Que periodistas y medios tradicionales, no solo en Colombia, sino en otras latitudes, defiendan a ultranza a gobiernos de turno, principalmente de ideologías de derecha, sean corruptos o no, justificados en las jugosas pautas publicitarias que les entregan o en la simple alineación con tales ideologías, no es nada nuevo.

Pero, que esos periodistas o medios tradicionales, ante su incapacidad para defender lo indefendible, la emprendan y critiquen y lancen una arremetida contra medios alternativos, que sí hacen trabajos de investigación periodísticas, de manera responsable, independiente y seria, es una novedad.

Eso es lo que está sucediendo en Colombia, luego de que la politóloga y periodista de la emisora Blu Radio, Camila Zuluaga, pusiera en tela de juicio en una reciente emisión de mañanas Blu, las investigaciones periodísticas que adelanta la Revista Raya, en particular las que ha realizado sobre la Fiscalía General de la Nación, y las cuestionadas actuaciones del ahora ex fiscal Francisco Barbosa y la nueva fiscal Martha Mancera.

Zuluaga pretendió a través de sus comentarios levantar sospechas sobre la financiación de la Revista Raya, dando a entender que tales investigaciones las adelantaban porque recibían dineros del actual gobierno de izquierda de Gustavo Petro.

Nada más rastrero para justificar, no solo la falta de rigurosidad y transparencia con que, en cambio, viene haciendo periodismo Blu Radio, y otros tantos medios tradicionales, sino, la permanente arremetida desde micrófonos, pantallas de televisión, periódicos, medios digitales y redes sociales contra el actual gobierno de Petro, bien desinformando, o ignorando los logros y ejecuciones de su Gobierno, o destacando sus desaciertos, creando escándalos casi que semanales.

Tal vez por eso Zuluaga se muestra más preocupada por quienes adelantan de manera rigurosa y responsable investigaciones periodísticas, y que no involucran al Gobierno de Petro, que por las corruptas actuaciones de la ahora fiscal Mancera y de otros fiscales, quienes han sido objeto de los informes periodísticos de la revista Raya. Es decir que tuvo toda la intención de desvirtuar y desprestigiar las investigaciones de Raya, para obviamente lavarles la cara a Barbosa y Mancera.

Tras los comentarios a Zuluaga le llovieron duras críticas, tantas como los mensajes de solidaridad y apoyo a revista Raya.

Medios alternativos como Pluralidad Z o de investigación como Cuestión Pública, fueron de los primeros en reconocer y destacar la calidad, profesionalismo e integridad del periodismo que desarrolla Raya.

Y de inmediato su director, Edinson Bolaño, expidió un comunicado dirigido a Zuluaga:


