Ad portas de finalizar el año académico, un preocupante desbarajuste se vive en la universidad del Atlántico por cuenta de las decisiones del rector Danilo Hernández de bajarle las mesadas a los profesores de tiempo completo ocasional.

Violando la Ley y las normas que rigen al interior de la universidad, el rector Hernández, como presidente del Consejo Académico, logró que le aprobaran la propuesta de que a los profesores de tiempo completo ocasional (TCO) se les contratara hasta el 30 de noviembre, o sea, solo por 10 meses.

En años anteriores, los períodos de vinculación nunca fueron inferiores a los 11 meses, sin embargo, en el año 2021 se dio un primer recorte con una vinculación hasta el 20 de diciembre y en este año 2022, se redujo de manera inexplicable a un número de 10 mesadas.

Al mismo tiempo, contradictoriamente, el Consejo Académico también definió el calendario para el año 2022 con fecha de inicio el 31 de enero y de cierre el 16 de diciembre.

En el transcurso del año la Asociación de Docentes Ocasionales de la universidad del Atlántico ASODOUA ha venido llamando la atención sobre esta situación, que por un lado dejará a cientos de profesores sin los recursos para pasar una navidad tranquila con sus familias.

Y por otro lado, dejará a más de cuatro mil estudiantes sin sus notas que avalen la finalización del año académico, ya que durante la primera quincena de diciembre se desarrollan los exámenes finales de semestre.

Sin profesores, obviamente no habrán notas finales.

Asegura ASODOUA que «Pudo ser más racional el rector, si hubiese ordenado una contratación, que asegurara el cumplimiento del calendario, en lugar de termina con la vinculación docente el 30 de noviembre, 16 días antes de su finalización».

Esto significa pérdidas económicas per cápita de al menos 10 millones de pesos luego de ajustar los factores salariales. Es decir que con este movimiento aparentemente la universidad se estaría ahorrando unos $2.500 millones de pesos.

Pero no hay tal ahorro, según denuncian los profesores afectados, pues el rector Hernández ha aumentado astronómicamente el número de OPS, lo que significa un mayor control sobre el personal de la universidad para fines perversos y corruptos.

De igual forma, se prevén presiones politiqueras a los profesores que no quieran regalar su tiempo en diciembre para realizar los exámenes finales, ya que se les amenazará con no renovar el contrato en el próximo.

Los estudiantes se pronuncian

Por su parte, el representante de los estudiantes en el Consejo Superior de la universidad, Everth León, manifestó su desacuerdo y protesta por la forma como fueron contratados los y las docentes Tiempo Completo Ocasional, con un tiempo de 10 meses, que terminan el 30 de Noviembre, 15 días antes de concluir el calendario académico.

Everth León

«Ponemos en estado de alerta a los estudiantes, por cuánto un número cercano a los 4000 no podrán cumplir con el cierre académico, establecido en el calendario, ya que el tercer corte o exámen final, esta agendado desde el 1 hasta el día 16 de diciembre».

Explica además que los estudiantes que reciben clases de los profesores TCO, no podrán cursar los 2 semestre del año, ni se le respetará su derecho a ser evaluado. De esta forma la Universidad, con sus decisiones desconcertantes, viola el estatuto estudiantil.

Los profesores TCO, cumplen las mismas funciones de los docentes de planta, por eso gozan de igual derecho a recibir, la misma remuneración, al tenor del principio de igualdad, contemplado en la Constitución.

Los estudiantes, nos sentimos lesionados por el carácter absurdo y contradictorio de la medida, que impide nuestro proceso de formación profesional, y a muchos el derecho a graduarnos pronto.

En la próxima reunión del Consejo Superior, nos comprometemos a dilucidar la situación de estudiantes y profesores, con la idea de exhortar al rector a cumplir, con una contratación similar a la que en el pasado han tenido los profesores por un tiempo de 11 mesadas.

En las mesas de discusión, que se llevan a cabo, se vuelve un imperativo, la inclusión de éste punto, que pone en vilo la estabilidad académica.

El Consejo Académico, que es el máximo órgano académico, lo integran vicerrectores, decanos y representantes de estudiantes y profesores, todos alineados con el rector, que lo preside.

Este órgano académico no ha sido capaz de pronunciarse, a pesar que una decisión del rector, afecta la normalidad y calidad académica de la Universidad.

Además, de poner en vilo el calendario académico, sorprende que varios de sus integrantes sean docentes de la Universidad, no se percaten que la decisión de mutilar la contratación de docentes, viola el Estatuto Docente de manera frontal.

El mutis del sindicado ASPU

En la universidad del Atlántico todos se ríen cuando alguien pregunta por el sindicato Aspu, nadie añora ni direcciona esperanzas en esta organización para que defienda sus derechos.

Por ello nos parece de total importancia la carta de un profesor a sus colegas sobre este tema:

Soy un profesor que me sindicalicé, desde mis inicios de docente en la Universidad Del Atlántico y eso hace 7 años.
Soy de los que reconozco el aporte de ASPU, con un liderazgo visibilizado, en un largo trayecto vida universitaria, defendiendo los intereses profesorales, con sus pros y sus contras.
Walbero, Rubén, Jorge, y Said, por mencionar 4 miembros de su junta directiva han dado lo mejor de sí. El control social sindical, ha tenido en ellos unos porta estandarte, que son ejemplos de mostrar, porque han chocado con administraciones, cuando éstas pierden el rumbo, y también han sido cuidadosos para lograr cercanías necesarias, cuándo corresponde.
Hoy, ese acervo de reconocimientos, hace parte de nuestro pasado, porque la crisis que vive mi organización sindical, salió a flote, con los resultados defraudantes, del día de la elección del representante de los profesores, en el Consejo Superior.
Queda demostrado con la jornada electoral, la pirrica capacidad de convocatoria del sindicato. Las sinergias de otrora, se han ido perdiendo, al no poder conectar con las nuevas generaciones de docentes.
La lucha profesoral ha emigrado hacia temas más contemporáneos y las formas de manifestarse también. La vara para medir el desempeño docente ha subido, y las mismas inclinaciones de los docentes hacia la innovación, la ciencia y la tecnología, exigen un nuevo enfoque en la lucha gremial.
ASPU no conecta con la comunidad universitaria, porqué está sustraída del mundo digital, para librar batallas en la arena cibernética, y también porque su relato discursivo no toma el sol de la modernización.
Los resultados electorales, fueron la prueba ácida, del estadio de penumbra, de marginalidad, que está nuestro sindicato. ASPU no pesa en la institución, sus rayos de luminosidad, se van apagando. Hoy, quisiera creer en las posibilidades de su relanzamiento, pero la actitud de su junta, reitero todos recocidos luchadores, no los veo en tránsito de facilitar una transición. Les mantendré mi aprecio personal por su rol sindical protagonico, sin dejar de decir, que desde ayer ASPU cómo actor social, político y sindical, necesita de respiración artificial.

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