Un cambio que no fue radical
Por: Adlai Stevenson Samper
Cuando matarifes pagados asesinaron al precandidato presidencial Luis Carlos Galán el 18 de agosto de 1989, su partido Nuevo Liberalismo, creado para contrarrestar el clientelismo y la corrupción rampante en las instituciones políticas del país incluyendo el creciente fenómeno del tráfico de narcóticos, apenas llevaba 26 días de reunificación y acople a las estructuras del criticado partido Liberal, epítome, según sus decires, de gran parte del clientelismo y la corrupción estatal.
El 11 de marzo de 1990 los liberales escogerían el candidato oficial presidencial mostrando las encuestas a Galán como amplio triunfador frente a Hernando Durán, Ernesto Samper, Alberto Santofimio, Jaime Castro y William Jaramillo.
Por allí ni se asomaba en sombras Cesar Gaviria que al final, después del trágico suceso del magnicidio, resultaría elegido por un “dedazo” a manera de epitafio por el hijo de Galán mientras sus restos eran sepultados.
Sobre las cenizas del Nuevo Liberalismo surge Cambio Radical
En 1997 un grupo de integrantes del desaparecido Nuevo Liberalismo, entre ellos Rafael Pardo, Alfonso Valdivieso y Luis Guillermo Giraldo, deciden separarse de las estructuras orgánicas del partido Liberal para fundar un nuevo partido cuyo objetivo esencial era propiciar —siguiendo el dogma de Galán Sarmiento — un cambio radical político en el país.
El naciente movimiento apoyó la precandidatura presidencial de Alfonso Valdivieso en 1998 que finalmente declina su aspiración para apoyar al candidato y ganador de las elecciones Andrés Pastrana.
En realidad los animaba una toma del poder a bordo de un barco propio apuntándose a coyunturas ideológicas disimiles tal como sucedió en la campaña electoral del 2002 cuando Cambio Radical apoya un grupo de liberales que abandonan su colectividad, entre ellos Omar Flores y William Ortega, quienes ganan su curul a la Cámara de Representantes y en el Senado a Enrique Merlano y Claudia Blum.
La nueva situación convirtió al naciente partido en apetecido, sobre todo por los grupos políticos de la derecha y ultraderecha, ejerciendo una especie de atracción centrípeta sobre diversos movimientos del uribismo que buscaban solidificarse para las elecciones del 2003 ya que la reciente reforma política obligaba al aumento de su fuerza electoral.
Dentro de estos nacientes movimientos se encontraba “Colombia Siempre”, promovido por Juan Lozano y liderado en ese momento por German Vargas Lleras de una familia de abolengo político ya que su abuelo Carlos Lleras Restrepo había ejercido la presidencia —y fue constante animador del Nuevo Liberalismo desde el semanario Nueva Frontera—y su tío Carlos Lleras de la Fuente fue candidato presidencial y senador elegido en 1998 por el partido Liberal y en el 2002 repitió curul esta vez bajo el amparo del movimiento “Colombia Siempre” de su sobrino.
La consolidación de Vargas Lleras en Cambio Radical aparece tras coyunturas políticas en la búsqueda de concejales y apoyos a la candidatura de Juan Lozano a la alcaldía de Bogotá.
En efecto, “Colombia Siempre” no presenta candidatos al concejo para sumarle votación al partido Conservador y Equipo Colombia —en el 2022 se formó una coalición de derecha con ese nombre presentando a Federico Gutiérrez como su candidato—agrupaciones que apoyaban la candidatura de Lozano a la alcaldía por el partido “Colombia Siempre” que finalmente pierde con 681.830 votos frente a Luis Eduardo Garzón, del Polo Democrático Independiente con 797.466 votos.

Pese a tan adversas circunstancias, German Vargas Lleras empieza un meteórico ascenso en el partido Cambio Radical y en el 2004 fue nombrado su presidente. Eso lo convierte, en el congreso de la república, en uno de los líderes que apoyaban al presidente Álvaro Uribe Vélez.
