Cámara de Comercio de Baranquilla

y gremios de la ciudad se dedicaron, por 25 años, a hacer negocios para beneficio propio de sus socios, a costilla de la ciudad.

No dejamos de preguntarnos sobre la reclamación que hizo la Aerocivil, en 2012, a la anterior concesión del Aeropuerto de Barranquilla, la firma ASCA S.A., por no haber invertido recursos del orden de los $25.000 millones de la época, dinero que se les entregó y no invirtieron en la pista y otras reparaciones, hasta el momento de entregar la concesión por vencimientos de términos. Hoy, la Aerocivil reclama $34.884 millones, más los intereses moratorios hasta el día que devuelvan el dinero completo.

El día 31 de julio de este año, a través de una solicitud a la Aerocivil, para saber sobre el estado de esta reclamación, pues se trata de $25 mil millones que no se invirtieron, pero que se entregaron para realizar trabajos en la pista y localidades, la entidad respondió que el dinero que adeuda ACSA sobrepasa los $34 mil millones, sin incluir los intereses moratorios desde el año 2012, hasta que se cubra toda la obligación.

La suma que se le reclama a Acsa, incluyendo los intereses de mora del 2012 al 2020, es de $126.151 millones, cifra que se obtiene de la siguiente manera: multiplicar la tasa promedio de usura en Colombia en esos nueve (9) años, 29.07%, multiplicada por el principal $34.884 millones, dando como resultado promedio anual $10.141, que al multiplicar esa cifra x 9, da como resultado $91.269 millones, que al sumarle los  $34.884 millones del capital, arroja como resultado $126.151 millones. A esa cifra hay que descontarle $1.219 millones, dinero logrado recaudar por el grupo de jurisdicción coactiva de la Aerocivil en el proceso 819.

Todo lo anterior es una muestra fehaciente de cómo los gremios de la ciudad, en los últimos 25 años, liderados por la Cámara de Comercio de Barranquilla, dejaron de pensar en el bienestar de la ciudad y se dedicaron a hacer negocios en beneficio propio. Situación que se da cuando, por una parte se actúa como entidades gremiales, y a la vez, se hacen negocios con el sector público.

Ni los gremios y menos la Cámara de Comercio de Barranquilla, están para hacer negocios con el sector público. La CCB, de acuerdo a nuestra CN, y a declaraciones dadas por la Contralora Sandra Morelli, no pueden conformar sociedades de economía mixta, ni invertir en negocios. Pero ese no ha sido el comportamiento de la CCB en los últimos 25 años, y a pesar de ello nada les pasó a sus  directivos.

Recordemos entonces los principales accionistas de Acsa con su respectivo porcentaje.

ACSA está integrada, en un 60% por Aeropuerto de Barranquilla, un pool de entidades del sector privado barranquillero, a saber: Cámara de Comercio (24.20%), Terpel del Norte (9.62%), Promigas SA (9.62%), Sociedad Portuaria Regional (7.87%), Argos (antes Cementos del Caribe) (4.66%), Granabastos SA (4.66%), Comité Intergremial del Atlántico (3.21%), Fundación Probarranquilla (3.21%), Zona Franca de Barranquilla SA (3.21%), Fenalco (3.21%), y empresarios a título personal como el ex Ministro Guido Nule (3.50%), Raúl Riveira Molinares (3.21%). También poseen acciones, Alexis Riveira Acosta Madiedo (0.29%) y Juan Sarué (0.29%).

El 40% restante es de Aena, Aeropuertos Españoles y Navegación Aérea, ente público español creado mediante Real Decreto 905 del 14 de julio de 1991.

Durante el año 2011, Acsa estuvo presidida por Raúl Felipe Riveira Molinares, y su Junta Directiva era presidida por Luís Fernando Castro Vergara como representante mayoritario de los accionistas 24,2%.

Es bueno anotar que la Contraloría General de la República aperturó el  proceso de responsabilidad fiscal No 80083-0654, en contra de los directivos de la Aerocivil con sede en Bogotá, y Raúl Riveira Molinares como presidente de Acsa y las compañías aseguradoras Mafre y Liberty, por no haber cumplido el plan de inversiones previstos en el contrato de concesión CON-001-97, que lleva la firma de Manuel Díaz Jimeno como gerente departamental de la Contraloría General de la República.

