El Silencio de los Cómplices: Así se roban la salud en el Atlántico
Si usted cree que el sistema de salud en el Atlántico está «en crisis», permítame corregirlo: está en estafa. Y no lo decimos nosotros, lo gritan los números, esos testigos mudos que nadie en la Gobernación quiere escuchar.
Según un informe de Super Salud, por cada 100 pesos que factura el sistema, 96.27% se evaporan en gastos y pagos aterceros. Es decir, apenas $3.73 quedan para lo importante: salvar vidas. Pero, claro, ¿quién necesita médicos, medicamentos o camas hospitalarias cuando hay contratistas amigos que cobrar?
En una reciente sesión parlamentaria, el diputado Alfredo Varela de la Rosa, cuestionado cuando ha ejercido cargos públicos, denunció con dureza el estado crítico del sistema de salud en el Departamento del Atlántico. Sus palabras, cargadas de indignación y preocupación, resaltan una realidad que afecta directamente a miles de personas: un modelo de salud quebrado, plagado de corrupción y malas decisiones.
Las Cifras Que Nadie Quiere Que Veas
- $21.663 millones de pesos se perdieron en 2023. No «se esfumaron», no fue magia: alguien los desvió.
- Los pasivos de la ESE S1 crecieron un 65% en un año. ¿Cómo? Fácil: contratando a dedo, sobrevalorando servicios y pagando facturas fantasma.
- $108.000 millones es lo que hoy debe la red hospitalaria. Dinero que, por supuesto, no llegó a los pacientes, pero sí llenó cuentas bancarias.
Y mientras tanto, el Gobernador Eduardo Verano calla. Porque en este país, el silencio no es ignorancia: es complicidad.
El diputado Varela comenzó su discurso destacando el «silencio» de la Gobernación frente a las graves irregularidades detectadas en el sistema de salud. Según él, este silencio no es inocente; es una complicidad que permite que los problemas persistan sin ser abordados. La falta de acción oficial deja al descubierto una red de intereses oscuros que priorizan beneficios personales sobre la salud pública.
Varela omitió denunciar a quíen pertenece esa “red de intereses oscuros” que maneja la salud en el Atlántico. Se acobardó, comentaron en el recinto de la Asamblea.

Cifras Alarmantes
El diputado presentó datos contundentes extraídos de un informe de auditoría realizado por la Superintendencia de Salud (SuperSalud) a la Entidad Territorial de Salud ESE UNA. Entre las cifras más preocupantes:
- –Gasto Descontrolado: Por cada 100 pesos facturados por el sistema de salud, se gasta el 96.27% y se debe pagar a terceros, dejando apenas un margen ínfimo para operar.
- –Déficit Operativo: El año pasado, la ESE UNA reportó un déficit operativo de $21 mil 663 millones de pesos, evidenciando una gestión financiera insostenible. $21.663 millones de pesos se perdieron en 2023. No «se esfumaron», no fue magia: alguien los desvió.
- –Pasivos Explosivos: Los pasivos de la ESE UNA crecieron un 65% entre 2023 y 2024, alcanzando una cifra astronómica de $108 mil millones de pesos. Esto significa que el sistema no solo no puede atender a los pacientes adecuadamente, sino que también acumula deudas imposibles de saldar. $108.000 millones es lo que hoy debe la red hospitalaria. Dinero que, por supuesto, no llegó a los pacientes, pero sí llenó cuentas bancarias. Los pasivos de la ESE UNA crecieron un 65% en un año. ¿Cómo? Fácil: contratando a dedo, sobrevalorando servicios y pagando facturas fantasma.
Un Modelo Quebrado
Sin duda hay que calificar el actual modelo de salud como «quebrado». No hay ni una sola cifra positiva alrededor de este sistema, lo que pone en riesgo la atención médica de toda la población. El llamado fue claro: «Están en juego vidas humanas
«.
¿Y Las Vidas? Ah, Esas No Facturan
Lo más cínico de todo es que esto no es un robo a una entidad abstracta. Es un robo a pacientes que mueren esperando un médico, un medicamento, una oportunidad.
«Son vidas las que están en juego», dice el denunciante. Pero en este país, las vidas no cotizan en bolsa. Los contratos, sí.
La Pregunta Incómoda: ¿Quién Respuesta?
- ¿La Gobernación? Muda.
- ¿Los contratistas? Riendo en sus yates.
- ¿Los pacientes? Muriendo en las salas de espera.
Esto no es incompetencia. Es crimen organizado.
Y mientras tanto, el ciclo se repite: auditorías que se archivan, denuncias que se pierden en el olvido, y un sistema diseñado para que nada cambie.
No Es Crisis, Es Corrupción
El modelo de salud del Atlántico no está quebrado. Está saqueado. Y hasta que no empiecen a caer cabezas, seguiremos viendo cómo el dinero público se convierte en mansiones privadas, mientras los hospitales públicos se caen a pedazos.
¿Hasta cuándo? Hasta que la gente lo exija. O hasta que la próxima víctima sea un familiar de los que hoy guardan silencio.
Porque en Colombia, la corrupción no es un error del sistema. Es el sistema.
La Corrupción como motor
El análisis de Varela va más allá de los números. Señala que detrás de estas cifras hay un sistema corrupto que manipula recursos públicos y desvía fondos destinados a la salud. Las conexiones entre políticos, funcionarios y empresas privadas son evidentes, pero rara vez se investigan a fondo. Esta corrupción sistémica no solo debilita el sistema de salud, sino que también erosiona la confianza de los ciudadanos en sus instituciones.
Llamado a la Acción
El diputado invitó a sus colegas a reflexionar sobre la angustia que sienten las personas cuando ven sus vidas en peligro debido a la falta de atención médica adecuada. Pidió al gobernador Verano que preste servicios en la red hospitalaria del Atlántico, recordándole que «son vidas las que están en juego
«.
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Este artículo busca no solo informar, sino también empoderar a los lectores con la verdad necesaria para demandar cambios reales en el sistema de salud. La lucha contra la corrupción comienza con la conciencia y la acción colectiva. ¿Estás listo para verla de frente?
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