¿Hay una reestructuración no autorizada en la Contraloría de Barranquilla?

Luego de que fuera removido de su cargo el contralor distrital de Barranquilla, Jesús Acevedo, por corrupción y anomalías en la contratación, que hoy se investigan, y fuera nombrado en su reemplazo, el 28 de julio, como encargado, Jorge Guevara, se presentó una “desbandada” de funcionarios de nómina de esa entidad de fiscalización estatal. 

Según denuncias que hizo el portal web, Noticias BQ, al menos 15 funcionarios de libre nombramiento y remoción han presentado sus cartas de renuncia tras la llegada de Guevara, sin explicación alguna. 

Pero peor aún, según menciona el informativo, es que para reemplazar a quienes se han retirado de la institución, sin que haya certeza sobre si hubo o no alguna presión para hacerlo, se ha vinculado personal con salarios mayores a los que devengaban los ex trabajadores, a sabiendas de que la entidad atraviesa una complicada situación financiera. 

Una vez se empezaron a presentar las renuncias, la abogada Gysell Sanz González, directora encargada del Departamento de Control Interno de la Contraloría, envió una carta a su recién nombrado jefe advirtiéndole que en materia financiera el “panorama es crítico”, agregando que, de no ser solucionado el tema presupuestal, podrían generarse demandas de tipo laboral, así como denuncias que podrían conllevar a sanciones disciplinarias y penales. 

De los 17 funcionarios de planta con que cuenta la Contraloría en cargos misionales, presentaron renuncia 15; a saber: los directores del Departamento Jurídico, del Departamento Financiero, de la Dirección Administrativa, del Departamento de Sistemas; así como los jefes de las oficinas asesoras de Participación Ciudadana, de Responsabilidad Fiscal y Sanciones, de Control Fiscal, Control Fiscal sector de Desarrollo Urbano, Sector Concesiones y de Planeación, al igual que cinco contralores auxiliares. 

Es decir, quedó totalmente desolada la Contraloría, por cuenta de lo que podría llamarse una «reestructuración» solapada en la entidad.

En el documento enviado por la jefe de Control Interno, advierte que al dejar acéfalos cargos de libre nombramiento y remoción, es recomendable abstenerse o moderar la realización de nombramientos y/o contratación, teniendo en cuenta la situación presupuestal por la que atraviesa la entidad. 

En otra carta firmada por varios funcionarios de la institución le recuerdan al ingeniero Guevara, que la Contraloría desde hace varios años viene arrastrando un pasivo que día a día se acrecienta ante la falta de gestión concreta y real que le entregue solución de fondo a dicha problemática, por lo que hoy esa obligación alcanza el escandaloso monto de $20 mil millones de pesos, cifra que según el oficio remitido al contralor, aumenta a un ritmo acelerado, en detrimento de los intereses patrimoniales del Estado. 

Esta renuncia masiva, fue cuestionada por el concejal Juan Ospino Acuña quien denunció que Guevara aceptó las renuncias sin tener presupuesto para pagar sus liquidaciones, hecho que calificó no solo de irresponsable, sino absolutamente irregular pues está exponiendo a la entidad a demandas laborales que generarán el pago salarios moratorios, sanciones y un evidente detrimento patrimonial, que dejaría a la Contraloría en peores condiciones y al funcionario envuelto en investigaciones disciplinarias, penales y fiscales. 

El concejal Ospino aseveró a través de su cuenta en Twitter que, el Contralor estaría ascendiendo de manera irregular a funcionarios quizás con el propósito de facilitar su posterior designación en caso que haya posibilidad de prorrogar su encargo, por lo que solicitó los estudios técnicos en los que se basó el Contralor encargado para soportar tales decisiones con relación al personal. 

Ospino Acuña anunció que citará a  Guevara al seno del Concejo, para que explique quién le entregó competencias para restructurar la entidad y por qué desde su despacho se vienen realizando acciones que podrían ser interpretadas como un deliberado y sistemático plan para propiciar las circunstancias que le permitan extenderle su encargo. 

Además del manto de duda que puede generar una renuncia masiva como la que se presentó, lo que queda al descubierto es el manejo poco técnico y burocrático que se está presentando en una entidad que está llamada a ser ejemplo, pues es la que fiscaliza el uso de los recursos públicos del Estado.

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