Sobre ese proceso fiscal, no hemos tenido conocimiento a la fecha, como tampoco de ninguna actuación de la Procuraduría General de la Nación, ni de la Fiscalía General de la Nación. Solo la Aerocivil mediante jurisdicción coactiva intenta recuperar los recursos entregados al concesionario.

El daño a la ciudad

Estos señores de Acsa, le hicieron un daño grande a la ciudad, aparte de cobrar una sobre tasa alta, por la falta de inversiones el aeropuerto fue perdiendo importancia con relación a Cartagena, Medellín, Cali y por supuesto Bogotá.

Perdimos la oportunidad de convertirnos en un aeropuerto como centro de conexión y logística de distribución, es decir de los llamados aeropuertos HUB, como lo es hoy el Tucumán de Panamá o El Dorado en Bogotá.

Nuestra ubicación geográfica no la tienen esos dos aeropuertos, lo que nos daba una ventaja comparativa que no supimos aprovecharla para conectar la ciudad con todo el mundo. Quedando solamente para recibir vuelos internacionales de Panamá y Miami, cuando podríamos haber recibido más de 70 vuelos internacionales de todo el mundo. Ni siquiera a San Andrés podemos volar directamente desde Barranquilla y a otras ciudades del país.

Nada de eso les interesó a los señores de los gremios, antes que los beneficios para la ciudad, en sus mentes estaban los beneficios personales, por ello, seguramente le sacaron el mayor provecho personal a la explotación comercial del mal llamado aeropuerto de Barranquilla, porque su ubicación está distante de la ciudad capital, ya que se localiza en los municipios de Soledad y Malambo.

Ante el requerimiento de la Aerocivil de dar por terminado el contrato de concesión, los gremios de Barranquilla presionaron al presidente Juan Manuel Santos, para que intercediera por ellos a fin de seguir con el contrato. Pero  esas presiones no dieron resultado porque los funcionarios de la Aerocivil (Santiago Castro su director, hoy preside Asobancaria) y del  Ministerio de Hacienda se mantuvieron firmes en la decisión de no prorrogar el contrato No 0001-CON-97, basados en un estudio técnico liderado en ese entonces por Bruc Mac Master hoy presidente de la Andi, que demostraba que esa concesión era “leonina” para Barranquilla y la Región Caribe.

El comportamiento de los gremio de Barranquilla en estos últimos 25 años ha sido despreciable, deja mucho que decir, perdimos la oportunidad de ser una ciudad de conexión internacional, perdimos el manejo de la Triple A y de Electranta, no tenemos un zoológico adecuado, no tenemos un teatro, no tenemos un Parque Cultural del Caribe funcionando en buen estado, no tenemos un museo de Arte Moderno, y para rematar fueron permisibles con los españoles dueños de la Triple A y Electricaribe.

Lo triste es que todo esto lo lideró la Cámara de Comercio y el Intergremial del Atlántico. Por ello, estas Entidades carecen de credibilidad. Para ellos “las concesiones eran buenas, si eran los dueños, pero malas cuando no les pertenecía a ellos o a sus amigos”. Esto permitió que la ciudad de Barranquilla se concesionara toda, y se endeudara hasta el año 2034.

Una barranquillera a la vista

El procurador general saliente, Fernando Carrillo, no logró resolver ninguna de las grandes investigaciones cruciales para Barranquilla. Esperamos que Margarita Cabello le de la suficiente importancia.
Margarita Cabello Blanco
Nueva Procuradora General de la Nación

Señores de la FGN, PGN, CGN, es hora de que ustedes se pronuncien sobre las denuncias y reclamaciones de la Aeronáutica Civil, para que los socios de Acsa, encabezados por la CCB y los gremios respondan por sus actuaciones y le apliquen las sanciones respectivas, y, por supuesto, que devuelvan los $126.151 millones, que se apropiaron ilegalmente. Esos son dineros públicos, son sagrados y por ello debe dársele el mejor manejo posible. Ese dinero no se puede quedar en manos de Acsa, sin que reciban algún castigo.

Por último la CCB y el Intergremial del Atlántico, deben pedirles perdón públicamente a los barranquilleros por el daño que le han causado con sus actuaciones.

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