Cuando la “Isla de la Fantasía” se convirtió en el paraíso de la corrupción
El naufragio moral del muelle de Leticia
El exalcalde de Leticia (Amazonas), José Huber Araujo Nieto, ha sido presentado ante la justicia por ser el cerebro de una orquesta corrupta que desafinó en todos los tonos. En 2018, suscribió un contrato por más de $12.600 millones de pesos para construir un muelle fluvial en el sector conocido como “La Isla de la Fantasía”. ¿El resultado? Ni muelle, ni transparencia, pero sí maletas llenas de billetes y cuentas bancarias infladas.
Según la Fiscalía, Araujo Nieto no solo dirigió el proceso para que la licitación terminara en manos de una unión temporal sin experiencia, sino que también habría recibido pagos y consignaciones bancarias por más de 2.000 millones de pesos. Al parecer, la “fantasía” era suya y de sus cómplices, quienes se llenaron los bolsillos mientras dejaban al municipio sumido en la desilusión.
Un equipo a la altura de la desvergüenza
Dos exfuncionarios municipales se unieron a esta vergonzosa danza de irregularidades:
- Ángela Julieth Bautista Grimaldo, exasesora jurídica de la Alcaldía, y
- Argemiro Perdomo Santos, exsecretario de Planeación Municipal.
Ambos omitieron realizar estudios previos rigurosos y adecuaron las cláusulas contractuales para beneficiar a la unión temporal seleccionada. El contrato se otorgó a dedo y, de los 5.368 millones de pesos girados como anticipo, apenas 1.258 millones llegaron a las obras. ¿El resto? Perdido en el éter de la corrupción.
Los “empresarios” del oportunismo
Dos particulares también figuraron en este lamentable episodio:
- Édgar Eduardo Santacruz Morales, quien recibió 493 millones de pesos, pero destinó esos fondos a pagar impuestos y deudas personales.
- José Luis Hernández Serrano, que utilizó recursos públicos para cubrir nóminas y transferencias familiares. Ambos fueron imputados por peculado, mientras que los ciudadanos de Leticia se quedaron esperando un muelle que nunca llegó.
Un sistema de control que no controla nada
Este caso es un recordatorio brutal de la necesidad de implementar programas anticorrupción en las alcaldías del país. La Procuraduría y la Contraloría, los supuestos guardianes de la transparencia, han demostrado ser tigres de papel. Mientras las arcas públicas siguen saqueadas, el gobierno nacional no puede seguir de brazos cruzados. Es urgente diseñar y ejecutar estrategias integrales de capacitación y monitoreo en cada administración local para prevenir este tipo de atropellos.
¿Y el PTAR? Más de lo mismo
Como si fuera poco, Araujo Nieto también enfrenta un proceso en la Procuraduría por la ejecución fallida de una Planta de Tratamiento de Aguas Residuales (PTAR) valorada en 12.000 millones de pesos. ¿El detalle? Firmó el contrato sin tener pleno dominio del predio, causando retrasos y paralización del proyecto. La falta de previsión y la vulneración de los principios de moralidad y eficacia han sido calificadas como falta gravísima.
Conclusión: Basta de promesas vacías
Los ciudadanos ya no pueden confiar en los entes de control tradicionales. El gobierno nacional debe asumir el liderazgo para crear programas anticorrupción robustos en las alcaldías, con medidas reales que incluyan capacitación, auditorías continuas y sanciones ejemplares. ¿De qué sirve una “Isla de la Fantasía” si se construye sobre los cimientos de la corrupción? Es hora de exigir transparencia, ética y rendición de cuentas.