Otto Bula fue, hasta hace unos 15 años, un político muy importante en el mapa electoral de la Costa Caribe. Este hijo de Sahagún (Córdoba), dice hoy la Fiscalía, recibió entre 2013 y 2014 un porcentaje de un soborno por US 4,6 millones por parte de la constructora brasileña Odebrecht. Pero, antes de involucrarse en el mayor escándalo de corrupción que hoy sacude a Latinoamérica, Bula era reconocido por otra razón: haber ocupado la curul de Mario Uribe, el primo del expresidente Álvaro Uribe, quien salió del Congreso con una investigación a cuestas por parapolítica que luego lo llevó a una condena de siete años y seis meses de prisión.

En 2002, el entonces congresista Mario Uribe multiplicó sus votos en los municipios cordobeses de Sahagún, Montelíbamo, Planeta Rica y Chinú, según la Corte Suprema, gracias a las alianzas forjadas con políticos locales como Otto Bula, quien fue suplente de Uribe en el Congreso entre 1998 y 2002 y también entre 2002 y 2006. Después de las elecciones de 2002, Otto Bula se desvaneció del mapa electoral, pero no del de los escándalos. En 2010, por ejemplo, en una corte estadounidense, el narcotraficante Juan Carlos “El Tuso” Sierra acusó a Bula de haber sido testaferro de Mario Uribe.

Para esa época, los intereses de Bula estaban lejos de los comicios electorales: en las tierras de los Montes de María. Como representante legal de La Agropecuaria El Central, compró miles de hectáreas en esa región que, en la década de los 90 y a principios de este siglo fue azotada sin piedad por la violencia guerrillera y paramilitar. En 2013, de nuevo apareció mencionado en una investigación: dos propiedades que salían a su nombre, al parecer, estaban relacionadas con los narcotraficantes Ignacio y Juan Fernando Álvarez Meyendorff.

Ahora, un señalamiento más se le vino a Otto Bula: el proceso por la corrupción que fomentó Odebrecht en varios países del continente, incluido Colombia. La Fiscalía le va a imputar cargos por cohecho (soborno) y enriquecimiento ilícito, pues el excongresista habría sido contratado por Odebrecht en 2013 para conseguirle una adición para su contrato del Sector 2 de la Ruta del Sol que consiguió en 2009, al parecer, también con sobornos al entonces director encargado del Instituto Nacional de Concesiones, Gabriel García Morales. Según la Fiscalía, a Otto Bula le pagaron parte de un soborno de US $4,6 millones para que esa adición tuviera condiciones que favorecieran a Odebrecht, como aumentar el valor de los peajes vigentes.

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