Este viernes, 9 de febrero de 2024 (Día del Periodista), la politóloga Camila Zuluaga, una de las conductoras de Mañanas Blu, entregó a su audiencia opiniones desobligantes contra los periodistas de la Revista RAYA, la mayoría, antiguos periodistas profesionales de la casa periodística para la que trabaja: Comunican SA, sombrilla donde confluyen Blu Radio, El Espectador y Caracol TV, además de otros medios nacionales e internacionales.
Somos profesionales, periodistas y, sobre todo, libres en la agenda investigativa que le hemos propuesto al país desde hace un año y medio de existencia.
El ejercicio periodístico es un derecho universal para cualquier ciudadano, en cualquier país. No es exclusivo de familias, apellidos, estratos sociales o empresas. El periodismo no se evalúa por la aristocracia o el dinero, sino por la rigurosidad en su ejercicio, por los enfoques, la ética y la percepción que la ciudadanía tiene de la información recibida. “Nuestro equipo interdisciplinario, de amplia trayectoria, suma en sus experiencias individuales múltiples reconocimientos nacionales e internacionales, incluyendo varios premios Simón Bolívar y del Círculo de Periodistas de Bogotá (CPB).
Sobre nuestro trabajo, ahora en colectivo, hablan las más de 200 investigaciones y análisis públicos en Revista RAYA.
Nuestras investigaciones molestan, lo sabemos, pero los colegas de Blu Radio, por no poder controvertir nuestros rigurosos métodos de trabajo ni los resultados presentados a la opinión pública, optan por generar suspicacias sobre nuestra financiación y poner en duda nuestro profesionalismo.
Estamos en democracia, está no es la dictadura de los medios hegemónicos, ni ellos son los que confieren títulos o reconocimientos profesionales. Quien desee conocer más sobre nosotros, sencillamente pueden contactarnos a través del director o por medio de cualquiera de nuestros periodistas.
No es necesario consultar todas las bases de datos del Estado, ni hacer grandes indagaciones, como lo han venido haciendo en los últimos días, aunque les asista el derecho. Nuestra postura de transparencia puede ahorrarles mucho tiempo.
A la politóloga Camila Zuluaga, le solicitamos formalmente una réplica en la emisora Blu Radio, con el fin de responder adecuadamente al conjunto de insinuaciones hechas durante su programa del día 9 de febrero en referencia a nuestro medio de comunicación.
A quienes se han visto tocados por nuestras investigaciones, incluyendo a quienes están en el Búnker de la Fiscalía, les recomendamos dar respuestas al país, de frente, poniendo la cara ante la ciudadanía, como les corresponde, y dar respuestas claras sobre nuestros hallazgos periodísticos. Nada le aporta a la democracia colombiana sacrificar al mensajero cuando lo que realmente importa en este momento es el mensaje.
La verdadera democracia está en juego.
Cordialmente,
Edinson Bolaños
Director Revista RAYA

Ahora bien, un episodio parecido, pero no igual, por tratarse no de un programa noticioso de radio, sino de una columna de opinión, ocurrió el 8 de agosto del año pasado, cuando la periodista Cecilia Orozco Tascón publicó una columna en El Espectador titulada “Fiscalía & Semana, una bomba de tiempo”

Allí criticó el cubrimiento que ha hecho la revista Semana al gobierno Petro y se refiere, particularmente, a la participación de Semana en la tensión entre el Ejecutivo y la Fiscalía, a través del cubrimiento que la revista ha hecho a los últimos escándalos judiciales del gobierno.

¿Quieres saber cuánto se han robado los corruptos en los municipios del Atlántico?

Para que tengas idea de cuánto estadísticamente se habrían podido apropiar los corruptos en cada uno de los municipios del Atlántico desde el 1 de enero de 2024, haz click en el Boton de abajo.

«Nuestra tambaleante democracia viene padeciendo no una mezcla, sino una simbiosis, una asociación íntima de beneficio mutuo, mucho más “explosiva y peligrosa” para el Estado de derecho: la de la Fiscalía con Semana, que es hoy su brazo armado mediático, el amplificador de sus ondas destructivas, el operador político de Barbosa», se lee en la columna.

Orozco hizo un recuento de todas las “bombas noticiosas” y exclusivas que habría conseguido la revista Semana, y que dan cuenta de investigaciones de la Fiscalía; todas ellas, por supuesto, en las que el protagonista es el presidente Petro, o familiares, allegados o aliados políticos. Orozco afirma que desde que el líder de izquierda se lanzó a la Presidencia, Semana enfiló sus baterías contra él. Y tras su posesión la cosa empeoró y así se han generado una «seguidilla de investigaciones “explosivas” en el búnker (de la Fiscalía de Barbosa) que, amplificadas en el componente Semana, beneficiaban a los dos socios: a la fiscalía por su gran eficiencia; al medio, por ser el conquistador único de todas las “chivas”, todos los protagonistas y todas las investigaciones».

Frente a los desobligantes comentarios de Camila Zuluaga, toca recordar además que medios como Semana o Blu Radio, nunca expresaron su solidaridad cuando la Fiscalía de Barbosa de manera abusiva y arbitraria ordenó el allanamiento a la sede de Noticias Uno en diciembre del 2021. Tampoco cuando en junio del 2022, la misma Fiscalía envió a la sede de la revista digital Cambio un oficio en el que notificaba que efectuaría una diligencia de inspección lo cual se consideró como una abierta vulneración al sigilo profesional y reserva de la fuente, protegido por la Constitución. La noticia que había motivado tal diligencia fue la portada titulada “Esta es la puta guerra”: General reconoce alianza con narcotraficantes para enfrentar disidencias de las Farc”.

