Por: Jan Slovak
Fiel a su estilo y trayectoria, la directiva de la empresa de servicios públicos Triple A, de Barranquilla, respondió gaseosamente los requerimientos presentados por la Procuraduría General de la Nación en la última semana del mes de octubre del 2017 en el sentido que habían encontrado evidencias de pagos de asesoría técnica a Inassa en el orden de los $221.000.000 millones de pesos y que el citado contrato tenía una vigencia hasta el año 2033.
Veamos el desarrollo de esta escabrosa historia en contra de los usuarios de Triple A.
- El Procurador Fernando Carrillo acusa
En la última semana de octubre del 2017, el Procurador Fernando Carrillo solicitó públicamente la suspensión de un contrato de asesoría entre Inassa y la Triple A. Además les dio un plazo de 5 días para efectuar los respectivos descargos. ¿Y qué asombró tanto a la Procuraduría?
Para allá vamos.
Que no existían indicios ni documentos que certificaran el tipo de asesoría recibido por la Triple A de parte de Inassa. Nada menos y nada más. Soporta sus graves acusaciones el Procurador con señalamientos específicos: “El Gerente Administrativo de la Triple A certificó que desde que ejerce su cargo en el 2012 no reposan informes de interventoría relacionados con el contrato de asistencia técnica con Inassa. No se han recibido soportes ni asistencia técnica en la Gerencia de operaciones del acueducto y alcantarillado. La Gerencia de Planeación dice que no hay registros de información sobre ese contrato de asistencia técnica”.
- La respuesta administrativa de la Triple A al Procurador
Cómo es usual en las comunicaciones corporativas de Triple A, presentan los hechos totalmente opuestos a como suceden en la realidad. Indican, con temor reverencial hipócrita, que “la Triple A ha venido colaborando de forma respetuosa y transparente con las autoridades. Todas las solicitudes efectuadas por las distintas entidades han sido atendidas de forma oportuna en el sentido de entregar la documentación pertinente, con el fin de aclarar las inquietudes que han expresado, siguiendo el compromiso trazado por INASSA y Canal de Isabel II.
Unos angelitos autistas ajenos a escándalos nacionales e internacionales.
A continuación suelta la perla gruesa del alegato: “el contrato de Asistencia Técnica tuvo origen en los Términos de Referencia para la selección y vinculación de un socio calificado que en 1996 estaba buscando la sociedad Triple A y su accionista público mayoritario, el Distrito de Barranquilla. Así, es el resultado de un acuerdo entre accionistas de Triple A, con el correspondiente consenso explícito gubernamental, que data de 1996, como consecuencia de la licitación realizada para seleccionar a un accionista calificado que lograra la estabilidad y mejora sustancial de la prestación de los servicios a través de los años. Esto obligaba, entre otros compromisos, a que el operador calificado seleccionado permaneciera en el accionariado de la compañía con un mínimo del 30% y siempre tuviera que prestar la asistencia técnica mientras conservara la calidad de accionista. Es pertinente advertir que la Asistencia Técnica se identificó como una necesidad del Distrito y de Triple A, y se produjo mucho antes de que el Canal de Isabel II se vinculara al accionariado de INASSA”.
En otras palabras, señalan que Inassa tiene experiencia como operador calificado en la operación de redes de acueducto y alcantarillado y es una empresa ajena al entramado madrileño de Canal Isabel II, lo cual es en cierta forma verdad, pues la que hizo posteriormente las operaciones respectivas fue otra empresa de papel, Canal Extensia.
Revisemos entonces la historia de 1996 y los mecanismos legales usados para introducir a Inassa como accionista mayoritario de Triple A.
- Inventando a Inassa
En la fatídica, para la ciudad, sesión de junta directiva de la Triple A en septiembre 19 de 1996 en donde se cedieron sin ninguna contraprestación a cambio el 40% de acciones, empezó la historia de Inassa. Recordemos quienes se encontraban en la mencionada junta directiva: Por el sector privado Juan Ras Sirera, Luis Nicollela De Caro y Luis Cárdenas Gerleín como miembros principales, todos de Aguas de Barcelona. Para suplentes se escogió a Julio Gómez Piqueras, de Aguas de Barcelona; Carolyn Mondragón Rojas, presidente de Fidugán y Ricardo Montoya Beltrán, vicepresidente de Corfigán.