En las elecciones del 2002 Cambio Radical gana dos Representantes a la Cámara y fue puntal de apoyo de candidatos en el senado como Claudia Blum, quien en su ejercicio llegaría a la presidencia del Senado en el 2005 y de Jairo Enrique Merlano, uno de los primeros condenados (8 años por la Corte Suprema de Justicia, renunciando al fuero para posteriormente, en el 2008, ser absuelto por el juez tercero penal de Bogotá) por sus nexos con grupos armados ilegales en el marco de la llamada parapolítica.
Dentro de los dos gobiernos de Uribe este partido se fortaleció, logrando en las elecciones del 12 de marzo de 2006, 15 curules en el Senado y 21 en la Cámara de Representantes lo que consolidó a Vargas Lleras como el candidato de mayor votación y cimentó sus aspiraciones presidenciales en el 2010, cuando la Corte negó a Uribe la posibilidad de una tercera gestión presidencial y es ungido Santos, que finalmente gana la elección, por el partido de la U.
Cuando Santos aspiró al segundo período en el 2014, Vargas Lleras no se presentó, como todos creían, en plan de candidato sino que adhirió a Santos en un arreglo que lo incluyó en la Vicepresidencia y la cesión a su grupo Cambio Radical de los Ministerios de Transporte y Vivienda y Territorio, aparte de diversas instituciones oficiales fortaleciéndolo de un modo formidable.
El 21 de marzo de 2017 renunció a la Vicepresidencia para nuevamente presentarse como candidato presidencial sacando 1. 412. 392 votos quedando en cuarto lugar en primera vuelta detrás de Iván Duque, Gustavo Petro y Sergio Fajardo.
Fue un verdadero desastre político con el creciente desprestigio de corrupción dentro de Cambio Radical que había obligado a su candidato y líder Vargas Lleras a la búsqueda de votos por firmas inscribiéndose por la coalición “Mejor Vargas Lleras”.
La corrupción se vuelve radical en Cambio Radical
Uno de los factores que incidieron en la creciente corrupción dentro de esta agrupación fue la consolidación con el uribismo en diversas facetas, desde las burocráticas hasta compartir ideologías de extrema derecha, su control circunstancial en el senado, de instituciones del estado en el gobierno Santos, sus alianzas con grupos bajo cuestionamientos de corrupción y parapolítica y su maridaje con clanes regionales como es el caso Char en la región Caribe y los Aguilar en Santander.
El analista político y senador Ariel Ávila cuestiona en una investigación en vídeo sobre el partido Cambio Radical que «son tal la cantidad de miembros de ese partido condenados o investigados que la pregunta es si ingresaron a ese partido ya corruptos o se convirtieron en corruptos en su paso como integrantes».
Imposible dilucidar ese dilema planteado, pero lo que si resulta verificable es que esa agrupación política arrostra tan creciente desprestigio que Vargas Lleras prefirió acudir a un aval de coalición e igualmente lo hizo en su derrota electoral como precandidato Alex Char presentándose con más de 2.000.000 millones de firmas recogidas que poco le funcionaron frente a Gutiérrez, candidato ungido y perdedor en primera vuelta.
Una de las causas posibles de resquebrajamiento de Cambio Radical, partido hoy en la oposición aliado con el Centro Democrático, es la creciente perdida de liderazgo de Vargas Lleras, la ausencia de controles éticos dentro de la agrupación y los desafíos del creciente poder de algunos de sus jefes regionales.
Súmele a todo lo anterior los récords de corrupción en todos los niveles de sus integrantes, las investigaciones en curso y diferentes escándalos: parapolítica, saqueo de recursos y corrupción electoral.