En cambio periódicos como El Espectador dedicaron su editorial a llamar la atención sobre lo que consideraron persecución del Fiscal Barbosa a medios de comunicación que se proclaman independientes.

El 3 de noviembre del año pasado, el Espectador escribió en su editorial:

«La Fiscalía liderada por Francisco Barbosa ha mostrado hostilidad contra la prensa libre en Colombia. La orden de inspección en las instalaciones de la revista Raya, medio que el fiscal general había estigmatizado hace un par de semanas, es una más en la lista de intimidaciones que incluyeron acciones similares contra la revista Cambio y Noticias Uno. A pesar de que en un comunicado el ente investigador dijo ser garante de la libertad de prensa, su actitud, tanto en acción y omisión, siembra muchas dudas. El efecto es que los periodistas del país se sienten amenazados y con temor de una institución que está llamada a protegerlos. Es inaceptable lo que ha ocurrido.

«Esta semana, la revista Raya publicó una grabación en la que un agente del CTI le dice al director del medio, el periodista Edinson Bolaños, que la “Fiscalía 515 local me ordena hacer una inspección en esa revista para establecer la fuente que usted utilizó”. Ante la publicación de lo ocurrido, la Fiscalía emitió un comunicado en el que pide investigar al fiscal 515 de la Seccional Bogotá y reitera “su compromiso con la libertad de prensa”. Sin embargo, la respuesta ha sido insuficiente. La orden de inspección no se retiró y el comunicado de prensa austero deja mucho que desear. Jonathan Bock, director de la Fundación para la Libertad de Prensa (FLIP), escribió en su cuenta de X: “Es inadmisible que un funcionario intimide de esta manera a un medio como lo está haciendo con revista Raya”.“Más grave aún es que hay un antecedente bastante problemático. Hace un par de semanas, cuando la revista Raya y RTVC publicaron un informe, el fiscal Barbosa salió a estigmatizar a los periodistas. “Ese chistecito de andar sacando informes del bolsillo, sacando o recibiendo cualquier información y diciendo: con esto sí van a acabar la Fiscalía, con esto sí golpean la entidad, no les va a salir bien y no les va a salir bien”, dijo el fiscal general. En respuesta, la FLIP le envió una carta en la que rechaza que Barbosa “promueva de manera directa una narrativa en contra de la prensa, y nuevamente lo invitamos a que las diferencias que pueda tener con la prensa se diriman mediante los mecanismos constitucionales, no por medio de señalamientos públicos infundados y tendientes a desacreditar la labor periodística”. A la fecha, la Fiscalía no aportó pruebas que desmientan lo publicado y el fiscal no ha querido responder a la FLIP.

«Entonces, el rechazo a lo ocurrido debe ser vehemente. En septiembre de este año, la Fiscalía ordenó la inspección de Noticias Uno para identificar una fuente. Lo mismo intentó hacer en junio del año pasado, cuando mandó la inspección de la revistaCambio por un informe sobre nexos de un general con el narcotráfico. Es una práctica repetida. ¿No saben los fiscales, acaso, que ese tipo de medida es muy lesiva para la libertad de prensa? Buscar las fuentes de los periodistas dificulta el trabajo de investigación, pues envía el mensaje de que quienes ejercemos este oficio no podemos proteger a las personas que nos proporcionan información. Es inaceptable», concluye el editorial.

Por eso tampoco resulta raro que los medios tradicionales en Colombia, como se les suele llamar se vayan quedando poco a poco con menos oyentes, lectores y televidentes; y crecen las audiencias que ponen en entredicho la credibilidad, imparcialidad y profesionalismo de sus periodistas.

Publicidad ver mapa

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.