Salvo una pequeña parte de los atlanticenses, muy pocos colombianos saben que el municipio de Polonuevo existe. ¿A quién le podría interesar Polonuevo sino ofrece ningún atractivo turístico, ni tampoco es un paraíso económico, ni ambiental?

Entonces ¿por qué un médico, con antecedentes de corrupción en una administración anterior como alcalde, quiere volver al poder de este municipio desconocido?

Es una pregunta inquietante que se complementa con esta: ¿es posible que una persona se enriquezca ejerciendo el cargo de alcalde de Polonuevo?

La respuesta a esta última pregunta es sí, claro que sí, es lo que persiguen candidatos como el médico Gabriel Eduardo Amador Arcón y Lisney Marín Vargas. Vamos a explicar por qué.

Mientras que en 2019 el alcalde de Polonuevo manejaba un presupuesto que superaba un poco los $15.000 millones, en 2022 el burgomaestre actual administró $23.277.799.627. Una cifra nada despreciable para sacarle el mayor partido si para ello no asiste el menor control fiscal, ni veedurías que certifiquen el buen uso de cada peso.

El cuestionado pasado de Gabriel Amador:

En 2011, Gabriel Eduardo Amador Arcón llegó al poder como alcalde de Polonuevo, representando al partido Cambio Radical. Si bien su plan de desarrollo inicial prometía prosperidad para el municipio, su gestión se desvió del camino trazado y fue marcada por denuncias de corrupción.

En enero del 2014, Amador Arcón fue acusado y posteriormente condenado por peculado por apropiación y falsedad en documento público, dos delitos tipificados en el Código Penal Colombiano. La acusación surgió a raíz de un caso donde el ingeniero Jordán Lugo Franco habría recibido una suma significativa de dinero por parte de la alcaldía para obras en el polideportivo de Polonuevo. Sin embargo, las obras nunca se llevaron a cabo, y se descubrió que un cheque por valor de $6.300.000 pesos fue falsificado y firmado por un ex funcionario del gobierno municipal, con la aprobación del propio alcalde.

Estas graves irregularidades llevaron a una investigación que involucró a varios miembros de la administración municipal, incluido el ex coordinador de deportes Joseph Enrique Meléndez Pedroza y el ex jefe de presupuesto, Samir José Lara Villa.

Ante estas irregularidades relacionadas con un contrato de obra civil en el municipio, se dio inicio a una investigación en el 2016 en torno al entonces alcalde Gabriel Amador y su administración. Aunado a lo anterior, durante la investigación, se pudo verificar la existencia de un cheque identificado con número 000227, emitido el 11 de julio de 2014, por un monto de $6.300.000 pesos a favor de Jordán Lugo Franco, proveniente del Banco Agrario de Bogotá, firmado por el ex secretario de hacienda, Armando Modesto Romero.

Se comprobó que Modesto Romero firmó el cheque a nombre del ingeniero Lugo Franco, ya que contaba con la autorización del alcalde. En el proceso judicial, también fueron condenados el ex coordinador de deportes Joseph Enrique Meléndez Pedroza y ex jefe de presupuesto, Samir José Lara Villa. Este último cayó debido a que las pruebas de dactiloscopia realizadas confirmaron que la huella encontrada en la parte trasera del cheque No 000227 coincidía con las impresiones dactilares registradas en

La ambición y el regreso a la política:

A pesar de su polémico pasado, Gabriel Amador busca nuevamente ocupar el cargo de alcalde de Polonuevo, ignorando las restricciones legales que le impiden hacerlo. El artículo 95 de la Ley 136 de 1994 es claro en este aspecto y establece que cualquier individuo con una condena judicial que implique pena privativa de la libertad no puede ser inscrito como candidato, elegido o designado como alcalde municipal.

El respaldo de Lisney Marín Vargas, concejal y esposa de Samir José Lara Villa, uno de los condenados en el caso de corrupción, ha causado sorpresa y controversia en el municipio. Marín Vargas ha obtenido el aval del Partido Cambio Radical para postularse como candidata a la Alcaldía, lo que ha generado dudas sobre su vinculación con los eventos pasados y su relación con el médico Gabriel Amador.

La ceremonia de aval contó con la presencia destacada del líder más prominente de esta agrupación en la región Caribe, el empresario y dirigente Fuad Char Abdala, así como del diputado Gonzalo Baute

Conclusiones:

El caso de Gabriel Eduardo Amador Arcón y su ambición por regresar al poder en Polonuevo pone en evidencia los desafíos y la importancia de la lucha contra la corrupción en la política colombiana. La ciudadanía debe estar alerta y exigir transparencia en el proceso electoral, para asegurar que los candidatos cuenten con la integridad y ética necesarias para liderar y velar por el bienestar de la comunidad. En un país que lucha por erradicar la corrupción, el futuro de Polonuevo y su desarrollo están en juego, y la responsabilidad recae en manos de los votantes para elegir líderes comprometidos con el servicio público y la honestidad.

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