Un hecho doloroso, preocupante y de mucho cuidado, del cual solo se tenía noticia que sucedía en los Estados Unidos, se vivió en la Universidad del Atlántico: el terror de un tiroteo que acabaría con la vida de un profesor y muchos estudiantes, anunciado y replicado en las redes sociales.

Sucedió el martes 28 de noviembre. La Universidad del Atlántico quedó prácticamente sola después que se conociera, a través de las redes sociales, la amenaza de un estudiante, quien envió a otro estudiante con el propósito de que supiera que iba a llevar una pistola 9 mm para matar a un profesor que se le tenía “montada” y a varios compañeros que le hacen bullying.

En el mensaje advertía que está viendo una materia por tercera vez y la va perdiendo y que iría a matar al profesor y a un grupo de estudiantes de su curso por hacerle bullying. Decía, además, que es hijo de policía y tiene alcance a armas y que luego se suicidaría, que la estudiante que se lanzó de 4 piso se le adelantó.

La universidad ser paralizó porque muchos padres se opusieron a que sus hijos fueran a la universidad, a pesar de que se encuentran en período de exámenes finales. He aquí muestras de los mensajes que se cruzaron los estudiantes el día martes 28 de noviembre:

Ante esta situación el vicerrector de Bienestar Universitario, Álvaro González Aguilar, notificó a la Fiscalía y a la Defensoría del Pueblo la situación que se estaba viviendo en la universidad, sobre todo para que el ente investigador tomara las riendas en el asunto de monitoreo y seguimiento de las distintas redes sociales con que se comunican los estudiantes.

Es de anotar que González Aguilar ha sido fuertemente cuestionado por el rotundo fracaso de su gestión al frente del Bienestar Universitario. En su administración se le han suicidado una estudiante y un profesor, ambos lanzándose al vacío dentro de la universidad, lo que indica que ha sido un fiasco como administrador, pues su mayor logro antes de ser vicerrector de Uniatlántico fue hacerle una estatua a Alejandro Char en un colegio de primaria donde era rector.

Por otro lado, al mismo tiempo que sucedían estos preocupantes hechos, el rector de la universidad del Atlántico, Danilo Hernández, publicitaba en su red social el reconocimiento hecho por el Consejo Superior al evaluarlo positivamente en su gestión.

Para la comunidad universitaria esto es un despropósito, pues esta institución de educación superior vive un caos preocupante: atracos internos, robos de carros en los parqueaderos, profesores y estudiantes que se suicidan, red de microtráfico en su interior, etc.

El martes 28 de noviembre en la mañana en un salón de clases del tercer piso del bloque D encontraron sangre en el piso y varios trapos en la papelera del salón con los que habían limpiado una parte de la sangre. El jefe de servicios generales en lugar de denunciar el hecho ante las autoridades, ordenó lavar el salón. Desde ayer circulan entre estudiantes las fotos de la sangre encontrada.

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