El emprendimiento Tierra de Indio, impulsado por indígenas Nasa del Cauca, ha puesto contra las cuerdas al gigante multinacional Coca-Cola. ¿El motivo? La lucha por el uso de la palabra “coca”, un recurso natural y cultural profundamente arraigado en los pueblos indígenas andinos.
Coca-Cola exige retirada del nombre “Coca Pola”
En 2021, Coca-Cola emprendió acciones legales contra Tierra de Indio, exigiendo que retiraran del mercado su cerveza artesanal “Coca Pola”, elaborada a partir de la hoja de coca. La compañía alegó que el nombre podría inducir a confusión entre los consumidores, perjudicando su reputación.
Este enfrentamiento ha sido descrito como una versión moderna de “David contra Goliat”, donde una multinacional con un valor de mercado de miles de millones desafía a un pequeño grupo de emprendedores indígenas. Sin embargo, el caso va mucho más allá de una simple disputa comercial.
El valor cultural de la hoja de coca: Un bien ancestral
El uso de la hoja de coca no es una coincidencia en esta batalla. Según los líderes de Tierra de Indio, la hoja de coca es un patrimonio ancestral de los pueblos indígenas del Cauca y de toda la región andina. La Organización Nacional Indígena de Colombia (Onic) ha defendido este derecho, argumentando que la hoja de coca es tanto un patrimonio biológico como cultural, protegido por la Constitución de Colombia y las leyes internacionales.
Los indígenas Nasa afirman que, al usar la palabra “coca”, Coca-Cola está explotando un recurso natural y cultural que no les pertenece. El representante legal de Tierra de Indio, David Curtidor, ha llevado este argumento a la Superintendencia de Industria y Comercio (SIC), solicitando que se revoque el registro de marca de Coca-Cola en Colombia.
Un precedente legal complicado: ¿Podrá ganar Tierra de Indio?
Expertos legales señalan que el caso es complicado. Según el abogado Juan Carlos Peña, de la firma Pinzón Pinzón & Asociados, resulta difícil que Tierra de Indio logre exclusividad sobre una palabra tan genérica como “coca”, especialmente frente a una marca con el reconocimiento global de Coca-Cola. La multinacional cuenta con registros de propiedad intelectual consolidados y podría argumentar que cualquier similitud en el nombre puede causar confusión en el mercado.
Derechos indígenas y protección del patrimonio cultural
La disputa adquiere un tono más profundo cuando se considera el trasfondo de derechos indígenas y la protección del patrimonio cultural. En 2011, la Corte Constitucional de Colombia ya había sentado un precedente al reconocer que los pueblos indígenas tienen derechos sobre la propiedad intelectual de sus recursos culturales, incluida la hoja de coca. Esta decisión ha sido apoyada por la Comunidad Andina, que en 2012 emitió un fallo en un caso similar, en el que también estaba en juego el uso de la palabra “coca” en productos comerciales.
Curtidor afirma que la batalla legal apenas comienza. Si la SIC falla a su favor, Coca-Cola podría verse obligada a eliminar la palabra “coca” de su marca en Colombia, lo que representaría un golpe histórico para la multinacional.
El futuro de la disputa: Un posible acuerdo
Aunque la lucha parece estar escalando, el abogado Peña sugiere que lo más recomendable sería una negociación. Llegar a un acuerdo de coexistencia entre ambas marcas podría evitar un largo y costoso litigio. No obstante, el hecho de que las marcas “Coca Pola” y “Coca-Cola” suenen similares complica las posibilidades de un acuerdo rápido.
¿David contra Goliat? Un enfrentamiento de proporciones globales
Más allá de lo legal, este enfrentamiento refleja un conflicto más amplio: la lucha de los pueblos indígenas por preservar sus derechos frente al poder corporativo. En un contexto donde los grandes conglomerados han logrado acaparar nombres, recursos y tradiciones, este caso podría ser un símbolo de resistencia y dignidad cultural.
El presidente Gustavo Petro ya ha mostrado su apoyo a la protección de los usos no psicoactivos de la hoja de coca, lo que podría jugar un rol decisivo en esta disputa. La decisión final sobre el futuro de la marca está ahora en manos de la superintendente de Industria y Comercio, Cielo Elainne Rusinque.