Roy Barreras, embajador de Colombia ante el Reino Unido, vuelve a estar en el ojo del huracán. Aunque su visita al país supuestamente se enmarca dentro de los eventos de la COP16 que se celebra en Cali, una fotografía lo muestra en el Congreso de la República en un momento que genera más preguntas que respuestas. En medio de rumores sobre su apoyo a la candidata a la Dirección Administrativa del Senado, Astrid Salamanca, Barreras intenta desmentir las acusaciones, pero ¿quién le cree?

La diplomacia, solo una fachada

Según informó la Cancillería, la presencia de Roy Barreras en Colombia se justifica por su participación en la COP16, un evento clave sobre biodiversidad y bioeconomía. Hasta aquí todo parece estar en regla. Sin embargo, el 22 de octubre, mientras el Congreso preparaba la elección del nuevo director administrativo, una fotografía lo muestra en el edificio legislativo. Curiosamente, no estaba acompañado de ninguna delegación diplomática de alto nivel, como era de esperarse.

¿Qué hacía realmente allí? Según fuentes cercanas al Senado, Barreras no estaba solo de paso. De hecho, se rumorea que estaba haciendo campaña en favor de su conocida, Astrid Salamanca, quien busca su reelección en el codiciado cargo de directora administrativa del Senado.

La respuesta de Barreras: todo es especulación

Fiel a su estilo, Barreras no tardó en defenderse. En su cuenta de X (anteriormente Twitter), desmintió las acusaciones con su ya característica vehemencia. “Es falso de toda falsedad que estuviese participando en la elección de nadie en el Congreso”, escribió el embajador, intentando desviar la atención hacia su supuesta misión de alianza interparlamentaria colombo-británica.

Barreras explicó que su visita al Congreso fue para informar al presidente del Senado, Efraín Cepeda, sobre el Foro Interparlamentario COP y pedirle que designara una comisión de senadores para interlocutar con los parlamentarios británicos presentes en Cali. El resto, según él, es pura “especulación”.

El verdadero propósito: ¿poder o diplomacia?

Pero, ¿quién le cree a Roy Barreras? Su largo historial en el juego político colombiano lo pinta más como un estratega que como un inocente diplomático. Astrid Salamanca ha sido una figura clave en la administración del Senado durante varios períodos, y su posible reelección despierta suspicacias sobre la influencia que personas como Barreras aún tienen en el manejo del poder político en el país.

Mientras Barreras defiende su papel diplomático, las dudas persisten. Si bien la COP16 y la diplomacia pueden ser reales, la percepción de que Barreras sigue moviendo sus piezas dentro de la política colombiana es difícil de ignorar. A pesar de sus protestas, el timing de su aparición en el Congreso no podría haber sido más conveniente para Salamanca.

La historia de siempre: las trampas políticas no desaparecen

Este incidente es solo un recordatorio más de que, en Colombia, nada cambia. Los mismos actores políticos, las mismas estrategias y los mismos intereses siguen gobernando los hilos del poder. Los embajadores, lejos de representar al país en el extranjero, terminan regresando para seguir jugando en la cancha local, donde los favores políticos, las alianzas y los puestos clave siguen siendo moneda de cambio.

Roy Barreras puede intentar desviar la atención hacia la diplomacia, pero los colombianos ya están acostumbrados a las trampas políticas. Lo que para él es una “especulación”, para el país es una señal de que las viejas mañas no se han ido a ninguna parte.

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