En los dadivosos representantes del sector público, estaba en calidad de presidente de la Junta el alcalde Edgard George González, Juan Martín Vega Luna, Gerente de la EMT y Ramsés Vargas Lamadrid, Tesorero Distrital. Los suplentes escogidos fueron Samuel Polo, Secretario General de la Alcaldía; Rafael Iglesias, Director de Planeación e Iván Insignares, Secretario de Obras Públicas. Los nombres se presentaron a través del decreto 979 de octubre 28 de 1996.
Así que la historia de Inassa se inicia el 19 de septiembre de 1996, cuando la junta directiva de Triple A lo contrata como operador, entrando en el negocio con el 43.3% de las acciones. Fue un acto abiertamente ilegal del Alcalde y la junta directiva pues lo hizo reformando los estatutos de la empresa y sin la aprobación del Concejo de Barranquilla. En otras palabras, un delito contra la administración pública.
Inassa se constituye con la participación de la empresa Agbar ( Aguas de Barcelona) con el 51% y los barranquilleros Enrique Gerlein, Luis Cárdenas Gerlein, Luis Nicolella de Caro y Julio Jácome de la Peña, con una participación del 49%. En la administración de Bernardo Hoyos Montoya se amplía la concesión hasta octubre del 2033. Durante la alcaldía de Humberto Caiffa empieza el entramado de Canal “Extensia” de Canal Isabel II. En ese momento, la participación de Inassa en Triple A estaba en el 60.4% producto de capitalizaciones. Cuando le toca el turno de la alcaldía a Guillermo Hoenigsberg en el 2006, se realiza una asamblea de Triple A que le permite a Inassa pasar del 60.4% al 81.3% en la participación accionaria. De esta manera, el Distrito quedó únicamente con el 14.5% de las acciones.
De acuerdo a los registros de la Notaría Quinta y de la Cámara de Comercio de Barranquilla, Interamericana de Aguas y Servicios, S.A., E.S.P, Inassa, fue creada el 19 de septiembre de 1996, el mismo día en que le entregaron el componente accionario. Allí, es ese documento público se indica que tienen la calidad de accionistas la Sociedad General de Aguas de Barcelona S.A, Fiduciaria Ganadera S.A, Fiduciaria Ganadera S.A – Fidugan- Fideicomiso Fidugan Inversionistas, Corporación Financiera Ganadera S.A Corfigan, Ricardo Montoya Beltrán y Hernán Darío Zea Llanos. En ese documento los miembros principales de junta directiva son: Juan Ras Sirera, Luis Albacete Perea, Antonio Almagro Sánchez, Luis Cárdenas Gerleín, Julio Luis Jacome de la Peña y suplentes Julio Gómez Piqueras, Enrique Miguel Gerleín Navas, Luis Nicolella D´ Caro, Guillermo Cárdenas y Oswaldo Enrique Arrázola Gómez. Actuó, como representante en Colombia de Aguas de Barcelona, Juan Ras Sirera.
Puede apreciarse que Inassa no podía tener la condición de socio calificado pues era una entidad jurídicamente nueva que solo servía para aglomerar los accionistas en una empresa matriz controladora de la Triple A. Esa fue esencialmente su función. Ninguna más.
- La historia de Inassa contada por el diario español El Confidencial
“Inassa (Interamericana de Aguas y Servicios SA) existía desde 1996 cuando se creó en la ciudad de Barranquilla para llevar agua potable al municipio colombiano. El primer socio español de Inassa fue una empresa catalana, el grupo Aguas de Barcelona (Agbar) que tenía el 51% de la compañía.
Agbar decidió vender su participación en el año 2000. El negocio, al parecer, no era rentable. Los socios colombianos que tenían el otro 49% decidieron adquirir el resto de Inassa a través de la sociedad Aguas de América. La compra se efectuó por 7 millones de dólares. Pero Inassa encontró nuevos socios pues empezó a negociar con el gobierno regional (de Madrid) presidido por Alberto Ruiz-Gallardón y Carlos Mayor Oreja como presidente del Canal. Ambos decidieron que la comunidad debía crear una sociedad vehículo, bautizada como Canal Extensia, para comprar Inassa.
