Todos los candidatos que compiten por la presidencia de la República de Colombia repiten y repiten la hueca promesa de luchar y combatir la corrupción, pero ninguno de ellos ha presentado un programa serio y convincente para acabar con este flagelo.
Solo uno o dos de los candidatos puede mostrar en su hoja de vida resultados de su arrostrada lucha contra la corrupción. Los demás solo balbucean frases sin sentido para tratar de disfrazar sus campañas de verdaderos frentes anticorrupción.
No nos digamos mentiras, Colombia es un país corrupto, lleno de políticos corruptos y electores corruptos que por ignorancia o hambre venden su voto al mejor postor. Ese es el paisaje mayor, pero encontramos otros menores en donde los electores, cuál actores trágicos, desarrollan la mimesis práxeos aristotélica, una mimesis como simple imitación mecánica (espejo) de lo que les llega en las redes sociales.
Por eso vemos como un hecho tan estúpido como la visita del hermano de Juan Fernando Petro, hermano de Gustavo Petro, a la cácela La Picota haya causado tanto revuelo y hasta medios de comunicación supuestamente serios se hayan prestado para armar un “escándalo”.
Todos los medios de comunicación antipetristas y los que posan de neutrales se tragaron el cuento que echó a rodar por las redes la campaña de Federico Gutierrez: «Petro mandó a su hermano a la Picota a reunirse con políticos corruptos para buscar votos a cambio de promesas de rebaja de penas».
Hay que ser muy tarado y estúpido para creer que Iván Moreno o Álvaro “el Gordo” García tienen votos. Pero tienen dinero para comprar votos, responderán algunos. Ese tipo de transacción es muy fácil de detectar y las autoridades especializadas están en la capacidad, si quieren, de desenmascarar.
Así lo hicieron con Aida Merlano, pero no quisieron hacerlo con todos aquellos políticos corruptos que estando en la cárcel, acaban del elegir en cuerpo ajeno sus candidatos al senado y cámara. Claro ejemplo es el caso del corrupto Eduardo Pulgar. Y ¿A quién apoyará Pulgar para las presidenciales?
No apoyamos a Petro, ni a Federico Gutierrez ni a ninguno de los candidatos a la presidencia. Solo queremos presentar el panorama de la corrupción en Colombia y los compromisos de las campañas a la presidencia con el objetivo número uno de los colombianos: comenzar una verdadera lucha contra este cáncer.
Lo que hizo Federico Gutierrez frente a La Picota, con el ánimo que seguir fortaleciéndose a costillas de una supuesta propuesta errónea de Petro, también rayó en la estupidez típica de nuestro políticos ignorantes. Gutierrez quizo sobreponer a la supuesta propuesta corrupta de Petro su Plan Anticorrupción.
El tal Plan Anticorrupción no fue más que la misma babosada de siempre y que ninguno cumple: “Hay que luchar contra los corruptos, contra la impunidad y los violentos. Las principales apuestas en lucha contra corrupción e impunidad: cárcel, muerte política y pérdida de investidura para funcionarios corruptos, pero además también extinción de dominio”.
Nada nuevo, enunciados vacíos sin estrategias ni compromisos contundentes.
Desde las afueras de La Picota, Gutiérrez se comprometió a que su campaña no tendrá vínculo alguno con políticos señalados o condenados (a pesar de que en días previos se conoció una fotografía de una reunión entre Alejandro Char y Luis Alfredo Ramos) y anunció que buscará el aumento de penas por encima de 40 años para los corruptos. “Ver cómo la otra campaña venía justamente a este sitio a buscar votos de los corruptos, los violentos y los peores asesinos del país a cambio de rebajas de penas o el tal perdón social es de los peores escándalos que ha vivido el país”, afirmó.
Estamos a la espera de que cada uno de los candidatos a la presidencia presente un Plan Anticorrupción coherente, serio y convincente, con estrategias efectivas; al igual que un programa sólido contra la impunidad. Que se dejen de hablar tanta babosada.
