El enigma de la corrupción en las universidades públicas de Colombia se sigue desenredando, y ahora, la Universidad del Pacífico, ubicada en el golpeado y abandonado Pacífico colombiano, se une a la lista de instituciones que llevan en sus cimientos las huellas del saqueo y la mala gestión. Tras una rigurosa auditoría realizada por la Contraloría General de la República, se destaparon irregularidades fiscales por un escandaloso total de $14.352 millones, poniendo de manifiesto las profundas fisuras en la administración de la universidad.

La Universidad del Pacífico, una de las pocas puertas a la educación superior para jóvenes de una de las regiones más golpeadas y abandonadas de Colombia, el Pacífico, se ha visto atrapada en un embrollo de corrupción que no solo afecta su capacidad de ofrecer educación, sino que también dilapida recursos que debían ser utilizados para el bienestar de las generaciones futuras.

Hallazgos fiscales alarmantes

Tras una exhaustiva auditoría, la Contraloría General de la República identificó anomalías fiscales por un monto de $14.352 millones en la Universidad del Pacífico durante el año 2023. El hallazgo más grave, por un valor de $9.237 millones, está relacionado con el incumplimiento del Contrato 011-2018, destinado a la construcción de los bloques 1 y 2 del campus universitario. El problema es claro: las instalaciones que debían albergar a estudiantes de escasos recursos no solo quedaron a medio hacer, sino que la falta de terminación de obras clave, como las instalaciones hidrosanitarias y eléctricas, pone en peligro el futuro académico de los jóvenes de la región.

La corrupción detrás de la educación

¿A dónde fue a parar el dinero? La respuesta es simple, pero devastadora: las obras no se terminaron. Y para colmo, la universidad no solo falló en ejecutar las obras correctamente, sino que pagó más de lo que debía. Con el Contrato 153-2023, la Contraloría encontró un desfalco de $1.861 millones. Las obras siguen inconclusas, y lo único que ha crecido es la deuda pública de la universidad.

Sistema de control interno roto: el dinero desaparece sin dejar rastro

No solo fueron las obras inconclusas. La Contraloría también evidenció pagos a proveedores que excedieron los montos de las facturas electrónicas. ¿El culpable? Un sistema de control interno tan débil que no garantizó la legalidad ni la transparencia de los pagos. Resultado: $1.687 millones desviados sin justificación, creando un daño patrimonial de grandes proporciones. Este es el tipo de corrupción estructural que ha llevado a la universidad a una espiral de ineficiencia y desvergüenza.

Politiquería y corrupción: el modus operandi

Pero los números no son lo único aterrador en esta historia. La universidad ha sido un caldo de cultivo para la politiquería más sucia. Desde hace años, los intereses políticos se han infiltrado en sus decisiones, al punto de que su rectoría pasó de ser un puesto académico a una pieza clave en el juego de poder del congresista del Centro Democrático, Milton Angulo Viveros, y su aliado, Dagoberto Riascos.

Dagoberto Riasco, rector de la Universidad del Pacífico

El control político sobre la universidad: un circo político con miles de empleos

Según la investigación de la Fundación Paz y Reconciliación, Angulo, un político de la región, logró controlar la universidad a través de su amigo Riascos, quien asumió la rectoría en 2019. Desde entonces, un nepotismo rampante ha favorecido a los amigos y familiares del congresista, mientras que miles de jóvenes siguen esperando instalaciones dignas para estudiar. La contratación de familiares y amigos para puestos de alto nivel ha sido la norma, no la excepción. El dinero destinado a mejorar la calidad educativa se ha desviado hacia bolsillos personales, perpetuando una red de favores políticos y corrupción.

Milton Angulo Viveros, y su aliado, Dagoberto Riascos.

El ciclo de impunidad: la fiscalía y la justicia en la cuerda floja

Aunque los indicios de corrupción no son nuevos, la impunidad sigue siendo el pan de cada día. En abril del año pasado, la Fiscalía imputó cargos por apropiación indebida a varios exfuncionarios de la universidad, incluido el rector Riascos, quien ya tenía un historial de prácticas corruptas. Sin embargo, el juez del caso decidió en diciembre anular la imputación, alegando que la Fiscalía no había presentado pruebas suficientes. Esto deja en evidencia no solo la ineficacia del sistema judicial, sino también la perpetuación de un ciclo de corrupción sin fin.

El daño irreversible: ¿quién pagará por la educación perdida?

La corrupción en la Universidad del Pacífico no solo es un golpe a las arcas del Estado, sino también a las oportunidades de miles de jóvenes que, en su mayoría, provienen de familias de escasos recursos y veían en esta universidad su única esperanza. A medida que el dinero desaparece, las ilusiones de un futuro mejor se desvanecen, y con ello, las generaciones de jóvenes que podrían haber transformado su región y su país. ¿Quién se hace responsable de este daño irreversible?

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