velásquez en supuestos actos irregulares dentro del caso Odebrecht, está en lista de corruptos de Estados Unidos.

Curruchiche Cacul asegura tener evidencia que implicaría a Velásquez en acuerdos de reparación entre funcionarios de Guatemala y empresario de Odebrecht que causaron un detrimento de 384 millones de dólares.

Sin embargo, en algunos sectores judiciales de Estados Unidos los señalamientos han sido desestimados y, de hecho, recuerdan que Curruchiche fue sancionado hace seis meses por ese país.

El nombre de José Rafael Curruchiche Cacul aparece en la llamada “lista Engel”, en la que USA incluye a actores corruptos y antidemocráticos de diferentes países. 

En el caso de Curruchiche, se le incluyó por obstruir investigaciones de actos de corrupción desbaratando casos contra funcionarios de alto perfil y levantando aparentes denuncias falsas contra fiscales, abogados y extrabajadores de la extinta Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), de la que Velásquez fue cabeza. 

La CICIG fue un organismo de Naciones Unidas que durante 12 años —2007 a 2019— desarticuló en el país estructuras paralelas de corrupción, llevando preso incluso a un  presidente: Otto Pérez.

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