Un fiscal de la Dirección Especializada contra la Corrupción imputó a Nelson Eduardo Polo Carbonell, exdirectivo de la empresa de recaudos al servicio de la Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Barranquilla Triple A S.A. E.S.P., como presunto responsable de los delitos de enriquecimiento ilícito de particulares, falsedad ideológica en documento privado y administración desleal.

Según la Fiscalía, Polo Carbonell es responsable de un multimillonario desfalco a  por la malversación de $23.379 millones entre los años 2012 y 2014.

De acuerdo con los elementos materiales probatorios Polo Carbonell, quien para la época se desempeñaba como directivo y accionista de la compañía, habría autorizado la contratación y subcontratación de bienes y servicios con la sociedad Triple A, que nunca se prestaron ni se ejecutaron.

Por esos hechos, el ex directivo reconoció su participación en el entramado criminal y fue condenado, mientras que otros cuatro posibles partícipes fueron imputados y sus procesos se encuentran en etapa de juicio.

Cabe recordar que la empresa Inassa que empezó a controlar la Triple A en 1996,  se conformó con la participación de Aguas de Barcelona (AGBAR), con una participación del 51%, y los inversores colombianos Enrique Gerlein, Luis Niccolella y Nelson Polo Carbonell.

Posteriormente, en 2001, Canal Isabel II compró el 75% de Inassa, con lo cual se convirtió en socio mayoritario de Triple A, empresa que opera el acueducto y alcantarillado de Barranquilla y otras 14 poblaciones cercanas de la costa atlántica colombiana. Y su socio en Colombia fue la compañía Slasa, una empresa ‘offshore’ creada en Panamá que tiene entre sus directivos testaferros profesionales que ocupan cargos en casi 300 sociedades.

Según investigaciones de autoridades españolas, la firma panameña pertenece realmente a tres empresarios colombianos Luis Nicolella del CanoEnrique Miguel Guerlain Nelson Polo Carbonell, que también se convirtieron en socios a título personal, deInassa (Sociedad Interamericana de Aguas y Servicios SA), la matriz sudamericana del Canal de la que a su vez dependen otras 20 compañías en diversos países.

El escándalo de corrupción en la Triple A, cuya operación quedó en manos privadas, se destapó en el 2014 por el Gobierno de España, que junto a la Fiscalía colombiana iniciaron sendas investigaciones que dejaron más de una docena de capturados en la Península Ibérica, tras comprobarse la entrega de millonarias “coimas” a funcionarios y empresarios locales, que se hicieron con el manejo de la empresa de acueducto y alcantarillado de Barranquilla.

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