Un partido de investigados y condenados
No solo se trata de evidente corrupción dentro de una parte apreciable de los integrantes de Cambio Radical. Además, es avalador de políticos y candidatos cuestionados por diversas causas judiciales. En el 2017 la web Razón Pública publicó el extenso reportaje “Cambio Radical: avales, políticos delincuentes y corrupción” del PH. D. en Ciencia Política Javier Duque. https://razonpublica.com/cambio-radical-avales-politicos-delincuentes-y-corrupcion/
Dice el reportaje: «Cambio Radical ha sido uno de los partidos que más avales ha expedido a candidatos cuestionados. Varios de ellos han sido condenados, destituidos o procesados por la justicia, se han involucrado en actos de corrupción o han tenido nexos criminales. La lista es larga e incluye al menos a 16 personajes avalados desde 2003 (hasta 201). Entre ellos se cuentan: 9 exgobernadores (5 de ellos condenados por delitos derivados de sus vínculos con organizaciones criminales, y otros más por corrupción, fraude electoral y constreñimiento al elector); 5 alcaldes destituidos y/o procesados por corrupción y uno más por falsedad ideológica en documento público y prevaricato por acción, y un candidato al Concejo involucrado en fraude electoral. Cambio Radical alberga a una gran variedad de políticos impresentables, para quienes los cargos oficiales son el medio para apropiarse de las rentas públicas manipulando la contratación o asociándose con redes de contratistas criminales. En el partido hay desde homicidas hasta pillos y tinterillos que distribuyen prebendas o manipulan autoridades locales para acceder a cargos de forma fraudulenta».
Terrible panorama el descrito. Sobre todo por la evidente contundencia del nombre: Cambio Radical, que fue casualmente lo que dijo en 1998 el aspirante al Senado German Vargas Lleras cuando con dotes de augur señaló que: «muchos candidatos estaban en una subasta al mejor postor y las elecciones se habían convertido en una especie de mercado en el que los candidatos participaban, invertían y buscaban recuperar su inversión y obtener ganancias».
Eso fue lo que sucedió con los avales a tutiplén y la carencia de tribunales o comités éticos al interior de esa agrupación donde la consigna, dicho por Arturo Char, senador de esa colectividad es la carencia de responsabilidades en el otorgamiento de avales: «nosotros somos políticos, no somos la Fiscalía, ni la Procuraduría, ni la Contraloría, para andar investigando».
Pero la Ley 1475 de 2011 obliga a los partidos políticos a que establezcan el cumplimiento de calidades y requisitos de los candidatos y que son sancionables las acciones u omisiones imputables a los directivos de las agrupaciones políticas que inscriban candidatos que tengan inhabilidades o incompatibilidades o que hayan sido condenados o lo sean durante el período para el que cual se eligieron.
Veamos algunos de los encartados gobernadores y sus procesos en diversas épocas: Miguel Ángel Pérez, gobernador del Casanare en 2003, Edilberto Castro Rincón gobernador del Meta en 2003, Fredy Forero Requiniva gobernador de Arauca 2007, Joaco Hernando Berrío gobernador de Bolívar 2007, Álvaro Cruz gobernador de Cundinamarca 2011, Juan Francisco “Kiko” Gómez Cerchar gobernador de la Guajira 2011, Oneida Pinto gobernadora de la Guajira 2015, Facundo Cástulo gobernador de Arauca 2020, Manuel Antonio Carebilla gobernador del Amazonas 2016, Julio Acosta gobernador de Arauca 2017.
Respecto al congreso en la lista de encartados aparecen Karelly Lara representante del Magdalena remplazada por Alonso Ramírez, también comprometido; Miguel Pinedo Vidal del Magdalena, Humberto Builes, Javier Cáceres, Reynaldo Montes, Oscar Wilches, Rubén Darío Quintero.
Otros militantes con problemas judiciales son Cesar Fabian Villalba alcalde de Girardot 2015, Carlos Arturo Hernández Carrillo concejal destituido de Barranquilla en el 2015, Fabio David Velásquez alcalde de Riohacha en 2015, Benjamín Socadagui Cermeño alcalde de Arauca 2015, Héctor Antonio Amado alcalde de Sáchica, Boyacá 2015, Eduardo Villa Mozo alcalde de Pivijay, Magdalena 2017, José Vargas Palacio alcalde de Galapa 2015, Henry Alí Montes alcalde de Aguachica, Cesar 2015, Antonio Roa Montero, alcalde de Luruaco, Atlántico 2009, Uldarico Toloza, alcalde de Barranco de Loba, Bolívar 2017.
