Los altos índices de miseria, pobreza, criminalidad y corrupción tienen una relación directa con la mediocridad política que vive Cartagena, una de las ciudades insignes de Colombia.
Pareciera que el crimen organizado se ha tomado la vida política de la ciudad Heroica, todas las instancias gubernamentales están hipotecadas a la corrupción y nada se mueve sin el resorte gansteril de los intereses del crimen organizado.
Si algo se necesitaba para demostrar la inoperancia en la que andan organismos del control, vigilancia y policial en el país, y la descarada corrupción en que incurren funcionarios públicos y contratistas amparados por esa ausencia de autoridad, fue lo ocurrido con la presidenta del Concejo de Cartagena por el partido Liberal, Gloria Estrada Benavides.

La mujer fue detenida junto con su esposo, Martín Barreto; y una tercera persona, Avelino Villamizar, al encontrársele en su vehículo, 1 kilo de cocaía, dinero en efectivo y armas.
Pero no debe sorprender ya informaciones como estas, pues resulta llamativo que Estrada sea una de las herederas políticas de Enilse López, conocida como La Gata.

Estrada Benavides es administradora de empresas y nativa de Magangué, Bolívar, quien al llegar a Cartagena se instaló en el barrio San José de los Campanos junto a su pareja, quien según versiones era jefe de seguridad de Enilce López, empresaria del chance en el departamento.
Fue esta cuestionada empresaria quien la apoyó para que fuera edilesa de la Localidad 3 Industrial y De La Bahía.
Su primer bastión político fue el barrio El Socorro de Cartagena. De allí comenzó su carrera como edilesa por el Partido de Integración Nacional (PIN), hoy Opción Ciudadana, una polémica colectividad fundada por el exsenador Luis “el Tuerto” Gil, condenado por haber pactado con exjefes paras del Bloque Central Bolívar y, recientemente, un juez lo condenó por haber participado en una organización ilegal que favoreció al disidente de las desaparecidas Farc, Jesús Santrich, como informa el portal La Contratopedia Caribe.

Estrada fue edilesa por dos periodos (2012-2015 y 2016-2019) gracias a estar aliada políticamente con Emilia López, aspirante en su momento a la Asamblea de Bolívar y hermana de “la Gata”. «Sus campañas se caracterizaron por mostrar un fornido músculo económico. Tanto llamaban la atención ciudadana, que en esta capital aquellos despliegues los comparaban con los que suelen tener las candidaturas al Concejo», indica La Contratopedia.

La llegada al Concejo
Como suele pasar con esta clase de personajes políticos, su campaña política en 2019 al Concejo de Cartagena sorprendió a muchos, ya que hasta ese momento no era reconocida en gran parte de la ciudad. Y para darse a conocer literalmente empapeló la ciudad (avenida Pedro de Heredia, avenida Crisanto Luque y avenida Jiménez en el barrio Manga), a pesar de ser una práctica que siempre provoca gran polémica y detractores.
Fue avalada por el por el Partido Liberal, en cabeza del senador Lidio García y bajo el lema Cartagena hagamos equipos y no escatimó recursos en su estrategia publicitaria.
En el Concejo le hizo un activo control político al Programa de Alimentación Escolar (PAE), contratado por la alcaldía de William Dau. Sin embargo, la secretaria de Educación distrital, Olga Acosta, la señaló de mentirle a la ciudad por tergiversar el costo de los huevos contratados por el programa. «Dijo que cada uno costaba $2.000 y no $370. El Distrito pagó por cada media docena $2.220», reporta La Contratopedia.
La captura de la concejala se da en medio de la polémica que se ha generado alrededor de la elección del nuevo contralor distrital de la capital de Bolívar, Rafael Castillo, por parte del Concejo.
El alcalde William Dau ha dicho que la detenida Estrada fue la artífice de tal elección en la Contraloría.
Dau afirmó que Castillo y su esposa, Adriana Hernández, eran, presuntamente, alfiles políticos miembros del grupo del senador Lidio García, y que incluso, Hernández trabajaba en el Concejo de Cartagena con la venia de Gloria Estrada. Algo que el contralor (e) definió como «una falacia y una mentira».
Sin embargo, un concejal que pidió reserva de su nombre informó a este medio que Castillo Fortich y su esposa son miembros del grupo político de la concejal Gloria Estrada Benavides. «Es cierto, ella (Adriana Hernández) está en un cargo de libre nombramiento y remoción que es cuota política de Estrada, aunque no haga parte de su Unidad de Trabajo Legislativo (UTL)».
No obstante, esto indicó Castillo en su momento: «Ni a Adriana ni a mi nos pueden vincular con ninguna casa política. No hemos pertenecido nunca a un grupo electoral como señala el alcalde Dau. El bonito y único vínculo que tenemos con la honorable concejala Estrada es que somos vecinos del mismo edificio y hemos hecho una bonita amistad. Tanto yo como mi esposa tenemos hojas de vida con los soportes académicos requeridos para nuestros cargos. No tenemos problemas disciplinarios, fiscales o penales. Tampoco le he hecho ningún favor a ningún político para que me tengan que retribuir algo», precisó Castillo.
Por lo pronto Estrada se declaró inocente en la audiencia de imputación de cargos tras su captura, pese a habérsele pillado, “con las manos en la masa”, y el juez le dictó detención domiciliaria