César Augusto Pérez García: 36 años después, condenado por homicidio y corrupción
El excongresista antioqueño César Augusto Pérez García, conocido por su influencia política en el noreste de Antioquia y sus nexos con prácticas corruptas, ha sido finalmente condenado por la Corte Suprema de Justicia como autor intelectual del asesinato del alcalde electo de Remedios, Elkin de Jesús Martínez Álvarez, un crimen que permaneció en la impunidad por más de tres décadas.
El asesinato de Elkin de Jesús Martínez Álvarez: un crimen de lesa humanidad
El 16 de mayo de 1988, Elkin de Jesús Martínez, miembro de la Unión Patriótica (UP) y alcalde electo de Remedios, Antioquia, fue asesinado en Medellín mientras esperaba un taxi. Este homicidio, perpetrado en medio de un ataque sistemático contra la UP, fue declarado en 2014 como un crimen de lesa humanidad, lo que permitió que la justicia siguiera persiguiendo a sus responsables, entre ellos Pérez García.
Nexos con paramilitares y el control político en Antioquia
La investigación reveló que César Augusto Pérez García orquestó el ataque en alianza con los líderes paramilitares Fidel Castaño y Henry de Jesús Pérez, quienes dirigían el grupo armado ilegal “Muerte a Revolucionarios del Nordeste”. Pérez García, preocupado por la pérdida de control político en municipios como Segovia y Remedios a manos de la UP, solicitó la “ayuda” de los paramilitares para eliminar a sus opositores políticos.
El asesinato de Martínez fue parte de una ola de violencia dirigida contra los líderes de la UP en la región. Alonso de Jesús Baquero Agudelo, alias Vladimir, fue uno de los encargados de ejecutar las órdenes, lo que resultó en una serie de amenazas y asesinatos de miembros de la Unión Patriótica.
La sentencia de la Corte Suprema: una condena tardía pero crucial
Después de 36 años de impunidad, la Sala Especial de Primera Instancia de la Corte Suprema de Justicia condenó a Pérez García a 279 meses de prisión (23 años y 25 días) por su responsabilidad en este asesinato. Además, le impuso una sanción de interdicción de derechos y funciones públicas por 10 años, negándole la posibilidad de acceder a beneficios como la condena de ejecución condicional y la prisión domiciliaria.
Este fallo representa un importante avance en la justicia colombiana, sobre todo en los casos de crímenes de lesa humanidad que, por su naturaleza, no prescriben.
La conexión con la masacre de Segovia y otros crímenes
Pérez García no es ajeno a la justicia. En 2013, ya había sido condenado a 30 años de prisión por su participación en la masacre de Segovia (Antioquia) en 1988, en la que 43 campesinos, muchos de ellos simpatizantes de la UP, fueron asesinados por paramilitares. Este brutal ataque fue una pieza más en el plan de limpieza política de Pérez García y sus aliados.
Corrupción en su carrera política
Además de su involucramiento en crímenes de lesa humanidad, César Augusto Pérez García ha sido un símbolo de la corrupción política en Antioquia. Perdió su curul en la Cámara de Representantes en 1994, y más tarde fue condenado a ocho años de detención domiciliaria por malos manejos administrativos durante su tiempo como Presidente de la Asamblea Departamental de Antioquia en 1998.
Un legado oscuro en la política colombiana
La vida política de César Augusto Pérez García estuvo marcada por la violencia y la corrupción. Su caso es un ejemplo del poder que figuras políticas corruptas pueden ejercer para eludir la justicia durante años. Aunque tardía, la condena de la Corte Suprema es un paso importante en la lucha contra la impunidad en Colombia, especialmente en lo relacionado con los crímenes cometidos contra movimientos políticos de oposición, como la Unión Patriótica.