Por su parte el portal web Las Dos Orillas presenta un informe en agosto de 2017 con el nombre de “El prontuario criminal de Cambio Radical” en donde presentan, a corte de ese año, un palmares indiscutible en corrupción de esa agrupación política: «Tiene 19 congresistas condenados por parapolítica, de 44 investigados; 11 alcaldes de Cambio Radical están siendo investigados por presuntos hechos de corrupción, y los gobernadores no se quedan atrás: la cifra llega a 8 entre investigados y condenados. La cereza del pastel es el “inefable” Gustavo Moreno, el Fiscal Anticorrupción capturado por corrupto, quien llegó al cargo en virtud de su militancia en ese partido. El mismo Germán Vargas Lleras, jefe máximo del partido y actual candidato a la Presidencia de la República, se encuentra salpicado por los dineros de Odebrecht que entraron a la campaña de “Santos Presidente”, del que fuera fórmula vicepresidencial». Posteriormente aparecieron nuevos escándalos. https://www.las2orillas.co/prontuario-criminal-cambio-radical/
En el 2009 el portal Verdad Abierta.Com presentó un informe en que la fiscalía vinculó judicialmente a 17 excongresistas que estuvieron en ejercicio en 2022. De estos, la mayor cantidad de avales la dio el partido Cambio Radical. En el período 2003-2007, según informaciones de la prensa nacional se vincularon al proceso de parapolítica dos gobernadores avalados por Cambio Radical.
No solo hay procesos finalizados sino diversas investigaciones paralizadas desde hace años en órganos de control y tribunales de miembros del partido Cambio Radical. Una información que circuló profusamente cuando Alex Char, ex alcalde de Barranquilla fungía como precandidato presidencial de la coalición Equipo Colombia y que fue investigada por el portal La Silla Vacía el 20 de diciembre de 2021 indicaba que: «En la Consulta de Procesos Nacional Unificada (Cpnu), del portal web de la Rama Judicial, buscamos el histórico de todos los procesos en los que aparece Alejandro Char Chaljub como demandado. Son 94 procesos (en 100 renglones porque cuatro salen repetidos): 60 de los 94 procesos son civiles; 15 son penales; 12 laborales; 4 administrativos; y 3 recaen en un juez de pequeñas causas. Concluye el informe del portal aclarando que Alex Char solo tiene en realidad en curso 4 procesos.
El más reciente escandalo de Cambio Radical ocurrió precisamente en el departamento del Atlántico durante las elecciones del 2018 en donde Aida Merlano, política conservadora salió elegida pero debido al allanamiento a su sede política llamada nacionalmente “La Casa Blanca” se encontraron una serie de pruebas que vinculaban su campaña con un entramado complejo de corrupción electoral. En este problema estuvo vinculado el partido Cambio Radical pues los votos para la Cámara de Aida Merlano; que no alcanzó a posesionarse, fueron para Lilibeth Llinas, de ese partido.
Según el abogado Miguel Ángel del Río, abogado de Aida Merlano: «Lilibeth Llinás ha manifestado que no conocía a Merlano, pero se ha establecido que no solo la conocía, sino que compartían la sede política (…) Además, Alejandro y Arturo Char estaban apoyando a Merlano para el Senado y a Lilibeth para la Cámara y que independientemente de que fueran de partidos diferentes, la apuesta era por las dos».
Por este proceso se encuentra llamado a rendir indagatoria ante la Corte Suprema de Justicia Arturo Char, senador y ex presidente del senado por el partido Cambio Radical.
El 27 de mayo 2019 German Vargas Lleras escribe el artículo “Corrupción y politiquería” en la página web de Cambio Radical y dice: «Por esta misma época, el año pasado, el país se encontraba embarcado en el politiquero referendo contra la corrupción. Sus cabezas visibles no ahorraron esfuerzos para seguir dividiendo la sociedad colombiana entre buenos y malos, decentes y corruptos. Nadie escapó a sus vehementes y falaces acusaciones».
Lo cierto es en que lo referente a su partido Cambio Radical no hubo falacias en informaciones, juicios, destituciones y datos sobre corrupción y politiquería de sus militantes.