El principal socio del Canal en Iberoamérica es una empresa Off Shore creada en Panamá que tiene entre los directivos testaferros profesionales que ocupan cargos en 300 sociedades. Si el Canal tiene el 81.24% de Inassa, el otro 18.76% es propiedad de Slasa (Sociedad Latinoamericana de Aguas) creada en abril del 2001 en Panamá y pertenece a 3 empresarios colombianos: Luis Nicolella de Caro, Enrique Gerlein y Nelson Polo Carbonell. Dos de ellos, Gerlein y Polo, fueron los que en el 2001 dieron el pelotazo vendiendo a Inassa a la Comunidad de Madrid por 83 millones de Euros”.
Hasta aquí el diario español El Confidencial en su edición del 14 de marzo del 2017. Cerramos el episodio indicando que la empresa Canal Isabel II, a través de Canal Extensia tiene en Inassa el 81.24%. A su vez, en Triple A, Inassa posee un 82.16% y Canal Extensia 16%.
Puede apreciarse que la función de Inassa es servir de puente en la propiedad de las empresas españolas Canal Isabel II y Extensia, con la Triple A. Esa es su verdadera experticia “técnica”.
- Inassa y sus directivos apresados
En la sesión de la Comunidad de Madrid el martes 5 de abril del 2016 (#173), se citó a Ángel Garrido García, presidente del Consejo de Administración de Canal Isabel II, empresa creada en 1851. Allí dice que a través de Canal Extensia cuenta con una participación en 21 sociedades de Latinoamérica. En los debates sale a relucir el nombre de Edmundo Rodríguez Sobrino, presidente de Inassa, pues teniendo esta posición a su vez ejercía de representante del ayuntamiento de la Comunidad de Madrid y Algete. En otras palabras, el capturado Rodríguez, en prisión hace más de un año y sindicado de repartir dinero en bolsas en Cartagena y Barranquilla (uno de esos regalos fue la suma de $40.000 millones de pesos), estaba en dos posiciones: en el control del ayuntamiento madrileño y a su vez manejaba una empresa controlada por ese ente. Sin vigilancia de ninguna especie.
Sobre estos graves hechos la Fiscalía anti corrupción de España y la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil emitieron un comunicado reproducido en OK Diario: “La participación de Ignacio González (de la Comunidad de Madrid) y Edmundo Rodríguez Sobrino en la operación de Inassa se concretó a partir del año 2003 y 2006 mediante el conocimiento total de la operación fraudulenta que ocultaron y permitieron el pago de dicha operación con fondos públicos”.
Para apreciar las características éticas de la directiva de Inassa, la empresa que la Triple A señala de recibir “asesoría técnica”, basta decir que en las investigaciones de los oficiales españoles en los archivos de Inassa, que como se recuerda, fue allanada conjuntamente por las Fiscalías de España y Colombia, buscaban triangulaciones propiciadas por Rodríguez Sobrino y el resto de directivos hicieron en Colombia y Panamá. Rodríguez Sobrino, a la larga, fue destituido del cargo de presidente de Inassa, tras aparecer en los Papeles de Panamá como propietario de tres sociedades offshore en Hong Kong. Tambien fue destituido “discretamente” el gerente de la Triple A, Ramón Navarro Pereira, mencionado en los mencionados Papeles de Panamá con cuentas Off Shore. En el apartamento de Rodríguez Sobrino, en el norte de Barranquilla, se encontró en un allanamiento 260.000 euros.
Después de este recuento sobre las condiciones de fundación de Inassa y su trayectoria no muy clara en España y Colombia con directivos encarcelados y sede allanada por fiscalías de dos países, se puede creer el cuento de asesoría técnica que plantean las directivas de la Triple A?
El Procurador General de la Nación tiene la palabra. De vaina no le dijeron, con estos alegatos, que era un bobo de remate.